Desde la minera estatal señalan que de dicha inversión, US$1.800 millones se destinarán para medidas ambientales que incluyen una planta desalinizadora de agua de mar.
Un nuevo paso dio el proyecto Radomiro Tomic Sulfuros (RT Sulfuros), luego de que la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Antofagasta calificara, ayer miércoles, favorablemente su estudio de impacto ambiental.
RT Sulfuros es parte de la cartera de proyectos estructurales de Codelco y dará continuidad a la División, a través de la explotación y procesamiento de mineral sulfurado (actualmente explota óxidos).
Cabe destacar que el proyecto contempla una inversión de US$5.400 millones, la mayor en la historia de la empresa.
De acuerdo a las normativas y exigencias ambientales, el proyecto RT Sulfuros ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental en mayo de 2013, considerando etapas de participación ciudadana, con consultas indígenas, la presentación de tres ICSARA (Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones) y tres adendas.
«La aprobación ambiental de RT Sulfuros da cuenta del aprendizaje, los ajustes y las mejoras que ha tenido el proyecto en estos 32 meses de evaluación. En este tiempo, tanto las autoridades técnicas, políticas y administrativas, pero especialmente las comunidades, pudieron expresar sus inquietudes para ser incorporadas en el diseño del proyecto», indicó Patricio Chávez, vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Codelco a través de un comunicado.
Las obras contemplan una nueva concentradora con capacidad para 200.000 toneladas por día (tpd) y una infraestructura de tratamiento e impulsión de agua de mar desalada para más de 1.600 litros por segundo (l/s).
Desde la compañía estatal destacan que el proyecto contempla un plan de medidas que busca mitigar y compensar el impacto en el entorno, con una inversión de más de US$1.800 millones, entre las que destacan la construcción de una planta desalinizadora, que estará ubicada a 14 kilómetros al sur de Tocopilla y permitirá el procesamiento de más de 1.600 l/s de agua para uso industrial, gracias a lo cual las nuevas instalaciones no consumirán agua fresca.
Además, señalan que el proyecto incluye recubrir el chancador principal, «lo que evitará la polución en el proceso de trituración de la roca; reforzamiento de la canaleta de relaves para el control de derrames; obras para controlar las fugas de agua y permitir el adecuado mantenimiento de las cañerías; y el cruce de la tubería de agua desalada a través de un túnel por debajo del río Loa, de modo de no intervenir su cauce».
Asimismo, el diseño del proyecto incorpora una serie de medidas para resguardar las especies de flora y fauna presentes en las áreas, tales como «relocalización de reptiles a zonas seguras; señalización que advierta la presencia de fauna y capacitación al personal de las obras; monitoreo de la presencia de nidos de aves, entre otras acciones».
Por otra parte, la empresa también asumió el compromiso de asegurar el cuidado del patrimonio arqueológico del lugar, apuntando a que «se instalarán cercos permanentes que lo protejan; se realizará un estudio de los terrenos y registro de los hallazgos; la recolección y rescate de piezas de valor arqueológico, así como un monitoreo permanente durante la construcción. A esto se suma el desarrollo de un programa de investigación científica y el diseño y ejecución de un plan que ponga en valor este patrimonio».
