El sábado en la tarde comenzó a circular el borrador del proyecto de Reforma Tributaria postprotocolo que el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y el subsecretario de esa cartera, Alejandro Micco, habían resumido en conferencia de prensa a eso del mediodía (ver principales puntos del proyecto).
Entre las novedades del nuevo proyecto, está la promesa de recaudar US$ 8.300 millones, US$ 100 millones más que el original.
Junto con prometer aumentar la recaudación en US$ 8.300 millones, el nuevo proyecto introduce indicaciones para incentivar la inversión y combatir la evasión y elusión. También introduce una serie de medidas que el gobierno asegura son pro pymes.
Ya el domingo las indicaciones se hallaban publicadas en la página web del Senado, las que suman alrededor de 278, de las cuales cerca de 200 provienen del Ejecutivo y, el resto, de parlamentarios.
Si el proyecto de Reforma Tributaria que presentó el Gobierno en abril estaba contenido en 175 páginas, el actual consta de 235. Para darse una idea, el artículo 14 en la Ley de Rentas actual tiene entre 5 y 7 páginas y es el que da pie al Fondo de Utilidades Tributables (FUT). Ese artículo fue reemplazado por uno de 16 páginas en la iniciativa aprobada en la Cámara de Diputados y que origina el Sistema de Renta Atribuida, y el que ahora fue presentado a la Comisión de Hacienda del Senado tiene alrededor de 32 páginas, pues se añade la normativa relativa al Sistema de Integración Parcial.
Si bien los equipos técnicos de los distintos sectores, desde la UDI hasta la Nueva Mayoría, trabajaron durante este último mes en la mejor interpretación posible del protocolo de entendimiento firmado a inicios de julio por los 5 senadores de la Comisión de Hacienda, la verdad es que recién este fin de semana pudieron tener en sus manos el proyecto de ley. Hasta ese momento, habían trabajado sobre la base de sinopsis o resúmenes entregados por el equipo de Arenas, pero el documento en sí se guardó bajo cuatro llaves en Hacienda.
Por eso, ya el sábado en la tarde y con un poco más de frenesí durante el domingo, los distintos expertos comenzaron a leer el documento. Se señala que el lunes será un “día de locos”, porque el martes la Comisión de Hacienda del Senado tiene en agenda el inicio de la votación en particular del proyecto de ley. Es decir, hay poco tiempo para evaluar si la iniciativa está bien armada y levantar las banderas de precaución.
Un abogado experimentado en temas tributarios señaló este domingo que le tomará, al menos, una semana estudiar el proyecto para formarse una idea general y que requerirá de un mes para tener una opinión meditada de las implicancias. Sin embargo, a esa altura, la iniciativa estará oleada y sacramentada en el Senado, además de hallarse ya en tercer trámite en la Cámara de Diputados.
Lo que algunos estarían viendo con atención son las normas de control por parte del Servicio de Impuestos Internos (SII) para las inversiones en el exterior, que corren en paralelo con las Reglas de Compañías Controladas en el Extranjero (Controlled Foreign Corporation Rules o CFC), ya que este aspecto habría sido gestado durante la negociación postprotocolo.
Este punto fue clave a la hora de conseguir el apoyo de los senadores Carlos Montes (PS) y Ricardo Lagos Weber (PPD), quienes dudaban de que el nuevo proyecto fuera a terminar con la elusión. Sin embargo, en palabras del propio Montes, ambos parlamentarios quedaron medianamente tranquilos cuando se les explicó esta nueva normativa, que obliga a presentar cada 30 de junio una declaración por parte del contribuyente sobre las inversiones, monto y destino en el exterior. Además, existen normas especiales para inversiones en Chile de carácter pasivo y se introduce la obligación de informar cuando se han constituido trusts.
En resumen, hay mucha tela por cortar y poco tiempo para probar el traje.
