A partir de hoy, nos instalamos en El Mostrador a contar historias, a mostrar personajes, a dialogar con el pasado, a mirar hondamente la contingencia, a instalar faroles en zonas oscuras, a crear contenidos y secciones, a invitarlos a leer y reflexionar en conjunto…
Muy movidos resultaron los últimos días de 2014 y los primeros de 2015: entre la renuncia de Helia Molina, ex Ministra de Salud, y las esquirlas del Caso Penta (que ya incluye tintes folclóricos, con esos mails de algunos políticos de la oposición), las pautas noticiosas explotaron como los mejores fuegos artificiales de Año Nuevo.
Algo parecido ocurrió en la primera fecha del Torneo de Clausura, donde los dos campeones de la temporada anterior aún se preguntan qué pasó: la U, tras su viaje por El Salvador (la “Tierra Prometida” en el argot bullanguero), y Colo Colo, luego de la debacle en el Estadio Monumental ante San Marcos de Arica, con el debut oficial de Humberto Suazo. El delantero, incluso, perdió un penal, por lo que bien podríamos decir que a Suazo se le entró el chupete (un chiste para viejos automovilistas).
Justo acá, en este párrafo, aparecemos nosotros: los periodistas de la revista El Ágora (elagora.net) quienes, a partir de hoy, tenemos el privilegio de dar vida a la sección de deportes de El Mostrador.
Se conjugaron dos líneas editoriales de medios de comunicación con distinto crecimiento (uno, emergente; el otro, muy consolidado), aunque con objetivos comunes y dentro de un contexto que tendrá a esta actividad como protagonista de la noticia durante los próximos meses: Sudamericano Sub 20, Juegos Panamericanos, Copa Davis, Copa América y Mundial Sub 17 en casa, Crespa Rodríguez, inicio de las Clasificatorias Rusia 2018, más los torneos locales y las consabidas copas Libertadores y Sudamericana, entro otros eventos.
Una oferta que, obviamente, también reforzó esta alianza estratégica.
A partir de hoy, como decía, nos instalamos en El Mostrador a contar historias, a mostrar personajes, a dialogar con el pasado, a mirar hondamente la contingencia, a instalar faroles en zonas oscuras, a crear contenidos y secciones, a invitarlos a leer y reflexionar en conjunto…
Junto con Luis Urrutia O’Nell, Julio Salviat, Eduardo Bruna, Matías Alcántara, Cristián Reyes, Andrés Alburquerque, Jorge Castillo, Carlos Pérez y otros colaboradores, compartiremos una aventura en el sentido más lato de la palabra: aquel que connota seducción y peligro, dentro de una hoja de ruta rigurosa, pero irreverente. Jugar, en alguna medida, pero sin la baraja marcada. No hay trampas aquí. Sólo el compromiso de hacer bien nuestro trabajo.
Claramente García Márquez lo expresó mejor al escribir: «Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente».
De eso se trata todo, acá y en cualquier lugar donde se quiera hacer buen periodismo, sin esa obsesión por transformar nuestra pega en un lucrativo negocio que suele olvidar el respeto y la sana complicidad con el lector.
Justo cuando la realidad deportiva comienza a desperezarse después de las fiestas (escuchamos, por ejemplo, cómo los motores del Dakar se acercan a nuestro país, y vemos la sonrisa de alivio de la gente de Universidad Católica, que por fin pudo abrazarse), justo ahí, repito, asoman nuestros textos para modular los hechos y darles otra vuelta de tuerca.
Mirado así, nunca será tarde para embarcarse en proyectos como éste, ni para abrir un nuevo capítulo en el largo camino del trabajar y del vivir…
