El acuerdo auspiciado por la ONU, la UE y EEUU debe poner fin a un sangriento conflicto de raíces étnicas iniciado en 2004 y extendido a los países limítrofes.
La Unión Europea (UE) expresó este jueves su satisfacción por el pacto para terminar las hostilidades firmado por el Gobierno de la República Democrática del Congo y los rebeldes del este del país y llamó a las partes a no desaprovechar esta «oportunidad histórica».
En un comunicado, la presidencia de turno eslovena de la UE celebró «la amplia participación» con que contó la conferencia de paz celebrada en la ciudad de Goma y los «compromisos adoptados al más alto nivel» y abogó por mantener este «diálogo constructivo».
La Presidencia subrayó, asimismo, la necesidad de que «todos los protagonistas del conflicto se alineen en esta dinámica y respalden el impulso hacia la paz generado por el acuerdo».
Por su parte, el comisario europeo de Desarrollo, Louis Michel, felicitó a los representantes de uno y otro lado por «haber hecho prevalecer la negociación sobre la violencia».
«Soy consciente de que no faltarán nuevos desafíos a los largo de este complejo proceso, pero estos acuerdos son una oportunidad histórica para la región de los Grandes Lagos», dijo Michel.
El acuerdo de paz fue suscrito ayer en un primer momento por representantes del Congreso Nacional de la Defensa del Pueblo (CNDP), liderado por el ex general Laurent Nkunda, y del Gobierno del presidente congolés, Joseph Kabila.
El documento fue rubricado posteriormente por otros grupos rebeldes que asistían a la conferencia que venía celebrándose desde el pasado 6 de enero en la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte.
El acuerdo debe poner fin a un sangriento conflicto de raíces étnicas iniciado en 2004 y extendido a los países limítrofes.
Ha sido auspiciado por las Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos.
La UE, confirmó Michel, mantendrá su apoyo financiero a la población de los territorios congoleños afectados por este conflicto.
Desde 2003, la Comisión Europea ha invertido 300 millones de euros en diversos programas de ayuda humanitaria y desarrollo de su infraestructura.
El acuerdo debe poner fin a un sangriento conflicto de raíces étnicas iniciado en 2004 y extendido a los países limítrofes.
Ha sido auspiciado por las Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos.
EFE
