La muerte del más joven de los miembros del comando superior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hace prever que habrá una "implosión al interior".
El Ejército de Colombia previó hoy el desmoronamiento de las FARC luego de que el guerrillero conocido como «Iván Ríos», uno de los siete miembros de la cúpula de esa guerrilla, fuera asesinado por su propio cuerpo de seguridad para desertar y cobrar una recompensa.
El general Mario Montoya, comandante del Ejército, advirtió al recibir el cadáver de Ríos en un batallón de Pereira (capital del departamento de Risaralda, oeste), de que esta baja supondrá «la implosión al interior de las FARC».
Montoya subrayó que el «Bloque Central» de las FARC, que comandaba «Ríos», tenía hace dos años 300 integrantes y ahora no tiene más de 50.
«Esperamos que con esta situación que se ha dado, se aumenten definitivamente las desmovilizaciones», subrayó Montoya y precisó que se están enviando mensajes por radio y en volantes de papel al resto de los rebeldes de la columna de «Ríos» para que se entreguen.
«Ríos», cuyo nombre verdadero era José Juvenal Velandia o Manuel Jesús Muñoz Ortiz, era el más joven de los siete miembros del secretariado o comando superior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El insurgente fue ultimado el pasado miércoles en límites entre los departamentos de Antioquia y Caldas (oeste) por su jefe de seguridad, «Rojas», quien le cortó la mano derecha y la llevó a un destacamento para confesar los hechos y pedir protección oficial.
Entretanto «Rojas» dijo a los periodistas que estaban cercados por militares y desesperados por la falta de comida y por eso decidieron asesinar a «Iván Ríos».
Por ello pensaron en que la única salida era matarlo y cobrar la recompensa del equivalente a 2,5 millones de dólares que ofrecían las autoridades colombianas.
El oficial dijo que las Fuerzas Militares en principio no se oponen a que se pague la gratificación, pero aclaró que la viabilidad del pago debe ser estudiada por las autoridades, ya que en este caso hubo de por medio un homicidio.
«Rojas» declaró que cometió el crimen para proteger su vida y la de sus compañeros, porque si desertaban los fusilaban. «Era la vida de él o la de nosotros», dijo.
Reconoció que la muerte del «número 2» de las FARC Luis Edgar Devia, «Raúl Reyes», en una operación de tropas colombianas en territorio ecuatoriano el pasado 1 de marzo, los convenció de llevar a cabo el plan y entregarse.
«Viéndonos cercados y con la muerte del camarada ‘Reyes’, que supimos ese día, cundió el pánico. No teníamos comida y teníamos la muerte encima. La única opción de salir con vida era matando al comandante», expresó «Rojas».
El general Montoya anunció que el próximo objetivo será la rebelde conocida como «Karina», cabecilla del frente número 47 del grupo rebelde, que opera precisamente en esa región en la que fue ultimado el guerrillero «Iván Ríos».
Ese subversivo, que tenía 46 años, nació en el departamento del Putumayo (sur de Colombia, frontera con Ecuador), estudió Economía, era considerado miembro del ala política de las FARC y estaba reclamado en extradición por un tribunal de Estados Unidos.
La cúpula de las FARC está encabezada por el fundador Pedro Antonio Marín, conocido como «Manuel Marulanda Vélez» o «Tirofijo», quien tiene 77 años de edad.
Los demás integrantes son Guillermo León Saenz Vargas («Alfonso Cano), Julio Suárez Rojas («Jorge Briceño» o «Mono Jojoy»), Luciano Marín Arango («Iván Márquez»), Rodrigo Londoño Echeverri («Timochenko») y Milton de Jesús Toncel Redondo («Joaquín Gómez).
EFE
