El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde rindió un homenaje a «todas las víctimas» de la represión y recordó el 24 de marzo de 1976 como la jornada que dio comienzo a «la noche más negra de la historia» del país.
El Gobierno argentino y las organizaciones de derechos humanos homenajearon este lunes a los miles de desaparecidos de la dictadura, que 32 años después del golpe de Estado que la instaló «aún duelen», según dijo una fuente oficial.
«Nadie mereció ser blanco del odio y la ferocidad de los represores. Los miles de desaparecidos aún nos duelen a los argentinos», aseguró el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
El funcionario encabezó el principal acto del «Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia», declarado fiesta nacional hace dos años en honor a las víctimas de la dictadura (1976-1983).
La ceremonia se llevó a cabo en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), la principal cárcel clandestina del régimen de facto, y no contó con la asistencia de la presidenta del país, Cristina Fernández, quien descansa en la localidad sureña de El Calafate.
Duhalde rindió homenaje a «todas las víctimas» de la represión, sostuvo que «no hay inocentes y culpables» y definió al 24 de marzo de 1976, cuando se produjo el golpe de Estado que derivó en la dictadura, como la jornada que dio comienzo a «la noche más negra de la historia argentina».
Reconoció, asimismo, que son «justas» las quejas por la «lentitud» con que avanzan las causas por violaciones a los derechos humanos, aunque señaló que es «preferible una justicia tardía a una injusticia eterna».
«Se han perdido casi 30 años y lo que tenemos que hacer todos es buscar los caminos para contribuir a que se aceleren los juicios», destacó antes de una misa a la que asistieron sobrevivientes y representantes de organismos humanitarios, entre ellos las Abuelas de Plaza de Mayo y un sector de las Madres de Plaza de Mayo.
La presidenta de las Abuelas, Estela de Carlotto, también reclamó «celeridad» a la Justicia en las causas abiertas contra represores del régimen militar y señaló que el de hoy es un «día de triunfo».
«He visto una suma de reclamos de justicia que convierte al de hoy en un día de triunfo y que hace que quede aislado este grupúsculo de indeseables que todavía cree que lo que se hizo en la dictadura está bien», indicó.
«Pero que queden aislados no significa que olvidemos que entre ellos hay genocidas que merecen la cárcel común», matizó antes de insistir en que la Justicia «debe ser mucho más rápida».
Desde la anulación parlamentaria en 2003 de las «leyes del perdón», que beneficiaron a miles de represores, sólo hubo 19 condenas por violaciones de los derechos humanos, delitos de los que están acusados casi 1.000 militares y policías.
Actualmente hay unas 200 causas en curso, 370 militares han sido procesados por jueces de instrucción, de los cuales 290 sufren prisión preventiva, y unos 40 están prófugos.
El organizado en la ESMA, donde funciona un Museo de la Memoria, fue uno de los numerosos actos previstos en todo el país para recordar el aniversario del golpe de Estado de 1976.
Otra de las conmemoraciones importantes fue una marcha organizada por agrupaciones de derechos humanos hacia la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno, bajo la consigna «Contra la impunidad: juicio y cárcel común a todos los genocidas».
Allí, y ante miles de manifestantes, se leyó un comunicado conjunto, en el que se volvió a pedir que se agilicen los juicios contra los represores y se cuestionó a los jueces «cómplices», a quienes los organismos humanitarios acusaron de mantener las causas «en un cajón».
El documento fue suscrito por más de 300 organizaciones de derechos humanos, políticas, sociales, culturales y religiosas.
El sector más radical de las Madres de Plaza de Mayo, en tanto, organizó también su propia manifestación en un complejo de viviendas situado en el sur de la capital argentina.
Según cifras oficiales, 18.000 personas desaparecieron en el país durante la última dictadura, aunque las entidades humanitarias elevan la cifra a 30.000.
EFE
