Brasil es uno de los grandes contaminadores del mundo y ofrecerá en Copenhague unas metas voluntarias basadas en una reducción del 36,1% al 38,9% de sus emisiones hasta 2020, que se lograría, sobre todo, con una disminución del ritmo de deforestación amazónica.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó hoy hacia Copenhague, donde participará en la Cumbre sobre Cambio Climático convocada por la ONU para contener las emisiones de gases contaminantes.
La delegación brasileña en la cumbre está integrada por unas 700 personas, entre ministros, parlamentarios, empresarios, ecologistas, científicos y personalidades de la cultura, que en su mayoría ya se encuentran en la capital danesa.
Brasil es uno de los grandes contaminadores del mundo y ofrecerá en Copenhague unas metas voluntarias basadas en una reducción del 36,1% al 38,9% de sus emisiones hasta 2020, que se lograría, sobre todo, con una disminución del ritmo de deforestación amazónica.
Lula ha dicho que está convencido de que la decisión de Brasil de ofrecer unas metas concretas ha obligado a otros países, como China o Estados Unidos, a seguir el ejemplo.
«Puede haber algunas características diferentes ente los números que se van a presentar, pero un paso importante es que ya está claro que todos los países tendrán que asumir responsabilidades porque el calentamiento global es responsabilidad de todos», declaró en una reciente emisión de su programa semanal de radio.
El presidente brasileño permanecerá en la capital danesa hasta el viernes, cuando será clausurada la Cumbre sobre Cambio Climático.
Durante su estancia, fuentes oficiales dijeron que Lula tiene previsto reunirse con varios de los líderes presentes en la cita, pero la Presidencia aún no ha confirmado ninguna de esas reuniones bilaterales.
