Opinión
Afortunadamente, durante los últimos años, hemos visto cómo se ha instalado en los espacios de conversación pública la importancia de incorporar a las mujeres en los ecosistemas de trabajo y, sobre todo, en puestos de liderazgo.
En este contexto, estamos comenzando a ver más participación femenina: Alejandra Mustakis, expresidenta de la Asech y socia fundadora de múltiples empresas, emprendedoras como Daniela Lorca de Babytuto, que recientemente fue adquirida por Walmart, y últimamente la designación de Rosanna Costa como la primera presidenta del Banco Central de Chile, son importantes ejemplos.
Ellas son solo algunas de las que están emparejando la cancha en términos de oportunidades hacia las mujeres en sus distintos entornos, movilizando cambios relevantes e inspirando a todas aquellas que ejercen roles de liderazgo en sus trabajos, emprendimientos y contextos sociales.
El impacto que tiene la diversidad en las relaciones colaborativas es trascendental para cualquier entorno que busca desarrollarse y crecer. Aquí las mujeres podemos contribuir en todos los ámbitos, catalizando cambios en direcciones innovadoras, enriquecedoras y sostenibles. Pero es en el área del emprendimiento donde es fundamental potenciar aún más esta diversidad, considerando que son el motor económico del país: las mujeres representan el 38,6 % del universo microemprendedor.
Las empresas que trabajamos con emprendedoras seguimos de cerca la evolución de este proceso de cambio y nuestros datos internos revelan algunas tendencias: un 14% son empresas lideradas por mujeres y la contratación femenina ha aumentado el último trimestre un 16%, siendo un 45% del total remunerado mujeres (datos de Smart CFO).
Es necesario velar por que las emprendedoras puedan tener apoyo en el acceso al crédito, en la formalización de sus empresas y en la proyección de sus negocios. Vemos con esperanza cómo ya han comenzado a tomar relevancia organizaciones que están poniendo el foco en esta situación, impulsándolas a hacer crecer de forma sostenible sus negocios, sin embargo, es responsabilidad de todos los que hoy estamos en este ecosistema el seguir actuando y apoyar los nuevos desafíos que enfrentan las mujeres emprendedoras, sobre todo en años tan desafiantes como lo han sido los últimos tiempos.
