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La qualy de las primarias Opinión

La qualy de las primarias

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Guido Romo Costamaillère
Por : Guido Romo Costamaillère Director de Encuestas y Opinión Pública Gemines Consultores
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En Chile tendremos qualy política el 9 de junio. En primarias hay otro factor que es absolutamente central: lograr movilizar a tu base de apoyo. Y eso requiere un diseño específico que a veces es olvidado. El costo de este olvido es no llegar al cuadro principal del torneo, a la elección de verdad.


El modo tenis nos invadió como en los viejos tiempos de Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú. La lista es más larga pero no es el tema de esta columna. Pero como ya se viene Roland Garros (quien nunca jugó al tenis), y esta semana está dedicada a la qualy, donde se definirá el cuadro final, vamos a colgarnos de ella para hablar sobre las primarias del 9 de junio en Chile.

Aclaremos primero que en un Grand Slam como Roland Garros juegan 128 tenistas, que clasifican a partir de su ranking ATP, a través de invitaciones (wild card) o de una etapa de clasificación o qualy. Para hacerse una idea de lo difícil que es esta fase de “primarias”, en esta qualy participan 128 jugadores de los cuales solo 16 podrá clasificar al cuadro final, al torneo propiamente tal. Solo  ganando unos de esos 16 cupos puedes competir en el torneo de verdad. Los jugadores, por tanto, se preparan y mentalizan para la gran primera etapa, antes de pensar en la competencia definitiva. Debes pasar la qualy para jugar contra los rivales de verdad. Ellos lo tienen muy claro.

En Chile tendremos qualy política el 9 de junio. Se presentan 215 candidatos que participarán en las primarias de gobernadores regionales y alcaldes. En 60 comunas del país, existirán primarias para ser candidato al cargo de alcalde, para tener derecho a postular y jugar en el Court Central. Pero contrariamente a los tenistas, la mayoría de estos candidatos parece no entender la lógica de una primaria. Por una u otra razón, la mayoría de las campañas en esta clasificación hablan como si ya estuvieran en el cuadro final (la papeleta) y su comunicación se dirige al electorado general de su comuna.

Parecen olvidar que cada partido o elección es distinto de los otros. Parecen olvidar detalles como que las primarias son voluntarias, por lo tanto, irán a votar solamente aquellos muy interesados en la política. La combinación voto voluntario, desinterés creciente en la política y cansancio por tanta votación en los últimos dos años, forma una combinación letal y será uno de los jugadores más importantes de esta elección.

En una primaria el diseño debe ser diferente. Hay que priorizar las fortalezas propias que nos identifican. Hay que saber diferenciarse de forma positiva, pero siempre cuidando el mensaje de unidad con los partidos y candidaturas del mismo sector. Hay que formar alianzas estratégicas y buscar sinergias para potenciarse, negociando con aliados que incluso no nos gusten tanto. Hay que unirse en las visiones y contenidos comunes para no perder la fuerza básica de cada pacto, logrando que esto no se pierda para la elección de verdad, para el cuadro final del torneo.

Y el rival a superar es primero el de la propia coalición, del partido amigo y del mismo pacto. Ese rival a quien habrá que pedirle el voto si se logra avanzar, por lo que crecer destruyéndolo no parece buen negocio.

Pero en primarias hay otro factor que es absolutamente central: lograr movilizar a tu base de apoyo (en la que debieran estar al menos los militantes y simpatizantes cercanos y estratégicos, como líderes locales/comunales en distintas áreas). Y esa movilización debiera ser en al menos en dos instancias claves: durante la campaña y el día mismo de la votación, con tareas específicas y claras.

Durante la campaña, porque es ahí donde se motiva al votante potencial, donde se construyen los apoyos, donde se genera participación y compromiso, donde se organizan las actividades que permiten mostrarse y solidificar una base dura de votantes. Y porque aquí es donde hay que trabajar la importancia de ir a votar, que es el apoyo definitivo, el único que realmente sirve. Toda esta precampaña es para que las personas vayan a votar por el candidato, más allá de los frenos que ya se han mencionado. Hay que generar compromiso con este acto, el acto de votar, porque todo lo demás se diluye el día de la elección.

Los apoyos, la asistencia a los actos, los volanteos, los recorridos por las ferias, los actos de camaradería, los abrazos, todo se diluye gota a gota en cada persona que no va a votar. Las declaraciones deben dar paso a los hechos. Aquí nace la importancia del día de votación: todo el trabajo realizado será puesto a prueba por su capacidad de movilizar a la ciudadanía a votar el día de la primaria. Este es el objetivo clave de las  campañas de primarias (la qualy). Y eso requiere un diseño específico que a veces es olvidado. El costo de este olvido es no llegar al cuadro principal del torneo, a la elección de verdad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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