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A un año del anuncio del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío Opinión

A un año del anuncio del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío

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Carlos Saavedra Rubilar
Por : Carlos Saavedra Rubilar Rector de la Universidad de Concepción
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Para realizar una evaluación o valoración efectiva del plan, debemos considerar el nivel de cumplimiento de sus objetivos, que incluyen disminuir el impacto laboral de la suspensión indefinida de Huachipato.


El 6 de agosto de 2024 se anunció la suspensión indefinida de las operaciones siderúrgicas de Huachipato, situación que se concretó el 16 de septiembre con el apagado del horno, cerrando un ciclo de más de 70 años de funcionamiento. Dado el tamaño de las operaciones de la empresa, se anticipó un alto impacto en empleabilidad regional, debido a la eliminación de puestos de trabajo directos e indirectos, contratistas y subcontratistas. Para enfrentar esta emergencia, posterior al apagado del horno, el 17 de septiembre de 2024 el Gobierno da a conocer el Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, buscando aminorar el impacto ya señalado en la empleabilidad y la contracción sistemática de la actividad industrial de los últimos años. Para la gobernanza de este plan, a inicios de octubre de 2024 se conformó el Foro Estratégico Regional y la Secretaría Ejecutiva.

¿A un año de su anuncio, qué impactos ha tenido el Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío?

Para realizar una evaluación o valoración efectiva del plan, debemos considerar el nivel de cumplimiento de sus objetivos, que incluyen disminuir el impacto laboral de la suspensión indefinida de Huachipato; revertir las pérdidas de empleo, producción e infraestructura industrial en la región; e implementar una estrategia asociativa para el fortalecimiento industrial. 

En esta evaluación, en primer lugar, podemos señalar que del desempleo original proyectado por diversas instancias, más de 20 mil puestos de trabajo, la revisión de los antecedentes presentados por el Ministerio del Trabajo muestran que el efecto neto fue levemente superior a 1.000 puestos, de los cuales una fracción corresponde a personas que se acogieron a jubilación.

De esta forma, es posible afirmar que el conjunto de medidas de contención adoptadas por las empresas, con apoyo de las medidas de Gobierno, permitieron acotar el efecto. En este ámbito, los planes de subsidios para la retención laboral y recolocación para las empresas contratistas y subcontratistas, junto a otras medidas gubernamentales, fueron clave para disminuir el impacto en la empleabilidad. 

Además, muchas de estas empresas tuvieron el acompañamiento del centro C4i de nuestra Casa de Estudios, que trabajó con 91 empresas excontratistas de Huachipato en procesos tanto de transformación productiva como también comercial, ajustando sus modelos de negocio para detectar nuevas oportunidades, a través de 200 asistencias técnicas personalizadas, 59 proyectos de inversión adjudicados, diagnósticos completos y asesorías, en áreas financieras, legales, tecnológicas y de marketing.

Este acompañamiento se realizó en un año complejo, ya que muchas empresas vivían día a día con la incertidumbre de mantenerse en operación. El trabajo realizado aportó al cambio de rumbo de estas empresas, muchas de ellas transformadas y beneficiando así a cientos de trabajadores, generándose una relación de confianza entre las empresas y la universidad, que nos permite aportar con conocimiento experto para la transformación industrial.

En cuanto a implementar una estrategia asociativa, el principal rol ha sido cumplido por el Foro Estratégico Regional y la Secretaría Ejecutiva. La gobernanza del plan a través del Foro y la Secretaría se ha ido consolidando como espacio de colaboración, para la búsqueda de mecanismos que permitan agilizar la implementación de medidas específicas, de tal forma que se constituyen en un valioso capital social regional articulado con el nivel central. El Foro está integrado por representantes del Gobierno Central y el Gobierno Regional, Desarrolla Biobío, representantes de sindicatos, gremios empresariales, academia y empresas públicas.

Entre otros resultados, destaca la articulación con la Oficina de Grandes Proyectos del Ministerio de Hacienda, lo que ha permitido destrabar un porcentaje significativo de nudos críticos para proyectos de inversión mayor pública y privada en la región, por más de 17 mil millones de dólares. Este tipo de acciones colaborativas puede constituirse en ejemplo de cómo gestionar este tipo de proyectos para las demás regiones del país, donde un ministerio específico (Economía), en conjunto con una estructura específica regional (Foro Estratégico Regional Biobío), concentran sus esfuerzos en acelerar aquellos proyectos que más aportan al aceleramiento de la puesta en marcha de aquellos proyectos de mayor relevancia e impacto.

Uno de los aspectos de este plan en que se debiese avanzar en forma significativa es la recuperación y fortalecimiento de la capacidad industrial de la región. Sabemos que los efectos de la globalización han impactado –y continuarán haciéndolo– las capacidades industriales de la región y del país. Como sabemos, en la actualidad otras áreas industriales están amenazadas por la fuerte competencia internacional.

Aquí, se esperan medidas específicas de inversión que permitan el fortalecimiento de los sectores industriales actuales, junto a una ampliación de la matriz productiva basada en el conocimiento. Los planes para la instalación del Centro Tecnológico de Manufactura Avanzada del Biobío en las dependencias de Huachipato, presentado a la convocatoria de Corfo, esperamos que jueguen un rol central en esta ampliación de la matriz productiva. Esta postulación a Centro Tecnológico se une a la postulación del Smart Lab Biobío postulado a la línea StartupLabs regionales de Corfo y el proyecto en desarrollo para el Distrito de Innovación Biobío.

Nuestra región se destaca a nivel nacional por sus capacidades en innovación y desarrollo; también en forma colaborativa debemos acelerar la implementación de estos proyectos para dar respuesta a uno de los aspectos pendientes de este plan: la recuperación y fortalecimiento de la industrialización.

La Región del Biobío ha tenido un rol de liderazgo histórico en términos de industrialización. Por lo mismo, debemos continuar fortaleciendo y destacando el valioso capital social construido en torno al plan mediante el Foro Estratégico Regional y la Secretaría Ejecutiva, buscar mecanismos que garanticen su continuidad más allá del cambio de Gobierno el año 2026, su inclusión en el proyecto anunciado por el gobernador regional, el Plan Biobío 2050

El desarrollo de la Región del Biobío se construye en base a la continuidad institucional y especialmente a la capacidad de integrar los elementos positivos de las experiencias previas. Sabemos que los regímenes electorales de cuatro años no son los más favorables para la construcción de planes de largo plazo, por ello, la capacidad de articular acuerdos de largo plazo, basados en el capital social actual y en liderazgos integradores constituyen los factores que permitirán superar la crisis y proyectar de mejor forma a nuestra región hacia una época de grandes transformaciones producto de las revoluciones tecnológicas que estamos vivenciando.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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