Opinión
Cómo la tecnología está transformando la gestión de impuestos
Vivimos una etapa donde la innovación tecnológica y la gestión tributaria convergen, creando un entorno más confiable, eficiente y equitativo.
En las últimas décadas, la tecnología ha impactado prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida, y el área tributaria no ha sido la excepción. Hoy, nuestros procesos de impuestos atraviesan una verdadera revolución digital que está modificando radicalmente la forma en que la autoridad fiscal y empresas gestionan y fiscalizan los impuestos.
Un claro ejemplo de esta transformación es el Servicio de Impuestos Internos (SII), que ha implementado un sistema en línea para registrar y mantener actualizada la facturación electrónica emitida y recibida por los contribuyentes. Gracias a esta plataforma, es posible analizar exhaustivamente la información tributaria, algo prácticamente impensable en el pasado, cuando los procesos se basaban en muestras y controles manuales, con gran consumo de tiempo y mayor margen de error. Además, esta tecnología ha permitido facilitar la declaración de impuestos para ciertos contribuyentes, especialmente para quienes no cuentan con recursos para contratar asesoría profesional.
Pero el avance tecnológico no se detiene ahí. La integración de herramientas como big data e inteligencia artificial (IA) ha elevado el análisis fiscal a nuevas dimensiones. Estas tecnologías permiten procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, identificando patrones, inconsistencias y anomalías con precisión.
Para los profesionales de impuestos, estas innovaciones representan un cambio importante en sus labores diarias. La automatización reduce el tiempo destinado a tareas rutinarias y repetitivas, permitiéndoles concentrarse en análisis de mayor valor, mejorando la calidad de la información entregada a las autoridades fiscales y además ayuda a la toma de decisiones.
No obstante, la digitalización y evolución tecnológica también plantean nuevos desafíos para las empresas. Frente a esta realidad, se hace imprescindible fortalecer los controles internos, adaptándolos para garantizar que la información tributaria registrada sea confiable y cumpla con las exigencias normativas vigentes. Incorporar sistemas automatizados que validen de forma continua la calidad y precisión de los datos no es solo una recomendación, sino una necesidad para evitar sanciones y cumplir con el marco regulatorio.
Sumado a esto, robustecer los controles internos genera beneficios adicionales: mayor eficiencia operativa y una mejor gestión en los riesgos impositivos, aspectos cada vez más valorados por nuestros clientes.
En definitiva, la incorporación de la tecnología en el ámbito tributario representa un avance sustancial para una gestión más eficiente y responsable. Al analizar la totalidad de la información, se minimizan distorsiones y se genera una base sólida en la entrega de información requerida por la autoridad fiscal.
Vivimos una etapa donde la innovación tecnológica y la gestión tributaria convergen, creando un entorno más confiable, eficiente y equitativo. Las empresas deben adaptarse con rapidez a esta nueva dinámica, incorporando sistemas robustos de control, mientras que las autoridades continúan perfeccionando sus herramientas para un monitoreo más detallado, esto último lo hemos visto con los constantes mensajes enviados a los contribuyentes por situaciones irregulares en el IVA o en sus declaraciones anuales.
Esta sinergia entre tecnología, administración fiscal y sector privado es un paso decisivo hacia una cultura tributaria moderna.
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