El canadiense Michael Fullan explica que enfatizar demasiado la rendición de cuentas externas de los centros educacionales, es una de las prácticas que no deberían hacerse para lograr éxito en la reforma educacional chilena. Además, considera que, a pesar de que hay buenos cambios estructurales, estos »no son suficientes».
Reconocido como una autoridad a nivel internacional en reforma y cambio educativo, el investigador canadiense Michael Fullan se encuentra de visita en Chile realizando diversas actividades.
El decano del Ontario Institute for Studies in Education de la Universidad de Toronto y actual asesor del gobernador y del ministro de Educación de la provincia de Ontario en su país, es autor de más de una docena de libros sobre cambio organizacional y liderazgo y ha participado en importantes iniciativas de desarrollo profesional docente, consultorías y en la evaluación de procesos de cambio en todo el mundo.
Sus ideas han tenido gran repercusión en diferentes contextos y países, y entre los temas que más lo caracterizan está la importancia que entrega a la relación profesor-alumno, que considera la piedra angular del sistema educativo. Además, promueve una "reculturización" interna dentro de las escuelas, orientada a reflexionar en torno a las prácticas docentes, con énfasis en la innovación y colaboración entre profesores y directivos.
El experto subraya la necesidad de que entre profesores exista "un propósito moral", que describe como una profunda responsabilidad por el aprendizaje de cada alumno, independiente de su origen. Y al mismo tiempo, recalca la importancia de "construir capacidades en las escuelas", orientadas a desarrollar conocimiento y competencias requeridas para obtener mejores aprendizajes e impactar el sistema educativo.
Por otra parte, Fullan promueve la reestructuración de las relaciones de la escuela con su entorno "a fin de generar una nueva relación con los padres y la comunidad, uniéndose a una variada red de alianzas con otros profesores, con las universidades y las empresas".
Consultado sobre su visión sobre la reforma educacional impulsada en 2007 en el país, el experto dio algunos lineamientos y recomendaciones para obtener mejores resultados.
¿Cómo calificaría la reforma educacional chilena?
-Hay buenos cambios estructurales, pero no suficientes, por ejemplo el énfasis en el cambio de prácticas docentes, el cambio cultural en definir estrategias que vinculan la enseñanza con los resultados de los alumnos, además de una insuficiente estrategia para fortalecer el vínculo vertical entre municipio y colegios.
¿Y cuál es la línea que debe seguir el Gobierno para mejorar esto?
-Creo que primero hay cosas que no se deben hacer, como establecer un sistema de garantía de calidad que enfatiza demasiado la rendición de cuentas externa, que humilla a los colegios. Lo que se necesita es apoyar a los colegios.
Lo que hay que hacer dentro del ministerio es coordinarse mejor porque hoy hay distintas divisiones, currículum, evaluación, que trabajan en forma vertical. Tienen que integrar estrategias en una sola estrategia bien coordinada con sinergia, agregó.
Para Fullan, la tercera cosa que hay que hacer es fortalecer las capacidades. Ya existen algunos programas, pero nuevamente hay que fortalecer la sinergia entre estos programas y tener muchísimo énfasis en la construcción de capacidades para apoyar los distintos programas".
¿Qué recomienda para los docentes?
-Los profesores tienen que aprender a colaborar, a trabajar juntos, aprender mutuamente. Y hay que capacitar directores que sean capaces de crear esta cultura y de incentivar la colaboración entre los docentes. La autonomía individual no es la forma moderna de lograr la excelencia docente.
¿Y qué pasa con los incentivos y la estabilidad laboral?
-Necesitan primero incentivos intrínsecos. El orgullo y la alegría de colaborar, de aprender, de ser un mejor profesor, y también incentivos externos como tiempo para poder trabajar en colaboración con sus colegas.
