Familiares de Patricia Troncoso hicieron saber que ella rechazó la propuesta porque ésta considera la revisión de la medida de salida dominical cada seis meses, sin garantías de que no sea retirado.
La activista mapuche, que se mantiene en huelga de hambre por espacio de ya 108 días, manteniéndose actualmente en un muy delicado estado de salud, Patricia Troncoso, rechazó la propuesta formal que le ofreció el Ejecutivo para terminar el movimiento.
La propuesta consideraba su traslado a un centro de trabajo y educación y cumplidos seis meses allí, acceder al beneficio de salida dominical.
Sin embargo, familiares de la «Chepa», como la llaman sus cercanos, hicieron saber que ella rechazó la propuesta porque ésta considera la revisión de la medida de salida dominical cada seis meses, pudiéndole ser retirado el beneficio por alguna medida arbitraria.
La huelguista quiere que el beneficio sea entregado, sin condicionamientos, porque éstos podrían ser determinados por criterios arbitrarios.
«La propuesta del Gobierno la rechaza mi hija totalmente, no la aceptó» y se lo dijo a los representantes de la Iglesia, indicó Roberto Troncoso, padre de Patricia.
«Yo creo que el Gobierno quiere que mi hija se muera, para que no los frieguen más», agregó.
La respuesta de Troncoso representa una importante derrota para el Ejecutivo, que estableció por escrito su propuesta a través de la Iglesia Católica, tal como lo había solicitado la familia de la «Chepa».
Ella se encuentra en un muy delicado estado de salud, lo que hace que las autoridades teman temen un escenario que depare consecuencias irreparables de salud para la activista e incluso un desenlace fatal.
La Iglesia Católica realiza incesantes negociaciones con la activista para que deponga el movimiento.
Desalojo de Catedral de Concepción
Por otro lado, los representantes eclesiásticos de la Catedral de Concepción que permanecía ocupada por cinco activistas mapuches, por los últimos cuatro días, en apoyo a la huelga de Troncoso, pidieron esta tarde el desalojo del movimiento desde el interior del recinto.
De este modo, se espera que la fuerza pública obligue a los ocupantes de la catedral penquista, a desocuparla, permitiendo el acceso de los feligreses a ésta.
Los representantes eclesiástico dijeron que no fue posible , pese a numerosos intentos, llegar a una solución de la ocupación realizada.
