Al hacer entrega de la jefatura de la Guarnición Metropolitana, el uniformado hizo hincapié que en la época de la Caravana de la Muerte era aún menor de edad y que los hechos en que se vio envuelto «»no fueron ni previstos, preparados, alentados ni menos deseados» por él.
Al hacer entrega de su cargo como jefe de la Guarnición Militar Metropolitana, el renunciado general Gonzalo Santelices recordó este martes que sólo tenía 20 años cuando se vio involucrado en uno de los crímenes de la denominada Caravana de la Muerte, y afirmó que habría sido castigado con la pena de muerte si se hubiera negado a cumplir las órdenes impartidas por sus superiores.
En su discurso de despedida, Santelices recordó las circunstancias en las que debió trasladar a un grupo de detenidos en la ciudad de Antofagasta para que fueran ejecutados por la comitiva militar que encabezaba el general Sergio Arellano Stark, indicando que fue un acontecimiento «repudiable» que le causó un gran «impacto» y que lo llevó a proponerse trabajar en la institución por la «enseñanza de valores».
«Ante un estado de excepción constitucional, como fuere el que regía en esa época, el incumplimiento de una orden impartida por una autoridad legalmente investida estaba penada con la pena de muerte de acuerdo a la justicia Militar», dijo el uniformado.
En ese sentido hizo hincapié en que se vio involucrado en los hechos «a los dos meses de haber egresado anticipadamente como subteniente (…) y aún siendo alumno del curso básico de oficial subalterno», por lo que «era impensado no cumplir una orden de un superior, por cuanto no recibí ni ejecuté ninguna acción ilegal».
Dijo que lo que le tocó vivir fue un hecho «lamentable» además de «doloroso y repudiable» que se suman a otros que «no fueron ni pevistos, preparados, alentados ni menos deseados por el suscrito», los cuales constan en la declaración que prestó al juez Juan Guzmán Tapia, la que a su juicio fue «publicada en forma sesgada, tergiversándola por algunos medios de prensa».
Santelices expesó además que «como consecuencia del impacto que tuvo lo vivido por mí a los 20 años de edad, aún siendo menor de edad en esa época, me propuse firmemente trabajar en el Ejército en pro de la enseñanza de valores y principios basados en la verdad y el honor militar».
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