El mandatario estuvo en Punta Arenas, donde permaneció sin efectuar declaraciones a la prensa y desde donde abordó con algún retraso el avión que lo llevó de regreso a su país.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó en la madrugada de este lunes a Brasilia, tras una breve visita a la Antártica, donde asistió a la conmemoración del 25 aniversario de la base «Comandante Ferraz», que su país mantiene en la isla Rey Jorge, de las Shetland del Sur.
Según informó radio Cooperativa, el avión presidencial brasileño despegó a las 01:15 horas desde Punta Arenas, más de dos horas después de lo previsto, debido a condiciones meteorológicas adversas.
El mandatario brasileño tenía previsto llegar a Punta Arenas desde la Isla Rey Jorge a las 20:00 horas (23:00 GMT) del domingo, pero la niebla atrasó el despegue desde del avión militar «Hércules» que lo transportaba desde la base chilena «Presidente Frei».
El aparato de la Fuerza Aérea de Brasil sólo pudo aterrizar en Punta Arenas a las 00:30 horas (03:30 GMT), precisó la emisora.
El mal tiempo, frecuente en la isla Rey Jorge, situada a unos 3.500 kilómetros al sur de Santiago, también perturbó el viaje de ida del presidente Lula, previsto en un comienzo para las primeras horas del pasado sábado y que hubo de retrasarse hasta la mañana del domingo.
Pese a esos contratiempos, Luiz Inácio Lula da Silva se emocionó durante su breve visita a la Antártica, con la que cumplió, según dijo a periodistas brasileños que le acompañaron, un sueño infantil.
«Esto es una cosa maravillosa, emocionante, inimaginable», dijo Lula, según la agencia Globo online.
El mandatario consideró «muy importante» que «se destinen más recursos y tener más posibilidades de hacer investigaciones», como las que lleva a cabo el personal científico y militar que trabaja en la base, emplazada hace 25 años.
«Es preciso que tengamos un laboratorio mayor para que los científicos trabajen más y mejor» y el Gobierno de Brasil «tiene condiciones para eso, tiene dinero y tiene voluntad política», subrayó.
Durante su estancia en Punta Arenas, Lula permaneció todo el tiempo recluido en su hotel y no tuvo contacto con la prensa.
EFE
