Aunque no ha confirmado su asistencia, la sola posibilidad de que su talante autoritario y carismático concite más entusiasmo del razonable, generaría un ruido complejo de administrar para la actual mesa directiva. Si bien todos respetan su figura, algunos señalan que »el tronco histórico del socialismo lo ve como un personero más cercano a los radicales y al PPD».
Aunque muchos sectores del socialismo esperan que el tema presidencial no sea tocado en el congreso ideológico de la colectividad, que se inicia este viernes, la sola mención de que pudiera concurrir el ex Presidente Ricardo Lagos irrita a la actual mesa que preside Camilo Escalona. El mayor problema para la actual dirigencia lo representaría un exceso de entusiasmo con el ex mandatario que pueda interpretarse como una proclamación espontánea.
Los sectores más críticos de su figura dentro del PS señalan que el ex mandatario "nunca se ha sentido socialista y ha sido más distante con el partido, de hecho sus más cercanos son aquellos militantes que fueron ex Mapu o quienes pertenecen al sector denominado los ‘suizos’, que no se abanderizaban con ninguna tendencia al interior de la colectividad".
Al interior de la tienda de izquierda señalan que "el tronco histórico del socialismo reconoce al ex gobernante más cercano a los radicales y al PPD, de hecho su entorno familiar pertenece a esta última colectividad y su hijo Ricardo Lagos será candidato a senador por el Partido Por la Democracia".
Lagos no ha confirmado aún su asistencia al organizador del cónclave, el senador Jaime Naranjo, quien "no ha tenido una respuesta a favor o en contra". El fantasma de su presencia complica principalmente al propio timonel socialista, Camilo Escalona, quien hace dos años proclamó a José Miguel Insulza, actual secretario general de la OEA, como candidato presidencial.
Pero no sólo Escalona se sentiría incómodo. Marcelo Schilling, el secretario general, e incluso el propio Ricardo Solari se verían complicados con la presencia del ex presidente porque ambos se la han jugado por el ex ministro del Interior José Miguel Insulza como abanderado presidencial.
El apoyo de la mesa a Insulza fue duramente criticado por el Gobierno ya que no habían transcurrido ni seis meses de asumida Bachelet y su propio partido aparecía adelantando la carrera presidencial.
El Presidente de los empresarios
El escenario para Lagos se ha ido complicando con el paso del tiempo, tomando como momento cúspide el clima de aprobación que tuvo cuando dejó el poder. Desde ese minuto, todo ha sido cuesta abajo en la rodada. Hasta ahora, donde nuevamente repunta en las encuestas.
Las fuertes críticas hechas por las irregularidades en Ferrocarriles, así como el Transantiago, se instalaron como puntos negros retroactivos en su gestión. El ex diputado Gonzalo Martner, impulsor de la opción Lagos dentro del PS, señala que el balance de su gobierno "es ampliamente positivo. Claro que se cometieron errores, pero también hay muchos aciertos bastante significativos".
Para Martner, el rol que ha jugado el ex mandatario "es de alguien que ha sido una figura muy central desde los años 80 hasta acá, haciendo esfuerzos por recuperar la democracia y por darle un contenido social. Hay una persona que encarna esos esfuerzos sin perjuicio de los errores" y agrega que "Lagos es una persona muy valorado en el PS".
En cuanto a las críticas que se hacen a Lagos que fue el "presidente de los empresarios" señala que eso es "un ataque personal" y que ello "no es cierto porque los candidatos de los empresarios es uno que es empresario y tiene la segunda fortuna más grande del país que se llama Sebastián Piñera, y el de la UDI, Joaquín Lavín".
Disidentes de la mesa actual señalan que pueden existir discrepancias con respecto a la administración de Lagos, pero todos le reconocen el mérito político de haber finalizado su gobierno con un 70% de apoyo. "Más allá de la demolición de la imagen pública que ha articulado la derecha, su obra es más contundente que esas críticas", comentan.
