A través de una directiva emitida por ChileCompra, que elaboró en conjunto con el Programa País de Eficiencia Energética, el gobierno instruyó las pautas a seguir por el sector público para que sus adquisiciones cumplan con los objetivos que ha establecido respecto al uso eficiente de la energía y el uso racional de los recursos públicos.
ChileCompra informó este martes que instruyó a los organismos públicos que, en los procesos de adquisición de productos y servicios que requieran energía, no sólo se considere la inversión inicial requerida sino también los costos de operación a lo largo de la vida útil de ellos.
De esta forma cerca de 900 organismos públicos tendrán que incorporar la eficiencia energética entre los principales criterios a considerar al momento de adquirir o contratar un equipo o servicio que utilice energía, de manera que sus evaluaciones de costos consideren los potenciales ahorros por menor consumo y no sólo se guíen por el valor comercial de los mismos.
A través de una directiva emitida por ChileCompra, que elaboró en conjunto con el Programa País de Eficiencia Energética, el gobierno instruyó las pautas a seguir por el sector público para que sus adquisiciones cumplan con los objetivos que ha establecido respecto al uso eficiente de la energía y el uso racional de los recursos públicos.
Junto con esta instrucción, los encargados de compras del sector público recibirán un Manual de Compras Energéticamente Eficientes, el cual contiene recomendaciones y ejemplos de los ahorros que se pueden alcanzar.
Asimismo se indicó el documento, que fue elaborado por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, con la colaboración del Programa de Energía de Fundación Chile, y producido por el Programa País de Eficiencia Energética y la Dirección ChileCompra, con el financiamiento del Internacional Copper Association (Pro-Cobre), también estará disponible para que empresas del sector privado realicen inversiones similares para consumir menos energía.
ChileCompra informó que en lo esencial, los organismos públicos deberán considerar tanto la inversión inicial de un determinado bien o servicio como también los costos durante su vida útil, considerando el consumo energético y los costos de mantenimiento o reposición del producto. De acuerdo con la directiva, el producto seleccionado deberá ser aquel "cuyo costo de inversión inicial más costo de operación durante la vida estimada de operación sea el más bajo".
La medida busca institucionalizar que en cada compra o reemplazo de un equipo que usa energía se adquiera un modelo eficiente en lugar de uno ineficiente o estándar. Considerando que puede haber diferencias de hasta 90% en la cantidad de energía que requiere un producto eficiente en relación con uno no eficiente, la incorporación de esta práctica en el sector público puede incidir tanto en una disminución de la demanda energética como en significativos ahorros para el Fisco.
"La idea es que si una municipalidad va a comprar calefactores eléctricos, por ejemplo, no sólo se base en el precio de los mismos sino también evalúe cuáles son los modelos más eficientes, compare con otras fuentes energéticas e incorpore el valor del ahorro energético en el tiempo dentro de la escala de costos", explicó Tomás Campero, director de ChileCompra.
Para Cantero al elaborar las bases técnicas o términos de referencia de una adquisición de este tipo, las instituciones públicas podrán definir previamente aquellas características o requerimientos técnicos asociados al consumo energético deseado, lo que facilitará la evaluación de los desempeños energéticos de los productos y la selección de la alternativa más conveniente.
Lo anterior implicará definir aspectos como: tipo de gasolina, rendimiento de Km/litro de gasolina, en el caso de un vehículo; o tipos de ampolleta, nivel de consumo, nivel de luminosidad, vida útil, etc., en el caso de iluminación.
En tanto según Nicola Borregaard, directora ejecutiva del Programa País de Eficiencia Energética, las compras públicas de productos eficientes ha sido una experiencia exitosa en otros países. "Esperamos dos efectos. Primero, que el Estado ahorre energía y dinero por usar estos productos, porque la inversión adicional usualmente se recupera en períodos muy cortos. Segundo, que el compromiso de comprar productos energéticamente eficientes sea imitado por los privados y así se pueda estimular el mercado de este tipo de implementos, mejorando su disponibilidad y accesibilidad a menores precios".
