La mandatario sostuvo que el país cuenta con «una buena cartera de proyectos, de miles de millones de dólares, que en el futuro cercano van a permitir descomprimir estos años difíciles que hemos vivido y nos van a dar tranquilidad acerca de este tema que tiene carácter de estratégico».
La Presidenta Michelle Bachelet inauguró este miércoles la central de ciclo combinado «San Isidro II», un proyecto de ampliación de 229 millones de dólares que permite generar energía equivalente al consumo de 1,2 millones de clientes residenciales de Santiago.
En la oportunidad la mandataria destacó que desde el inició de su gestión el desafío energético fue asumido como un tema de seguridad nacional, razón por la cual tomó la decisión de nombrar un ministro de Energía, «dado que este desafío no es contingente, sino que también a largo plazo».
Bachelet explicó que en el ámbito energético el país cuenta con «una buena cartera de proyectos, de miles de millones de dólares, que en el futuro cercano van a permitir descomprimir estos años difíciles que hemos vivido y nos van a dar tranquilidad acerca de este tema que tiene carácter de estratégico».
Durante la inauguración de «San Isidro II» la jefa de Estado destacó que a partir de este tipo proyectos, además de las acciones públicas en esta área, el país ha logrado enfrentar su creciente demanda energética. «Hasta ahora hemos podido responder a la complejidad de la situación y vamos a seguir así: muy concentrados, tomando medidas, utilizando los instrumentos, promoviendo el ahorro de energía», señaló.
Sobre este punto, Bachelet destacó las acciones emprendidas recientemente para enfrentar las actuales dificultades que enfrenta el país en este tema. «El resultado hasta ahora de la campaña y del llamado a la co-responsabilidad ha tenido muy buenos éxitos, logramos ahorrar una parte importante de energía, y creo que es una tarea que tenemos que seguir haciendo y que es de todos», remarcó.
Asimismo Bachelet subrayó que durante 2006 el complejo termoeléctrico ubicado en Quillota «aportó cerca de 240 megawatt al Servicio Interconectado Central y en San Isidro II, con la turbina a vapor, el año 2008 ha subido a 350 megawatt». Cuando se encuentre en plena operación el complejo contará con una potencia estimada de 377 megawatt, que representa el 3,7% de la potencia instalada del SIC, lo que equivale a abastecer a 1,2 millones de clientes residenciales del Gran Santiago.
Hacia 2009, y en una tercera fase, se espera que la planta complete su potencia instalada mediante el uso del gas natural licuado (GNL), proveniente del Terminal de Regasificación que impulsa la ENAP en Quintero, siendo la primera planta del país que utilizará este tipo de combustible.
Durante la ceremonia, la Presidenta Bachelet destacó los esfuerzos de su administración para enfrentar el tema energético como ámbito estratégico. «Es nuestra profunda convicción y compromiso que el país siga creciendo. Todas las iniciativas que podamos hacer en esa dirección las estamos llevando adelante, y que eso, entendemos claramente, requiere un suministro energético estable, seguro y diversificado», indicó.
Asimismo, repasó algunas de las acciones emprendidas para «ser capaces de generar todo aquello que nos permitiera asegurar suministro energético, diversificar no sólo las fuentes de energía, sino los proveedores, de manera de no tener esa situación de dependencia, que hace más difícil que un país pueda garantizar y asegurar el suministro».
Bachelet resaltó los esfuerzos realizados para enfrentar «la debilidad regulatoria (del sector). El país reaccionó a fines del gobierno anterior y modificó el marco legal para promover que las inversiones pudieran realizarse».
Agregó que ello -dijo- ha permitido contar en la actualidad con «una buena cartera de proyectos, de miles de millones de dólares, que en el futuro cercano van a permitir descomprimir estos años difíciles que hemos vivido y nos van a dar tranquilidad acerca de este tema que para mí tiene carácter de estratégico».
La Jefa de Estado subrayó que proyectos como la nueva central San Isidro II permiten «compatibilizar el crecimiento con el cuidado del medio ambiente y con la equidad. Creo que son buenos ejemplos que muestran que las cosas se pueden hacer bien y que de esa manera, que también los ciudadanos, los vecinos y vecinas, puedan quedar tranquilos de que un proyecto de esta naturaleza puede cumplir con todos estos objetivos que buscamos como país».
