La Presidenta comienza una gira por el país asiático marcada por una agenda comercial, mientras todos los organismos de Derechos Humanos se organizan a nivel internacional para repudiar la infracción permanente a los derechos universales en China, con ocasión de los Juegos Olímpicos de Beijing. Organismos que ayer apuntaron a la dictadura de Pinochet por estas violaciones, como Human Rigths Watch y Amnesty Internacional, hoy piden más coherencia en un asunto tan sensible.
Ha sido reconocida internacionalmente como una mandataria cuya principal bandera de lucha es la defensa de los Derechos Humanos. Sin embargo, Bachelet desembarcará en las próximas horas en un país que ha sido el foco de atención mundial por las denuncias de violaciones a la libertad de sus ciudadanos, haciendo vista gorda de los llamados de atención que han circulado al respecto.
Cartas y declaraciones varias han dado vuelta por los correos electrónicos y los medios de comunicación nacionales, como la realizada ayer por el senador socialista Jaime Naranjo, quien afirmó que al Congreso Nacional «le faltó coraje para emitir una condena a China» y acusó un doble estándar de los parlamentarios, que anteriormente reprocharon a Venezuela y Cuba por el mismo tema.
La omisión del Congreso, pese a las insistencias de parlamentarios como Fulvio Rossi por manifestar una posición, se suma a una declaración del Gobierno que reconoce al país asiático como "una sola China" y no condena las represiones que sufre el Tíbet. Curioso panorama que se contradice con los movimientos que se han gestado en todo el mundo para repudiar la celebración de la versión 2008 de los Juegos Olímpicos en Beijing.
La vuelta al mundo
Porque organizaciones como Human Rights Watch, la misma que repudió las violaciones a los Derechos Humanos en Chile, han enfatizado la idea de que la llama olímpica no pase por el Tíbet "a menos de que el gobierno chino acepte una investigación independiente sobre los recientes disturbios en las zonas tibetanas", según declaró la entidad hace un par de semanas, además de pedir a China que transparente la situación de la región y permita el acceso libre de los medios de comunicación.
A la postura de Human Rights Watch se suma la de la ONG Freedomhouse, que condena la decisión del Comité Olímpico de "una vez más, escoger un régimen represivo como sede de los juegos. Así como los ciudadanos del mundo fijarán su atención en China en los próximos doce meses, es nuestro deseo que estén tan conmovidos hacia la situación de 1.3 millones de chinos que viven sin libertad como por el valor y la destreza de los atletas que se reunirán allí".
La Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) llamó a mediados de marzo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a tratar urgentemente y en sesión especial el tema de las violaciones a las libertades que ocurren en China, al igual que instó al gobierno del país asiático a abandonar las ofensivas contra los protestantes del Tibet.
"OMCT está muy preocupada por la seguridad de los individuos detenidos, pues corren altos riesgos de tortura y malos tratos, y por lo tanto llama a las autoridades chinas a garantizar en todas circunstancias la integridad física y sicológica de todos los que protestan y otros detenidos, y a liberarlos inmediatamente", aseguró la organización.
La OMCT llamó además al gobierno chino a respetar los derechos de libertad de expresión, asociación y asamblea, y a abstenerse de todo uso excesivo de la fuerza en el momento en que se mantiene el orden.
Y mientras en el resto del globo los ciudadanos han salido a la calle a protestar -España, Inglaterra y Grecia son un ejemplo-, las peticiones online son firmadas por millones de personas. Personalidades como el espiritual Richard Gere llaman a boicotear los juegos y Amnistía Internacional reclama a Chile tener una posición respecto a la situación del Tibet y los Derechos Humanos en China.
El director ejecutivo de la institución en el país instó a que la Presidenta influyera "decisivamente en este tema", en consecuencia con su tradicional postura al respecto. Confiando "en el activo interés y preocupación que la Presidenta Michelle Bachelet ha expresado en temas de Derechos Humanos", AI insiste en pedir declaraciones a un gobierno que se ha mantenido tibio frente a un tema que es cercano a la sensibilidad chilena, pero que parece disminuir en importancia cuando de comercio se trata.
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