Dirigentes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile acusan al decano de la Facultad de Economía y Negocios de iniciar una construcción sin la autorización de los demás organismos que comparten el terreno. Y en una declaración pública lo responsabilizan de iniciar la obra «mediante un acto de fuerza».
Uno de los más destacados integrantes de los Grupos Tantauco del candidato presidencial de la derecha y panelista del programa Tolerancia Cero de Chilevisión, el economista Felipe Morandé, está siendo duramente cuestionado. Ello, debido a la decisión de iniciar la construcción de un nuevo gimnasio para la facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, de la cual es decano, que pasa a llevar las edificaciones aledañas del Centro de Investigación Avanzada de Educación (CIAE) y de la Federación de Estudiantes.
La controversia partió en febrero pasado, fecha en que se iniciaron los trabajos para la construcción. Cuando comenzaron las clases tanto los dirigentes de la Fech como el director del CIAE, profesor Rafael Correa, notaron los daños producidos al entorno que comparten con la Facultad de Economía, pero también a sus respectivas edificaciones.
El presidente de la Fech, Federico Huneeus, señaló que lo que allí ocurrió fue «un atentado contra la convivencia universitaria», ya que se produjo «un enorme daño material a equipos de la federación y a los edificios» circundantes a la Facultad de Economía. Añadió que «se pasaron a llevar las normas de convivencia de la universidad». Aún cuando admitió que se indemnizó a los organismos afectados por la construcción.
La molestia generada fue tan grande que la Fech, en conjunto con el CIAE, emitió una declaración pública el pasado 11 de marzo en la que manifestaba su «rechazo a la construcción de una obra ajena a la sede que ocupa este centro y ajena al espacio que comparte junto a la Fech y demandan su inmediata detención». Y agrega que «el funcionamiento del CIAE y su nuevo laboratorio de neurociencias cognitivas es incompatible con un gimnasio adosado a sus muros».
Y concluye que «la construcción del gimnasio, que se efectúa mediante un acto de fuerza, destruye dependencias del CIAE, daña la convivencia universitaria y rompe con el armonioso desarrollo de nuestro espacio común».
La campaña que buscaba interrumpir la cuestionada obra, de la que la Fech responsabiliza a Morandé, habría logrado su objetivo. Ello, porque en un tono mucho más conciliador que Huneeus, el director del CIAE, profesor Rafael Correa, explicó al El Mostrador que efectivamente el tema se había convertido en un problema, pero tiene la esperanza de que el tema se solucione a partir de la próxima semana, cuando se reunirá con Morandé para, según le aseguró el decano de Economía, acordar la forma de reparar el hecho.
La disculpa de Morandé
Correa aclaró que «por un error la Facultad de Economía inició, en febrero pasado, la construcción de un gimnasio en espacios que eran del CIAE. Eso causó mucho daño». Pero la primera semana que se retomaron las actividades, Correa se reunió con Morandé y le expuso el problema. Y este último «se disculpó y detuvo la obra». Por lo que, a juicio del director del CIAE, «por el momento la situación está calmada». Aunque para ello debió intervenir el Senado Universitario, que al pronunciarse sobre lo ocurrido motivó a que el decano Morandé se disculpara y buscara una solución a la controversia que «afectaría muy seriamente las dependencias de la federación y, muy especialmente, las del CIAE».
Correa aclara que la polémica construcción «no estaba autorizada y la decisión la tomó alguien por equivocación». El profesor añade que Morandé le aseguró que él nunca dio la orden para la construcción de un nuevo gimnasio.
Después de este molesto episodio que, si bien tiene las obras paralizadas, sigue constituyendo un problema por lo que significa para el entorno, Rafael Correa explicó que ayer martes recibió una carta del decano de la Facultad de Economía y Negocios en la que le propone reunirse para tomar una decisión de cómo arreglar definitivamente el problema. Si no se llega a un consenso, el asunto podría tener un nuevo capítulo.
