El candidato concertacionista criticó esta práctica, y aseguró que en un eventual gobierno suyo esto no volvería a suceder. Junto a MEO y Sebastián Piñera, marcaron diferencias en torno a HidroAysén y las centrales nucleares. Los tres coincidieron en la necesidad de impulsar la eficiencia energética y las energías renovables.
Los candidatos presidenciales Eduardo Frei y Marco Enríquez-Ominami, entraron juntos al Espacio Riesco donde un auditorio lleno los esperaba para presenciar un debate sobre los lineamientos de política energética que impulsarán en sus eventuales gobiernos.
Pero no hubo debate en realidad, sino una tranquila presentación de cada uno de los presidenciables, en el marco del seminario «Matriz Energética 2010-2030. Construyendo escenarios, innovando y rompiendo paradigmas: Discusiones hacia una visión energética-eléctrica para Chile».
La actividad, organizada por Empresas Eléctricas A.G., Fundación AVINA, Fundación Futuro Latinoamericano, Fundación Chile y Universidad Alberto Hurtado, no contó con la presencia in situ de Sebastián Piñera. El candidato aliancista optó por enviar un video, ya que se encontraba en Punta Arenas.
Los candidatos coincidieron en la necesidad de impulsar la eficiencia energética y las Energías Renovables no Convencionales. Llamó la atención el cierre de las puertas de MEO a HidroAysén, la energía nuclear y las termoeléctricas, lo que para algunos le resta credibilidad. Así como el reconocimiento de Frei con respecto a que, finalmente, los presidentes deciden el futuro de los proyectos polémicos. Más aún, sorprendió su anuncio de que esto no seguirá siendo así.
No a HidroAysén, al carbón y a la Energía Nuclear
«Suena a chiste de mal gusto, pero buenos días a todos», bromeó Enríquez Ominami al empezar su exposición, aludiendo a la antigua participación de su esposa en el «Matinal de Chile».
Entre otros puntos el díscolo diputado se refirió al proyecto HidroAysén, del que aseguró ser «un crítico acérrimo». Pero le concedió «un punto», relativo a la poca claridad de los procesos ambientales que abrieron la puerta a la discusión de un megaproyecto que ya cuenta con cerca de 3 mil observaciones. En este sentido, el ex socialista destacó su preocupación por el valor futuro de la región de Aysén.
En cuanto a la opción nuclear, aseguró que le daba un «no dogmático», aunque no cerró la puerta totalmente, ya que indicó que «estoy perfectamente abierto al debate y que se nos demuestre que estamos equivocados». Frente a lo que sí dio todo su apoyo, fue a impulsar la Eficiencia Energética y el desarrollo de las Energías Renovables no Convencionales (ERNC).
Algunas de las propuestas de MEO fueron la necesidad de diversificar a los actores del negocio energético, desconcentrando la propiedad, así como establecer un royalty para los proyectos de generación hidroeléctrica, a los que se les cobraría entre US$10 y US$30 por MW dependiendo del número de años que el proyecto esté generando.
También apuntó a la reducción del requerimiento energético en 20 por ciento de aquí al 2020, y a nuevas políticas con respecto al uso de la leña. Así como a limitar las normas de emisión de las plantas termoeléctricas, de las que fue muy crítico y anunció la obligación de iniciar un proceso de «descarbonización».
Consultado sobre el conflicto de interés que tendría con respecto a las termoeléctricas a carbón -debido a que su jefe económico, Paul Fontaine, está ligado a millonarias inversiones en ese ámbito-, el parlamentario señaló que «Paul no tiene participación en el equipo energético porque tiene negocios y le he pedido que se inhabilite».
Como en el coliseo
Cuando le tocó el turno a Frei, aseguró que iría «derecho al grano». Y así lo hizo. Destacó que dado el gran aumento en las próximas dos décadas de la demanda energética «si no se muestra una estrategia de desarrollo se caerá como una caja de naipes».
El senador DC también apuntó a las consecuencias para las exportaciones por las exigencias mundiales en torno a la huella de carbono y recalcó la necesidad de darle «prioridad a la generación de energía lo más limpia posible», dando un fuerte espaldarazo a las ERNC.
El ex presidente también se mostró muy favorable al desarrollo hidroeléctrico. Aseguró que las empresas tendrán la tranquilidad de que los proyectos deberán cumplir con las normas para ser aprobados, ya que «no puede haber un presidente que haga para arriba o para abajo y muera un proyecto», aludiendo al tradicional gesto de los monarcas en el Coliseo a la hora de decidir la vida o la muerte de un gladiador.
Al respecto, se le preguntó sobre su papel al «levantar el dedo para Ralco», mientras era Presidente, para que explicitara su postura frente a HidroAysén. Respondió que «no influiré ni empujaré el proyecto. Si se sustenta bien, y si no, no se hace. Hacer cumplir la legislación es la primera responsabilidad de un Jefe de Estado».
En cuanto a la opción nuclear, dijo que «era una opción estratégica que Chile no podía dejar de evaluar». Y aseguró que era necesario crear una agencia de Energía Nuclear «si queremos tomar las decisiones correctas».
Además, anunció que su gobierno lanzaría un «paquete verde», que estaría plenamente operativo en 2013 y que costaría unos US$ 250 millones. Entre otros puntos, buscaría fomentar la instalación de una plataforma solar en Atacama, mejorar el aislamiento de los hogares a través de subsidios gubernamentales que financien el 30% del gasto requerido y el recambio de refrigeradores. Así como la instalación de colectores solares. También se mostró partidario de diversificar la matriz y evitar que en un futuro Chile se convierta en un país «carbón-dependiente».
Tele-Piñera
Como no estuvo presente, el mensaje que envió fue bastante escueto. Pero básicamente hizo un llamado a aprovechar el «tremendo potencial hidroeléctrico» del país. Y declaró fundamental estudiar la opción nuclear. Al igual que sus contrincantes se mostró impulsor de energías más limpias.
