Donde hay tensión y drama seguramente habrá rating y expectación. Agreguémosle que en MEO esta puesta la atención y se esperan sorpresas en su franja, pues es reconocidamente de todos los candidatos el que más sabe de medios audiovisuales, de contar historias y captar la atención.
La franja política en televisión ha sido protagonista de las elecciones y de las campañas presidenciales en muy contadas ocasiones. Uno podría decir, sin temor a equivocarse, que casi sólo en 1988, y con gran distancia después en la disputada elección de Lagos y Lavín en 1999, tuvo una cierta influencia. En el resto, y más allá de la estética o de uno que otro spot, sólo ha sido arroz de platos ya preparados y definidos.
Pero a la luz de cómo van entrando al últimos mes de campaña los candidatos presidenciales, se puede afirmar que lo que va separando a Marco Enriquez-Ominami o Eduardo Frei de la segunda vuelta son esos minutos en televisión, donde los candidatos y sus asesores despliegan su mensaje o enfrentan a sus adversarios.
Salvo porque hay mucho en juego entre Frei y MEO no deberíamos hacernos muchas expectativas de la franja. Pero la tensión entre estos candidatos lejos de bajar ha ido in crescendo, tomando ribetes dramáticos. Las últimas semanas se han sucedido las encuestas diciendo que pasara uno u el otro, y ya casi nadie se atreve a afirmar con entera seguridad cual de los dos seguirá en carrera y cual será el eliminado en diciembre. Si confiamos en las últimas encuestas, todas coinciden en que al menos MEO se ha acercado sino sobrepasado a Frei, producto de las múltiples peleas en el comando concertacionista y de los errores no forzados de su campaña
Así vemos que donde hay tensión y drama seguramente habrá rating y expectación. Agreguémosle que en MEO esta puesta la atención y se esperan sorpresas en su franja, pues es reconocidamente de todos los candidatos el que más sabe de medios audiovisuales, de contar historias y captar la atención. En gran medida el rating estará asociado a su capacidad de sorprender y provocar, dos características que han marcado su campaña.
Por eso es que entrando a los últimos metros cabeza con cabeza, quizás este elemento de campaña tan sobre regulado y algo añejo vuelva a reverdecer laureles, cuando se escriba en el futuro que fue la franja electoral de ese año la que termino definiendo si la política chilena seguía el camino de la normalidad algo cansina o fue capaz de rebelarse y sorprender dando paso a un nuevo orden político.
*Gonzalo Müller es director de BenchMark y de Ciencia Política y Políticas Públicas de la UDD.
