«Ampararse en la figura de refugiado resulta un abuso de la legislación internacional y crea un precedente nefasto y peligroso», dijo en Ginebra el diputado.
Un llamado a la Unión Interparlamentaria Mundial para que recomiende a sus países miembros “que no den refugio a los asesinos de parlamentarios, para evitar que se repita la experiencia chilena,” recordando el asesinato del senador Jaime Guzmán en 1991 formuló el diputado DC Roberto León, durante su intervención en la primera comisión ermanente de la UIP, hoy en Ginebra.
Al respecto, el parlamentario DC. Junto con destacar la necesidad de fortalecer el diálogo en las democracias, se refirió a los hechos de violencia, analizando en particular el caso del asesinato del senador Guzmán, señalando que “pese a haberse encontrado a los asesinos, tras largos años de investigación, el gobierno argentino, por sobre la opinión de su Corte Suprema, se ha negado a otorgar el pedido de extradición que le formulara nuestro país, a fin de que fuera juzgado por tribunales chilenos; lo que ha favorecido la impunidad”.
Precisó que “ampararse en la figura de refugiado resulta un abuso de la legislación internacional y crea un precedente nefasto y peligroso por cuanto la repetición de crímenes en la persona de los parlamentarios, podría generar que sus autores busquen refugio en Argentina, ya que los hechos señalan que se ha favorecido la impunidad. Es por ello que la UIP, al tenor de este ejemplo, debería sugerir a los países miembros que adopten normativas que impidan la repetición de estos hechos”.
Por otra parte, León agradeció al Grulac , Grupo de América Latina y el Caribe, que haya decidido elevar los respectivos antecedentes al Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios de la UIP, entidad que analizara estos hechos a raíz de la presentación formulada verbalmente por la delegación chilena al ser recibidos por los miembros de dicha instancia.
En el ámbito de las elecciones y de la situación democrática de los estados, el diputado agregó que “la UIP tiene que manifestar claramente que en democracia las discrepancias deben solucionarse mediante el diálogo, y de no haber acuerdo, a través de la decisión de la ciudadanía, en las urnas”.
