El presidente de la Feuc, Giorgio Jackson, comentó el hecho asegurando que «la ciudadanía y los movimientos sociales han forzado un cambio de índole política”. Paloma Muñoz de la Femes, por su parte, advirtió que la figura gremialista “era un obstáculo bastante grande, pero el problema es estructural”.
«Conseguimos la respuesta a nuestra petición, pues exigíamos la renuncia del ministro por su inoperancia», dijo la vocera de la Asamblea de Estudiantes Secundarios (Aces), Laura Ortiz tras conocer que Joaquín Lavín dejó la cartera de Educación para asumir en el Mideplan.
Reaccionando al ajuste ministerial que llevó a Felipe Bulnes desde Justicia hasta el Mineduc, obligando al otrora aspirante presidencial del gremialismo a abandonar la secretaría de Estado que debe enfrentar las movilizaciones estudiantiles, Ortiz manifestó que «hace mucho tiempo exigíamos la respuesta del ministerio, pero esto se les fue de las manos y no pudieron sostenerlo». Además la dirigenta subrayó que Lavín dejó el cargo «gracias a la exigencia de los estudiantes».
Con Laura Ortiz coincidió Paloma Muñoz, portavoz de la Federación Metropolitana de Estudiantes Secundarios (Femes), quien aludiendo el rol de fundador de la Universidad del Desarrollo que desempeñó el nuevo ministro de Planificación, destacó que «ya decíamos que no era un interlocutor válido».
«El ministro era un obstáculo bastante grande, pero el problema es estructural. Por eso no queremos que se vuelva a cambiar de ministro sin que se solucionen y resuelvan nuestras demandas», sostuvo.
Paloma Muñoz planteó, además, que los secundarios podrían acceder a un diálogo, «siempre que sea una mesa de trabajo nacional, con todos los actores presentes. Ya Lavín hizo reuniones separadas y eso fue poco transparente».
Por otro lado, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson, comentó la salida del ex alcalde de Santiago y Las Condes del Mineduc, asegurando que «la ciudadanía y los movimientos sociales han forzado un cambio de índole política. Esta crisis fue revelada por estos movimientos sociales, que constataron desde conflictos de interés hasta el desgaste de una manera tradicional de hacer política», dijo.
Jackson sostuvo que el estudiantado espera también «que este rediseño no sea solamente instrumental, sino que responda a los intereses de las grandes mayorías», insistiendo en que «si bien claramente había desconfianza hacia Lavín», el objetivo del movimiento estudiantil «nunca fue el cambio de gabinete, sino el cambio en la política de Estado” para el sector Educación.
