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Las dos almas del Frente Amplio que chocan en el Congreso PAÍS

Las dos almas del Frente Amplio que chocan en el Congreso

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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Esta división, que es descrita por asesores como “ficticia o solo anecdótica”, quedó en evidencia el miércoles 10 de abril, cuando los parlamentarios frenteamplistas se reunieron para definir una postura única ante la decisión de la DC de alinearse con el Gobierno, pero al denominado «Grupo de los cinco» no se le invitó. El G15 participó en el punto de prensa que dieron el PS, PPD y PC, en el que se anunció el enfriamiento de las relaciones con la falange. Parlamentarios del “Grupo de los quince” reconocieron que llevan unas semanas trabajando solos y que “se han hecho más expeditas las discusiones, no significa que no tengamos diferencias, pero ahora se puede trabajar”, al tiempo que destacaron que se “coordinan mejor” y que han optado por hacer “una pega más seria y constante”. Una actitud que desde el G5 es considerada como una “renuncia a la impugnación” para adaptarse al “duopolio».


“La Abuela se los dijo”, fue el Twitter del diputado Renato Garín, que marcó el punto que pocos al interior del Frente Amplio se atrevieron a asumir públicamente, luego que la bancada de la Democracia Cristiana resolviera aprobar la idea de legislar la Reforma Tributaria propuesta por el Gobierno de Sebastián Píñera y a contrapelo del resto de las bancadas de oposición.

Desde el interior del Frente Amplio (FA) reconocen que “la vuelta de chaqueta (de la DC) era esperable, pero no tan pronto” y que en la bancada completa sabían que era un riesgo firmar dicho acuerdo, pero que veían en la Reforma Tributaria una “prueba para generar confianzas”. La decisión de la falange no solo significó una desilusión, sino que además un sector de la bancada, integrado por el Partido Humanista, Ecologista Verde y el independiente Renato Garín, se “anotó un punto”, pues ellos no apoyaron la idea del acuerdo con la Democracia Cristiana.

El acuerdo administrativo de la oposición que se selló en marzo, se transformó en una teleserie al interior del frenteamplismo parlamentario. El “Grupo de los Cinco” (G5) –denominado como la “bancada de la Dignidad” por la diputada Pamela Jiles (PH)–se separó de las labores parlamentarias del “Grupo de los quince” (G15), quienes optaron por respaldar el acuerdo con la DC, lo que implicó dar los votos para que la falange se quedara con la presidencia de la Cámara de Diputados, que hoy ejerce Iván Flores y mantener las presidencias de comisiones comprometidas entre el Frente Amplio y la oposición, las que no habrían sido posibles sin los votos del partido de la flecha roja.

Los diputados del G15, integrado por las bancadas de Revolución Democrática, Partido Comunes, Partido Liberal y los diputados de la Convergencia, no solo se cambiaron de comedor y dejaron las reuniones de los martes a la hora de almuerzo con los diputados del G5 –Garín, Félix González, Jiles, Tomás Hirsch y Florcita Motuda– sino que ademas comenzaron a trabajar de forma separada, hasta con la posibilidad de crear un nuevo comité del FA.

Esta división, que es descrita por asesores como “ficticia o solo anecdótica”, quedó en evidencia el miércoles 10 de abril, cuando los parlamentarios frenteamplistas se reunieron para definir una postura única ante la decisión de la DC de alinearse con el Gobierno, pero al denominado «Grupo de los cinco» no se le invitó. El G15 participó en el punto de prensa que dieron el PS, PPD y PC, en el que se anunció el enfriamiento de las relaciones con la falange.

Parlamentarios del “Grupo de los quince” reconocieron que llevan unas semanas trabajando solos y que “se han hecho más expeditas las discusiones, no significa que no tengamos diferencias, pero ahora se puede trabajar”. Destacaron que se “coordinan mejor” y que han optado por hacer “una pega más seria y constante”. Una actitud que desde el G5 es considerada como una “renuncia a la impugnación” para adaptarse al “duopolio”.

Lo cierto es que las tensiones en el Frente Amplio no se registran solo en las últimas semanas, sino que llevan meses arrastrándose, al punto que se llegó a creer que algunos votos de la «bancada de la Dignidad» habían respaldado la opción del diputado UDI Jaime Bellolio para presidir la Cámara Baja, lo que fue descartado por la diputada Jiles, quien recalcó que los parlamentarios del G5 mostraron sus votos.

Desde el G5 intentaron bajarle el perfil al choque interno, junto con detallar que cuando la diputada Jiles anunció el nacimiento de la «bancada de la Dignidad», era “un punto político» y no significaba que querían hacer una nueva bancada, pero que los diputados Giorgio Jackson, Vlado Mirosevic y Gabriel Boric –agregaron– “se lo tomaron muy a pecho, se lo aclaramos en todos los idiomas, pero ellos querían efectivamente dividir el Frente Amplio”.

La presidenta del Partido Humanista, Catalina Valenzuela, señaló que, si hubo alguna división, está totalmente superada: “Esta supuesta división tiene más que ver con ciertos lineamientos que como PH nos hemos dado. En la práctica real, ni nuestros diputados en el Congreso ni desde nuestras orgánicas trabajando en las directivas y territorios, hay algún tipo real de división”.

[cita tipo=»destaque»]Desde la bancada reconocieron que el comité mixto –compuesto por Comunes, Liberales, PH y Ecologistas–“no ha funcionado bien” y se ha criticado la conducción de Hirsch, razón por la que se ha propuesto formar un tercer comité, separado del PH, Ecologistas, de los diputados Convergentes y de RD. Esto dejaría sin comité al Partido Humanista, Ecologista y al diputado Garín, ya que se deben tener un mínimo de cinco parlamentarios para formar uno. Una idea que aún estaría en estudio, ya que depende de la voluntad de los diputados liberales.[/cita]

Agregó que como PH solo mantuvieron la decisión tomada en diciembre, como Frente Amplio, de no pactar con la DC. “Tenemos una consecuencia histórica y ética muy importante, que tiene que ver con haber renunciado a tener puestos de cargos políticos a nivel nacional desde la época de los 90 y no haber tenido empacho en dejarlos botados solo por mantener nuestra línea de coherencia y eso, hoy en día, sigue más vigente que nunca. Es la promesa real que le hicimos a la ciudadanía: ser una alternativa real al duopolio”, enfatizó Valenzuela.

Desde la bancada reconocieron que el comité mixto –compuesto por Comunes, Liberales, PH y Ecologistas–“no ha funcionado bien” y se ha criticado la conducción de Hirsch, razón por la que se ha propuesto formar un tercer comité, separado del PH, Ecologistas, de los diputados Convergentes y de RD. Esto dejaría sin comité al Partido Humanista, Ecologista y al diputado Garín, ya que se deben tener un mínimo de cinco parlamentarios para formar uno. Una idea que aún estaría en estudio, ya que depende de la voluntad de los diputados liberales.

Factor abuela

Uno de los puntos que más complicaría la convivencia entre ambos grupos del FA en la Cámara de Diputados sería el «factor abuela». La diputada Jiles ha alcanzado un nivel de influencia política basada en su popularidad en las afueras del Congreso, con un alto grado de conocimiento que la hace “correr sola», según reclamaron en el FA.

En la última encuesta Cadem, Jiles apareció como el segundo liderazgo del frenteamplismo con más opciones presidenciales, con un 10%, y dejó en tercer lugar a históricas figuras como Jackson y Boric, que alcanzaron un 9%. El problema sería que la diputada “tiene una agenda propia”, según fuentes de la Mesa del Frente Amplio.

Dicen que su candidatura presidencial es casi un hecho y eso causa “resquemores en los otros partidos, por la independencia de Pamela”.

Jiles es reconocida por ser el principal liderazgo del G5, tanto así que ella habría posibilitado el ingreso del diputado Garín al comité mixto del Frente Amplio, luego que renunciara a su militancia en Revolución Democrática. Desde dicho comité destacaron que Hirsch solamente habría notificado a la bancada del ingreso de Garín, “sin consultar, ni nada”.

La diputada se ha visto enfrentada en distintas ocasiones con sus compañeros del FA, ha hecho abiertas críticas al liderazgo de Boric, Jackson y hasta se enfrascó en una pugna territorial con los diputados Claudia Mix (Comunes) y Pablo Vidal (RD), por apoyar a la alcaldesa de Maipú Cathy Barriga.

Por estas semanas Jiles estará fuera de las pistas. Sufrió un accidente en el salón de El Pensador en el Congreso la semana pasada, al caerse tras tropezar con unos cables, lo que le provocó fractura de tibia, peroné, teniendo que ser sometida a una operación de tres horas. Este retiro momentáneo podría mejorar las relaciones entre ambos grupos del FA, más aún con las constantes vías de acercamiento que estaría buscando Hirsch, todo con el fin de evitar que se establezca un nuevo comité que le haga perder la presidencia que él ostenta del actual.

Disputa por el segundo partido

Otra de las disputas internas que existe en el frenteamplismo, que se conecta con este distanciamiento al interior de la bancada, sería aquella por constituirse en el segundo partido ancla del Frente Amplio. Actualmente son RD y el PH los que se encuentran constituidos a nivel nacional, lo que les daría un paso mayor al interior del conglomerado.

El Partido Liberal perdió su legalización el año pasado, al igual que el Partido Igualdad y Comunes, resultado de la fusión de Izquierda Autónoma, y Poder está en proceso de constituirse en, al menos, diez regiones durante este año.

Por otra parte, las organizaciones en Convergencia, Izquierda Libertaria, SOL, Nueva Democracia, Movimiento Autonomista y Convergencia de Izquierda, están terminando su proceso fundacional, escogiendo nombre, el que tentativamente podría ser Partido Socialista Libertario, y consolidado su tesis política para el periodo, luego que la línea liderada por el alcalde Jorge Sharp e Izquierda Libertaria, llamada “La Corriente”, resultara ser la más votada en la última consulta realizada. El objetivo es que dicho partido se legalice antes de las negociaciones municipales, en al menos tres regiones.

Todo con miras a las próximas municipales, para las cuales se debe definir, o no, una estrategia común con el resto de los partidos de oposición. Es justamente en esta discusión donde revive el fantasma de la Democracia Cristiana, ya que hay un sector del Frente Amplio que es representado por el G5 en el Congreso y que no está dispuesto a pactar con la falange, “ni siquiera por omisión”.

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