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Credito: ATON
El líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) catalogó a Marchant como «un nuevo mártir de la nación mapuche», que murió en medio de una acción de reivindicación territorial. «Tenemos un hermano asesinado y al parecer bajo una situación que es bien dura, que puede ser interpretada incluso de horror en la forma en que fue ejecutado», expresó Llaitul, quien reiteró sus cuestionamientos ante las primeras versiones que hablaban de su hijo, Ernesto Llaitul, como víctima de los enfrentamientos.
Hoy se realizó el Eluwun -una ceremonia mapuche de despedida para quienes fallecen- de Pablo Marchant, integrante de la CAM, quien murió tras ser baleado por Carabineros en enfrentamientos en Carahue, en un predio de la forestal Mininco, reclamado por comunidades mapuche.
En este contexto, el líder de la CAM, Héctor Llaitul, en entrevista con Radio Universidad de Chile, sostuvo que preliminarmente sostienen que Marchant fue ejecutado, debido a disparos en la cabeza a corta distancia, según la misma declaración de Carabineros, que consigna Ciper Chile.
«Los hechos son bien dolorosos para el pueblo mapuche. Tenemos un hermano asesinado y al parecer bajo una situación que es bien dura, que puede ser interpretada incluso de horror, por la forma. Nosotros decimos de manera preliminar que él fue ejecutado y tenemos que abordar esta situación con mucho respeto porque hay una familia detrás», agregó Llaitul.
El líder de la CAM defendió las acciones de reivindicación territorial, y se refirió a Marchant como «un nuevo mártir de la nación mapuche». A su juicio, corresponden a reivindicaciones históricas y justas. «Una acción de resistencia no tiene un sentido de terrorismo o violencia, como habla inescrupulosamente la clase política en defensa del capital que piensa que hay terrorismo o violencia desmedida. Aquí hay acciones que fueron pacíficas y legales y que nunca fueron oídas, nunca fueron atendidas, y por lo tanto las acciones de resistencia para defender el territorio y el mundo mapuche serán desarrolladas por nuestra gente», manifestó.
También apuntó a la existencia de una policía militarizada y una lucha desigual con las comunidades. Acusó que las policías «mienten descaradamente» -citando el Caso Huracán- y si bien reconoció que no tienen información completa de lo que sucedió, destacó que siempre hay dos versiones sobre los hechos. En esa línea, enfatizó que no creen en la investigación que puedan hacer los agentes del Estado.
Llaitul reiteró, además, sus críticas ante el manejo de Carabineros y la Fiscalía, sobre las primeras informaciones que daban por muerto a su hijo, Ernesto Llaitul. «Yo no entiendo, no logro entender cómo Carabineros, la inteligencia de los pacos, la Fiscalía, se prestó para una maniobra tan del horror de informar que era un hijo mío. Esa situación no la logro entender, qué pretendían hacer con eso, si enviar una señal desde la Inteligencia, si fue una maniobra distractora para algo, no lo logro entender, o tal vez un tipo de incapacidad que puede entenderse como negligencia o estupidez”, manifestó.
Consultado sobre si veía alguna intencionalidad en que fuera su hijo el fallecido, ante estas versiones, sostuvo que no lo saben, pero que pueden sacar deducciones. «De alguna manera estaban ahí en una posición de victoria, de triunfo, de haber abatido a alguien importante me imagino yo, esa situación los obnubiló, pensando que tenían aquí, no sé, un logro que a ellos se les mete en la cabeza o alguien les mete en la cabeza, sus jefes, sus patrones, que les meten eso en la cabeza, de que hay que abatir a ciertos dirigentes a cierta gente destacada”, sentenció Llaitul.
