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Crédito: Agencia UNO
Fueron 109 votos a favor, de los 89 necesarios, que le dieron el punto de partida al nuevo proceso constitucional que busca dejar atrás la Constitución del 80. En el trabajo en comisión se vio la alineación de los partidos que suscribieron al acuerdo y, a diferencia de otros procesos, los votos de oposición y oficialismo siguieron la misma línea en Sala y lograron ponerse en función de un objetivo común. Desde el Ejecutivo también valoraron la señal positiva que significa este acuerdo: «Estamos inspirados todos en una profunda convicción democrática y eso significa que prevalecen las mayorías, como en este caso, en que hay una mayoría contundente, transversal desde el punto de vista ideológico y político partidista, y hay una minoría, que debe ser respetada, pero que es eso, una minoría, y lo demuestra la votación”, señaló al final de la sesión la ministra de Segpres, Ana Lya Uriarte. [ACTUALIZADA]
Pasaron 30 días para que el Acuerdo por Chile -el que habilita un nuevo proceso constituyente- llegara a puerto. Con 109 votos a favor, 37 en contra y 2 abstenciones, se hace realidad, por segunda vez, el proceso constituyente que intenta dejar atrás la Constitución actual de 1980. Largas negociaciones de los parlamentarios, desde el PC a la UDI, que se dieron durante extensas jornadas, vieron la luz y, ahora, solamente falta la promulgación y publicación para que el proyecto de nueva Constitución empiece a dar sus primeros pasos.
El resultado dejó aires de satisfacción fuera de la Sala: «Acabamos de ser testigos de que la palabra, en política, se cumple y que cuando las fuerzas políticas, de manera transversal, se ponen de acuerdo para poder enfrentar uno de los temas más importantes y relevantes para la historia de nuestro país, las cosas funcionan”, dijo el jefe de la bancada PS Marcos Ilabaca. El expresidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Raúl Soto (PPD), valoró el gesto institucional que se entregó con la aprobación de esta reforma: «Espero que al final del camino podamos estar aprobando, en esta segunda oportunidad, un texto que pavimente el camino para un Chile mejor, alejándonos de las experiencias de los países vecinos como Perú, como Brasil, como Argentina». El actual presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic (PL), secundó a su antecesor del cargo: “Hemos tenido una tramitación en el tiempo acordado (…). Honramos la palabra y podemos estar contentos por la democracia chilena”.
Desde el Ejecutivo también valoraron la señal positiva que significa este acuerdo: «Estamos inspirados todos en una profunda convicción democrática y eso significa que prevalecen las mayorías, como en este caso, en que hay una mayoría contundente, transversal desde el punto de vista ideológico y político partidista, y hay una minoría, que debe ser respetada, pero que es eso, una minoría, y lo demuestra la votación”, señaló al final de la sesión la ministra de Segpres, Ana Lya Uriarte.
El debate comenzó a las diez de la mañana y había confianza de parte de los parlamentarios que suscribieron al acuerdo. Es que el trabajo en comisión demostró que la alineación para con el acuerdo fue impecable, desde todos los partidos que suscribieron al acuerdo. Al proyecto original se le habían ingresado 350 indicaciones y se rechazaron todas. En un comienzo, esperaban que la sesión de ayer se extendiera hasta las cuatro o cinco de la madrugada, pero debido a esta alineación -y a mecanismos reglamentarios para aplicar celeridad- la comisión logró despachar el proyecto a la Cámara baja a eso de las 23:00 horas.
Ya en Sala, el debate mostró las dos caras principales de la votación. Por un lado, quienes estaban en contra de la reforma –Republicanos, PDG e independientes–, alegaban que Chile Vamos estaba pactando con la extrema izquierda, con quienes “indultan delincuentes”, dijo Juan Carlos Mesa (Partido Republicano), con quienes patrocinaban un acuerdo que “le daba la espalda a la ciudadanía”, dijo la independiente Sara Concha, haciendo alusión, además, a que todas las indicaciones ingresadas fueron desestimadas.
Por el otro lado, los partidos que suscribieron al acuerdo defendieron la reforma constitucional aun cuando había diferencias de lado y lado. Catalina Pérez (RD) explicó que “el acuerdo tampoco es el que a nosotros nos hubiese gustado elaborar, pero esto es política y la política tiene diálogo con diferentes”. El diputado Diego Schalper (RN) apoyó la reforma constitucional sosteniendo que la respuesta no era refundar Chile ni tampoco mantener la misma Carta Fundamental: “Lo primero no encarna el 62% que rechazó el texto, porque la inmensa mayoría de ese porcentaje rechazó porque quiere una mejor Constitución, no porque quiere dejar todo como está”.
Otro evento que mostró a los diputados del oficialismo y de oposición en la misma línea, fue el hecho que protagonizó el diputado Gonzalo de la Carrera. El electo por el Partido Republicano había comenzado a grabar y a hostigar al diputado Schalper (RN) luego de que la acusación de censura a Karol Cariola (PC), que ingresó el Partido Republicano, no contara con ningún voto de la derecha. En ese momento, los colegas oficialistas respaldaron al RN y le decían a De la Carrera que “los dejaran trabajar”. Tras el evento, fuera de la sala de la comisión, Schalper marcó una línea clara: “Los países que se construyen sobre la confrontación, la funa y el matonaje terminan como Brasil. Lamentablemente en Chile, hoy día el matonaje no es solamente patrimonio de sectores anarquistas de izquierda, sino que también algunos sectores que se dicen ser de derecha han hecho eso parte de su inventario”.
Tres días después que el Presidente Gabriel Boric promulgue la ley que habilita el proceso constituyente y se publique en el Diario Oficial, ambas cámaras del Parlamento tendrán que convocar a una sesión en donde escogerán los miembros que integrarán la Comisión Experta y el Comité Técnico de Admisibilidad, para que ambos organismos comiencen a operar el 6 de marzo de este año.
La Comisión Experta tendrá tres meses para elaborar un anteproyecto de Constitución para que sea evaluado por el Concejo Constitucional, organismo deliberante 100% electo en el proceso constituyente. Los integrantes de este Consejo serán elegidos a través de sufragio obligatorio y este está calendarizado para el 7 de mayo.
Un mes después, el 7 de junio, se instalará dicho organismo y comenzará a elaborar una nueva propuesta de Constitución en un máximo de cinco meses. Será el domingo 17 de diciembre el día en que, a través de un plebiscito, la ciudadanía tendrá que responder el siguiente enunciado: «¿Está usted a favor o en contra del texto de Nueva Constitución?». Depende de dicha elección si los debates respecto a una nueva Constitución se acaban o, bien, se buscarán nuevas fórmulas.
