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Sebastián Edwards: “Marcel ha sido el único adulto en la habitación” PAÍS

Sebastián Edwards: “Marcel ha sido el único adulto en la habitación”

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Así resume el destacado economista el rol crucial que ha jugado el ministro de Hacienda de este gobierno. Además aborda cómo las acciones de Donald Trump impactan en la economía mundial, en el incremento de los pobres y comenta nuestra serie “Presidenciables y Pobreza”.


–Si uno quisiera resumir cuál es la solución al problema económico y social de Chile en una línea, sería: crear empleos de calidad. Y la única manera de hacerlo es contar con empleadores que entiendan que tienen que ser buenos empleadores. Esto no es una cuestión solamente moral, sino también una obligación legal. 

Sebastián Edwards (72), economista, académico de la UCLA, consultor internacional y escritor de ficción y de ensayos como “La historia de los Chicago Boys y el futuro del neoliberalismo”, viene llegando de su habitual paseo matutino con Alicia. Alicia lo acompaña por la mañana y la noche en sus caminatas por el barrio donde viven en California. Radicado en Estados Unidos desde 1977, en esos paseos constata cómo se vive la pobreza en la mayor potencia económica mundial.  

Vivo en un vecindario de clase media. En una casa muy bonita en un barrio diverso. Queda cerca de una zona de muchos restaurantes, asiáticos en su mayoría, y talleres de todo tipo. En eso se parece a ciertos sectores de Ñuñoa. Y, por todos lados, se ve gente en condición de calle. Cuando saco a caminar a Alicia, mi perrita, mezcla de chihuahua con whippet, me encuentro con tres tipos de poblaciones

Los resume así: “Otros humanos paseando a sus mascotas. Bandas de coyotes que bajan desde la montaña de Santa Mónica y que dan un poco de pánico, aunque Alicia cree ingenuamente que podría enfrentarlos. Y personas en situación de calle, yendo de un lado a otro. Andan por aquí, por la abundancia de restaurantes, en cuya basura pueden encontrar comida. Te cuento esto para precisar que en Estados Unidos me topo con la pobreza máxima todos los días. No porque éste sea un país rico, no hay pobreza. 

–¿Es una realidad que ha aumentado? 

Hemos visto un aumento de la pobreza. En este país hay un problema de políticas públicas muy serio. California del sur tiene un clima muy benigno, por lo tanto, es un imán para la gente en condición de calle. Al mismo tiempo, es un estado muy rico. Si fuera país, sería el cuarto más rico del mundo. Es además muy progresista, muy a la izquierda. El más a la izquierda de toda la unión americana. Hay aquí entonces una gran preocupación por la pobreza, la que aumentó mucho después de la pandemia. La pandemia cambió el mundo en formas que hoy todavía no logramos entender. Entre ellas están el aumento de quienes viven en calle y la pobreza.  

Qué es para ti la pobreza

¿Cómo ves la pobreza en Chile hoy? 

No vivo en Chile desde hace décadas. Paso unos 30 días allá al año, distribuidos en distintos meses. Acabo de estar por allá. Cuando voy, ando mucho en metro. Suelo bajar desde Providencia hasta la Estación Central o más abajo. Luego me vuelvo, cambiando de línea, hasta el Museo de Bellas Artes, donde almuerzo en la Primera Compañía de Bomberos. En esos viajes es visualmente evidente que hay un aumento de la pobreza. Además, las cifras muestran que después de la pandemia y del estallido social hubo un aumento. Últimamente han bajado algo esos números, pero es un problema importante en Chile frente al que no se puede bajar la guardia.

El estancamiento económico muestra sus efectos. Hay además un agudo desbalance en las arcas públicas. ¿Qué requiere ese próximo gobierno para hacerlo bien y mejorar el panorama?

Chile está enfrentando problemas económicos y sociales muy serios. Es un país que se encuentra trancado. Hay poca creatividad para entender qué está sucediendo y falta una visión de país. Escasea la conversación relevante. Por eso creo que este espacio y la iniciativa de que los candidatos presidenciales respondan preguntas sobre pobreza sirven para ampliar la conversación. 

Sebastián Edwards habla de lo que respondieron las candidatas Evelyn Matthei y Carolina Tohá a tres preguntas que les hicimos a ellas y a otros candidatos: ¿Qué es intelectual y emocionalmente para ti la pobreza? ¿Cuáles son sus causas? ¿Qué priorizarías para reducirla en los primeros cien días de tu eventual gobierno? Aquí puedes ver las respuestas en video. 

Las respuestas de Matthei y Tohá

Sebastián Edwards cree que un niño, por mencionar alguien impoluto en términos ideológicos, sabría qué hacer para que las personas tengan empleo. “Debe haber lugares que lo ofrezcan. Así de simple. Y esos son las empresas. Para que haya empresas, se requiere dar facilidades a empresarios y emprendedores para crearlas”.  Pone un ejemplo concreto: “No hay nada más pro empleo que los restaurantes. Todavía los robots no cocinan masivamente, no ponen ni levantan las mesas, no ofrecen el menú. Pero si tú quieres instalar un restaurante, ¿cuántas licencias, permisos, papeles tienes que sacar? La permisología no genera trabajo.  

–Evelyn Matthei habla de no malgastar las platas fiscales y dice que lograr el ajuste será complejo. ¿Compartes sus juicios?    

–La creación de empleos es clave, junto con la creación de empresas para generar esos necesarios empleos. Eso debería guiar a todos los candidatos. Evelyn señala lo del ajuste fiscal y lo más probable es que en el cortísimo plazo eso cree ciertas disrupciones, porque hay mucha gente que vive a costa del Estado y que va a tener que dejar de hacerlo. No hay otra manera de enfrentar el problema.

 –¿Cómo se reconstruye un sistema sólido de ahorro fiscal como el que llegamos a tener en Chile? 

–Lo primero es tener la voluntad de hacerlo. Para eso hay que entender que el ahorro es importante. Creo que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, lo entiende. Pero no creo que el actual presidente de la República, cuando fue ungido presidente, lo haya entendido. Con el tiempo lo aprendió. Pero hay mucha gente en su coalición que no comprende la necesidad de balancear el presupuesto de la nación. Que no hacerlo tiene implicancias muy costosas, especialmente para los más pobres.

–Ya comentaste las respuestas de Matthei sobre la pobreza, ¿qué rescatas de las de Carolina Tohá?  

–La diferenciación en distintos tipos de pobreza que ella hace es importante, porque contribuye a crear programas sociales inteligentes. La pobreza de la mujer es muy diferente a la del hombre; la de los niños a las de los adultos mayores. La de las personas que viven en el campo es distinta a la de quien habita en una gran ciudad. La pobreza de quien acaba de caer en esa situación, no tiene nada que ver con el que lleva años en ella. Es correcto ese enfoque de Tohá.

El momento crítico de Marcel

–En entrevistas sobre tu libro de los Chicago Boys, has dicho que les faltó ocuparse de la desigualdad.

–Lo que se necesita un país es estar en paz y prosperar. La prosperidad debe estar al alcance de todos de acuerdo al mérito, pero además debe situarse sobre ese mínimo que es la línea de la pobreza. Para eso hay que ocuparse del tema de la desigualdad. Ignorarlo es un error. Pero sólo preocuparse de la desigualdad también es errado. Hay que buscar el justo medio. Lo digo en mi libro y lo he dicho muchas veces: los Chicago Boys ignoraron el tema de la desigualdad. Eso fue un problema y es, en parte, lo que explica el estallido social.  

–¿Qué evaluación haces del rol del actual ministro de Hacienda, Mario Marcel?   

Tengo gran admiración por Mario Marcel. Lo ha hecho muy bien… considerando que es el ministro de Hacienda de Gabriel Boric. Cuando hablo con mis amigos de derecha dicen que es terrible, que no ha habido crecimiento, que el presupuesto se desequilibró, etcétera, etcétera, etcétera. El noventa por ciento de lo que afirman es correcto, pero hay que poner las cosas en su contexto. El contexto es que Mario Marcel no es ministro de Sebastián Piñera, sino de Gabriel Boric. Pero ha sido durante todo este gobierno el único adulto en la habitación. 

Con ironía, pasa revista al gabinete. “Si uno piensa en Carlos Montes, a quien quiero y conozco mucho, mi impresión es que etariamente es bien adulto. Pero no se ha comportado como tal. Uno habría pensado que el ministro Luis Cordero iba a ser adulto en su conducta, pero también ha sido una gran decepción. Así, en un gobierno accidental como éste, que haya habido un adulto capaz de mantener las cosas más o menos en línea y que, cuando llegó el momento crítico, se hizo oír e impuso su criterio, tiene su mérito”.  

–¿Cuál sería ese momento crítico del que hablas? 

–Cuando un joven, cuyo nombre no recuerdo –dice, refiriéndose a José Miguel Ahumada–, quería que Chile se saliera de todos los tratados de libre comercio internacionales. Mario Marcel no solo paró esa locura, sino que se encargó de que ese joven saliera del gobierno. Entonces, entre sumas y restas, tengo muy buena evaluación de Mario Marcel.

Insiste, porque esto lo ha dicho en recientes entrevistas, en que la única crítica que le hace “es su apoyo irrestricto a la directora de presupuesto que ha cometido errores que no son perdonables. Ella debería haber salido hace rato del gobierno”. 

SABER QUEDARSE CALLADOS

Sebastián Edwards está escribiendo una biografía de Salvador Allende. Verá la luz en 2026. “Cada vez que terminó un capítulo, se abren otros nuevos. Los de Allende fueron 1.043 días de gobierno y cada uno fue como si fuera un año”. 

Le preguntamos si habría similitudes entre las ideas económicas de Gabriel Boric y las de su admirado presidente Allende. “No hay ninguna relación entre la política económica de Allende y la de Boric. Era otro contexto. Estaba la Guerra Fría y había dos modelos en las antípodas que competían: el capitalista y el socialismo real. Pese a todo lo que se discute de Allende y su gobierno, la gente no sabe bien lo que pasó. Ni hablar de los jóvenes del gobierno, incluyendo el presidente, que no tienen cabal conocimiento de que sucedió durante la Unidad Popular”. 

Ha entrevistado a casi todos los colaboradores vivos de Allende. “Sólo me falta Rolando Calderón, que está muy muy viejito. Fue uno de los cuatro ministros de Agricultura de Allende, después de Jacques Chonchol, súper odiado por la derecha. Eran los tiempos de la reforma agraria”. Poco después de entrevistar a Chonchol, el ex ministro murió. “Por eso algunos andan diciendo que mejor no hablen conmigo”. 

–Hablabas de la Guerra Fría y de dos modelos que se enfrentaban. Ahora Estados Unidos y China, las dos potencias mundiales, están trenzadas en una guerra comercial dentro de modelo capitalista. ¿Cómo nos afectará? ¿Qué debe hacer Chile? 

–Chile tiene que quedarse callado. Ludwig Wittgenstein, el filósofo alemán, no siempre leído, a pesar de ser muy citado, dijo que si uno no tiene algo que decir, es mejor quedarse callado. En este caso, nosotros debemos quedarnos callados. Esa es la estrategia adecuada.

Hace, eso sí, una salvedad. “En nuestras conversaciones con la oficina de comercio de Estados Unidos hay que intentar modificar la clasificación de los países en los cuatro cambuchos que nos ha metido Trump. Hay un cambucho especial, que es China, el adversario; otro cambucho para los vecinos, México y Canadá; un tercer cambucho de las tarifas recíprocas en que están Vietnam, Japón, la Unión Europea; y el cambucho del 10 por ciento donde estamos todos los demás. Chile debería tratar de convencerlos de que ese 10 por ciento es demasiado amplio. Y que, al menos deberían dividirlo en dos, los que se portan bien a juicio de EE.UU Estados Unidos y los que no tanto”. 

A esta mirada pragmática, agrega la buena educación. El ubicatex. Cita de nuevo a Allende. “En diciembre de 1972, Allende pidió permiso al Congreso para ausentarse. Entonces era así. Hizo una gira de Santiago a Lima, Lima a México, México a Nueva York, Nueva York, a Argelia, Argelia a Moscú, Moscú a La Habana y de ahí de vuelta a Santiago. Allende en ese viaje no habla como hace Boric al referirse a Estados Unidos. Y eso que era plena Guerra Fría. El embajador de Estados Unidos en las Naciones Unidas, entonces era George Bush, y ponderó lo cálido de Allende y la profunda conversación que tuvieron. ¿Conclusión? Lo cortés no quita lo valiente”.

Lo positivo de una y de otra

–The Economist sostiene que el gobierno de Trump ha provocado daños duraderos a la economía mundial. ¿Todo puede ser peor? ¿Cuáles son tus vaticinios? 

–En The Economist, se trata de escribir muy bien pero de forma simple. Simplifique, simplifique, simplifique es la instrucción, y luego exagere. Simplify, simplify, simplify and then exaggerate. Entonces todo el rato están poniéndole color. La verdad es que en este tema no sabemos nada. Aunque sí te puedo decir una cosa: los aranceles recíprocos no van a durar. Te lo doy firmado. Si ya lo estamos viendo. Que le cobren un arancel de 70 por ciento a Vietnam para siempre, no va a suceder. Esto tiene una consecuencia bien interesante: los empresarios, que saben que esto no va a durar, en vez de cambiar su comportamiento, van a postergar un montón de decisiones. Entonces, no sabemos. 

Lo que sí sabe y da por firmado de nuevo es que Trump no será relecto. Que habrá recesión también lo afirma, pero no le parece tan problemático. “Lo fregado sí es que haya una recesión con alta inflación, una estanflación. ¡Hay tanta cosa que no sabemos! Desde un punto de vista personal, mi consejo es que hay que esperar, porque lo único que sabemos es que no sabemos nada y no hay que andar repitiendo trivialidades”. 

 –Sin pretender que me digas por quién vas a votar, ¿cuál de los candidatos te merece más confianza en lo económico?  

–Creo que entre Evelyn Matthei y Carolina Tohá se dará la disputa presidencial y eso es razonable. No en vano cada una está liderando en los dos bloques. A ambas las conozco y respeto. Tengo una opinión muy crítica de este gobierno y hace bien Tohá en desmarcarse de él. No me parece escandaloso. A Matthei le rescato que en materia social sostenga que es mejor hacer transferencias en dinero y no tanto en servicios. Me gusta su énfasis en enfocar la educación en preparación en oficios y desarrollo de las escuelas técnicas.  

 

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