Publicidad
PDG enfrenta sus primeras tensiones y busca posicionar el voto nulo como tercera vía PAÍS

PDG enfrenta sus primeras tensiones y busca posicionar el voto nulo como tercera vía

Publicidad
Francisca Castillo
Por : Francisca Castillo Periodista El Mostrador
Ver Más

Analistas señalan que capitalizar el voto nulo o blanco como tercera alternativa en la papeleta presidencial puede implicar riesgos para el sistema democrático, si la conducción del descontento no se traduce en un proyecto político capaz de superar el discurso antiestablishment. 


Este domingo el Partido de la Gente (PDG) oficializó su decisión de no respaldar a ninguno de los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta presidencial el próximo 14 de diciembre. La consulta digital interna realizada entre sus militantes arrojó que la opción “Nulo o Blanco” obtuvo un 78% de los sufragios, José Antonio Kast un 20% de las preferencias y Jeannette Jara solo un 2%. 

En un comunicado, la colectividad declaró que la elección “refleja el descontento legítimo de nuestras bases con las alternativas que estarán en el próximo balotaje”. Definición que marca un giro respecto a las elecciones del 2021, cuando el PDG sí apoyó al candidato de ultraderecha, lo que generó tensiones dentro del partido.

No obstante, el proceso de “democracia digital” no estuvo exento de polémicas, ya que la dirección de la colectividad decidió no dar a conocer el número total de militantes que participaron en la consulta, lo que gatilló críticas internas. La diputada electa del PDG, Pamela Jiles, declaró que “sería muy necesario que las autoridades del Partido de la Gente dieran a conocer esa información a la prensa a la brevedad”, lo que no fue compartido por todos los parlamentarios electos.

En respuesta, el presidente de la colectividad, Rodrigo Vattuone, señaló que “las decisiones estratégicas las tomo yo con la directiva nacional”, afirmando que si entregan las cifras de participación van “a ser mal utilizadas por los analistas”.

“No votó poca gente, votó más gente que cualquier encuesta que conocimos. (…) Y eso nos da la tranquilidad y la representatividad para tener claro el resultado y darlo a conocer a la opinión pública. Además es un proceso interno del partido”, agregó Vattuone. 

Sin embargo, desde la tienda solo informaron el porcentaje de votos entre las alternativas y descartaron revelar la cantidad de militantes que participaron. De acuerdo con el Servicio Electoral, actualizado hasta octubre pasado, el PDG tiene 38 mil militantes.

Capitalizar la insatisfacción

Analistas apuntan a que la decisión del PDG parece responder a una estrategia para capitalizar políticamente la insatisfacción de amplios sectores del electorado. Al promover el voto nulo o blanco, el partido busca presentarse como una tercera vía: una alternativa para quienes no se sienten representados por los polos de derecha o izquierda tradicionales. Este gesto puede interpretarse como parte de un esfuerzo por consolidar su identidad y aumentar su presencia en la arena política más allá del apoyo directo a un candidato.

Esa definición también ha sido interpretada como un intento por manejar las expectativas de futuras contiendas e impedir que esos votantes se sumen al patrimonio electoral del próximo Mandatario.

“Es un electorado poco disciplinado, de baja estructura partidaria y más reactivo que alineado. En la práctica ningún candidato se asegura el voto de Parisi. Lo que sí pesa es la señal política que entrega el PDG para ordenar al 19,7% obtenido en la primera vuelta, donde hay un 78% de su base militante que está por votar nulo o blanco. Recordemos que en el fondo hay cuatro votos en la segunda vuelta: Kast, Jara, pero también se puede votar nulo o blanco. Entonces no se reduce solo a dos opciones”, dijo el director del Centro Democracia y Opinión Pública UCEN, Marco Moreno, en el programa Empieza x Acá de El Mostrador. 

Sin embargo, el intento por arrogarse la representación del voto nulo o blanco como tercera alternativa en la papeleta presidencial puede implicar riesgos para el sistema democrático, si la conducción del descontento no se traduce en un proyecto político capaz de superar el discurso antiestablishment

Así lo explica el cientista político e investigador del Instituto Libertad, Pablo Rodríguez, quien afirma que “intentar capitalizar el voto nulo significa un giro discursivo importante”. 

“Por lo general, al hablar de Parisi pensamos en un político no tradicional que dice en sencillo temas complejos y que sus críticos lo catalogan de populista. Pero apostar al voto nulo indicaría que estarían avanzando un paso más y nos encontraríamos con un candidato más antisistema, lo que es muy diferente, pensando en su proyección futura y el papel que podría tener el PDG en el Congreso. Porque una cosa es hablar de problemas de representación y otra distinta es tratar de deslegitimar un proceso electoral”, dijo Rodríguez en conversación con El Mostrador. 

En esa línea, el investigador agregó que “es probable que el voto nulo o blanco aumente en comparación a la primera vuelta, principalmente por el efecto del voto obligatorio y porque los electores que en primera instancia escogieron una opción no se vean convocados por ninguno de los candidatos. Pero eso es muy distinto a pensar que Parisi pueda representar esa expresión electoral”, puntualizó.

El devenir ideológico del PDG y la experiencia del M5S en Italia

El próximo viernes 12 de diciembre la dirección del PDG se reunirá con los 14 parlamentarios electos para comenzar a organizar su participación en el Congreso a partir de marzo de 2026. El encuentro contará con la presencia de Franco Parisi, en medio de la incertidumbre sobre si finalmente decidirá quedarse en Chile y aportar en el ordenamiento orgánico de la tienda con miras a las presidenciales de 2029.

La colectividad además continuará con un proceso de definiciones doctrinarias iniciado este 2025, en busca de establecer pisos ideológicos mínimos para su funcionamiento en un Parlamento donde se proyectan como un partido bisagra frente a las demás coaliciones. 

En esa línea, cabe mencionar que el PDG se inserta en la tendencia global de partidos populistas que buscan captar el malestar social a través de un relato antiélite, donde el devenir de estas alternativas es diverso, dependiendo del contexto político en el que se desenvuelven. 

Una de las experiencias más similares es el Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Italia, partido que surge a partir de la crisis política del 2008, emergiendo como una opción de rechazo hacia el conjunto del establishment político y en la aparición de liderazgos outsider. Al igual que el PDG, sus representantes incursionaron en el espacio digital, organizando foros de protesta en la web en contra de lo que llamaban la casta política. 

En ese entonces, el M5S se presentó como una fuerza ni de derecha ni de izquierda, sino postideológica, amplitud que les permitió impulsar agendas ideológicamente contradictorias y presentarse como una tercera vía a las tradicionales fuerzas políticas italianas. Giuseppe Conte, uno de sus principales líderes, llegó a ser primer ministro en 2018, en medio de un caos institucional. Y el partido ha incursionado en alianzas desde las ultraderechas hasta las izquierdas.

Luego del triunfo de Giorgia Meloni en 2022, el M5S ha ido cayendo en preferencias, hecho que los obligó a reformular los pilares del partido, mediante una asamblea constituyente que se ha definido políticamente como “progresista independiente”, con el plan de llegar a las próximas elecciones en 2027.

Inscríbete en el Newsletter +Política de El Mostrador, súmate a nuestra comunidad para informado/a con noticias precisas, seguimiento detallado de políticas públicas y entrevistas con personajes que influyen.

Publicidad