La creación de la Superintendencia del Medio Ambiente claramente no es santo de devoción de la derecha. No es raro: multas millonarias o el eventual cierre de empresas serían algunas de las atribuciones de este organismo. Porque de ser aprobada tal como está, la entidad reguladora podría imponer reglas del juego contrarias a la cómoda situación de muchas compañías que prefieren pagar insignificantes multas, como las que rigen hoy, a invertir en tecnologías o prácticas efectivas para no contaminar.
La creación de la Superintendencia del Medio Ambiente claramente no es santo de devoción de la derecha. No es raro: multas millonarias o el eventual cierre de empresas serían algunas de las atribuciones de este organismo.
Porque de ser aprobada tal como está, la entidad reguladora podría imponer reglas del juego contrarias a la cómoda situación de muchas compañías que prefieren pagar insignificantes multas, como las que rigen hoy, a invertir en tecnologías o prácticas efectivas para no contaminar.
Por eso, los parlamentarios opositores plantearon como salvavidas la idea de crear un «Panel de Expertos» donde se pueda apelar las decisiones de la Superintendencia.
Pero el real as bajo la manga de la derecha será el nuevo escenario de las presidencias de las comisiones de Medio Ambiente de la Cámara y el Senado, ya que ambas quedarán en sus manos.
El diputado Roberto Sepúlveda (RN) es la carta más probable para presidir la comisión de Recursos Naturales que actualmente dirige la socialista Denise Pascal. Y en el caso del Senado, el puesto podría quedar en manos de Antonio Horvath (RN) o Andrés Allamand (RN).
El temor de los impulsores de la iniciativa, es que los aliancistas utilicen sus atribuciones para dilatar eternamente la discusión y así lograr que el proyecto de ley que crea el Ministerio de Medio Ambiente no sea aprobado en el Gobierno de Bachelet.
La otra opción que se baraja en las filas oficialistas es aprovechar la postura aliancista e interpelarlos como responsables de que la medida no prospere. Y dejar en evidencia, según explican fuentes gubernamentales, que son los «menos interesados de que en Chile se proteja el medio ambiente».
Por el momento, se dará suma urgencia al proyecto de ley en los próximos días.
