Ya un Canciller de Chile había asumido el cargo, pese a que cargaba con declaraciones públicas que podían complicar la relación con Argentina. Fue Ignacio Walker, en el gobierno de Lagos, a quien le penó una columna sobre el populismo allende Los Andes. Ahora, el nuevo mandamás de la Cancillería, Mariano Fernández, tiene también una manchita para la bilateral. Ocurrió en 2004, cuando el entonces embajador de Chile en Londres
Ya un Canciller de Chile había asumido el cargo, pese a que cargaba con declaraciones públicas que podían complicar la relación con Argentina. Fue Ignacio Walker, en el gobierno de Lagos, a quien le penó una columna sobre el populismo allende Los Andes. Ahora, el nuevo mandamás de la Cancillería, Mariano Fernández, tiene también una manchita para la bilateral. Ocurrió en 2004, cuando el entonces embajador de Chile en Londres, asistió a la recepción que dio el Gobierno de Su Majestad para celebrar el triunfo británico en la guerra de las Malvinas, lo que volvió a reabrir viejas heridas y a aumentar las desconfianzas entre los gobiernos de Santiago y Buenos Aires.
Aunque la opinión pública argentina siempre sospechó de la colaboración del régimen militar chileno con las fuerzas británicas, esto sólo fue confirmado 16 años más tarde. En 1998, el ex comandante de la Fach Fernando Matthei reveló en detalle los servicios de contrainteligencia que esa rama les prestó a las fuerzas inglesas.
