Publicidad

La culpa no es de las AFP, estimado

Rafael Rodriguez
Por : Rafael Rodriguez Gerente General de Seminarium
Ver Más


Si Ud. es de los que se ha sumado a las protestas, o solidariza con la consigna “No más AFP” y piensa que estas empresas son las responsables de los problemas de las bajas pensiones en Chile, está o mal informado, quizás no ha pensado en forma racional su postura y se ha dejado llevar por las emociones o por líderes de opinión en quienes confía, le puedo decir que no está en lo correcto.

Vamos por parte. En Chile efectivamente existe un problema de pensiones muy bajas y es un problema que afecta a muchos chilenos, lo cual se va a ir agudizando con el tiempo, de no mediar acciones significativas, puesto que la población va envejeciendo.

Chile, a principios de los ochenta decidió enfrentar este problema creando un sistema previsional privado, con cuentas individuales de capitalización administradas por las AFP, sistema al cual se le agregó posteriormente un pilar solidario y uno voluntario. Desde sus inicios y hasta la fecha, cada peso colocado en una AFP ha tenido una devolución de dos coma tres pesos. Es más que un buen resultado, es un resultado estelar y por ello hay que agradecer a las AFP, a quienes crearon el sistema y a quienes lo han supervisado cuidando en forma eficiente el interés de los millones de chilenos que tienen al menos una parte de sus ahorros previsionales en el sistema.

En segundo lugar, se cuestiona que las AFP tengan grandes utilidades por gestionar estos fondos; bueno, al respecto las AFP cobran menos de la mitad de lo que cobran libremente y en situación de competencia los centenares de opciones de inversión en Fondos Mutuos en el mercado –0.5% en el año 2015, comparado con más de 1% en promedio de los Fondos Mutuos–.

¿Le parece que por hacer ese trabajo de inversión de sus fondos no es justo que quien lo realiza cobre algo apropiado por hacerlo? Y si este cobro es menos de la mitad de lo que podría encontrar en el mercado si es que las AFP desaparecieran, ¿no le parece que habría que pedir que resucitaran?

[cita tipo=»destaque»]Las remuneraciones en Chile han crecido sustancialmente en los últimos 35 años y, por tanto, el nivel de remuneraciones de un obrero de la construcción que cuando empezó a trabajar en 1980 era de $200 mil en moneda de hoy, perfectamente puede estar ganando $800 mil en el momento de jubilarse; bueno, esto significa que su renta aumentó cuatro veces, pero que su remuneración promedio (y la base sobre la cual hizo sus imposiciones) fue de $400 mil durante su vida laboral.[/cita]

Dado lo anterior, lo que han hecho las AFP ha sido hacer un buen trabajo en las dos razones fundamentales por las cuales se las puede sacar al pizarrón; esto es, la rentabilidad obtenida por las inversiones de los fondos de los chilenos y el costo que han cobrado por ese trabajo. Esto es todo respecto de la responsabilidad de las AFP; no son responsables del bajo monto de ahorro que han provisionado los chilenos para su vejez, no son responsables de que muchos chilenos no estén incluidos en el sistema de capitalización privado, ni mucho menos de que el sueldo de millones de chilenos sea bajo o lo haya sido en los orígenes del sistema, como finalmente tampoco de la inconstancia de sus aportes previsionales.

Para aclarar dudas, es bueno analizar estos puntos de a uno.

El que las pensiones sean bajas, depende de dos factores. El primero es que muchos chilenos han puesto en sus cuentas desde muy poco hasta virtualmente nada. Salvo por el milagro de la multiplicación de los panes, no existe forma que un ser humano haga lo imposible, como sería imponer por ejemplo durante 18.5 años el 11.3% de su sueldo y poder vivir decentemente de ese ahorro por 25 o 30 años. La culpa de esto no se le puede achacar a las AFP, es un problema de definición del sistema de cobertura previsional chileno, o de preferencia de consumo presente en desmedro del consumo futuro de nuestros compatriotas o todas las anteriores, pero no de las AFP.

Las AFP han funcionado en forma muy similar a lo que se esperaba de ellas, de hecho han sido sumamente exitosas para quienes las han usado en forma regular depositando el monto previsional la mayoría del tiempo de su vida activa, salvo por el hecho de que el monto de la jubilación pactada sea bastante inferior al monto de la última remuneración para quien ha impuesto regularmente, lo cual se ha producido porque las remuneraciones en Chile han crecido sustancialmente en los últimos 35 años y, por tanto, el nivel de remuneraciones de un obrero de la construcción que cuando empezó a trabajar en 1980 era de $200 mil en moneda de hoy, perfectamente puede estar ganando $800 mil en el momento de jubilarse; bueno, esto significa que su renta aumentó cuatro veces, pero que su remuneración promedio (y la base sobre la cual hizo sus imposiciones) fue de $400 mil durante su vida laboral. Por tanto, el monto de su jubilación tiene asociado el valor de su aporte promedio, no el de su último sueldo… y de que las remuneraciones hayan crecido en Chile, tampoco son las AFP las responsables.

Por lo tanto, si Ud. cree que el sistema previsional chileno no es el adecuado, si piensa que hay que solucionar el problema de las bajas pensiones en forma prioritaria, no siga indicando a las AFP; apunte a la forma como la sociedad decidió resolver el problema previsional en Chile y ciertamente el sistema previsional definido no es suficiente para la mayoría de los chilenos y es necesario complementarlo con otros mecanismos que ayuden a enfrentar un problema creciente de insuficiencia de recursos para una creciente población de tercera edad.

Sin embargo, lo peor –como se ha escuchado proponer a ciertos expertos y a algunos políticos– es reemplazar un sistema que funciona bien para al menos una parte de la población por un sistema generalizado de reparto y que para ello sea requisito partir expropiando los fondos previsionales de los chilenos que han ahorrado en las AFP para darle recursos a ese nuevo nuevo sistema. Eso es una frescura, pero por razones de espacio va a ser abordado en una próxima columna.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias