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La millonaria agenda comercial con Perú que explica las señales chilenas en la antesala del fallo de La Haya Cuidada puesta en escena para bajar el perfil a eventuales conflictos

La millonaria agenda comercial con Perú que explica las señales chilenas en la antesala del fallo de La Haya

Paños fríos y bajo perfil para los incidentes marítimos, como la detección de un submarino en aguas chilenas. Grupos de parlamentarios de ambos países firmando acuerdos previos para no cuestionar el dictamen. Exceso de reuniones bilaterales y todo tipo de señales amistosas, incluyendo a cancilleres y presidentes. Todo para crear un clima que permita sortear rápidamente los efectos del fallo que, según la prensa peruana, será dado a conocer entre el 10 y 19 de Julio próximo.


En Torre Tagle (la Cancillería peruana) afirman que el fallo de la Corte de la Haya sobre la delimitación marítima con Chile, será dado a conocer entre el 10 y el 19 de julio próximo.  Mientras, Lima se preparara para el mayor triunfo diplomático de su historia y La Moneda estructura la argumentación adecuada para explicar que no se ha perdido nada, sino que se ha hecho un “necesario acomodo” que no afectará los intereses nacionales.

Lo que no hay que perder de vista es la argumentación peruana al finalizar la audiencia pública ante la Corte holandesa en diciembre pasado. Ahí Perú reiteró sus dos solicitudes: que, ante la inexistencia de un tratado de límites marítimos con Chile, la Corte determine la línea de frontera desde el punto Concordia y según la equidistancia; y que reconozca y declare los derechos soberanos exclusivos en el área marítima de 200 millas, conocida como el «triángulo externo».

Este llamado “triangulo externo” (28.365 kilómetros cuadrados de mar) es lo que podría perder Chile y es en lo que está trabajando el equipo del Canciller Alfredo Moreno para hacerlo presentable a la opinión pública nacional y mitigar la ola de críticas que vendrían, según sostienen fuentes cercanas al Edificio Carrera, quienes también confidencian que esta información solo es trabajada en un estrecho círculo de asesores de absoluta confianza del ministro —que no son de la Cancillería—, cuestión que ha sido la constante de Moreno, quien en definitiva logró imponer su mirada de una “Cancillería comercial”. De hecho, la demanda interpuesta por Perú contra Chile tiene un fuerte componente comercial, como es la pesca.

Por eso, tampoco hay que perder de vista que Perú reclama en total 66.680 kilómetros cuadrados de espacio marítimo, área rica en anchoveta y jurel según Luis Icochea, profesor de la Universidad Agraria La Molina de Perú. El académico indicó a la prensa peruana que “tras el crucero realizado en octubre pasado junto al Imarpe (Instituto del Mar del Perú), se estimó una existencia de alrededor 2 millones 100 mil toneladas, de las que ahora solo quedarían 500 mil. El resto emigró hacia Chile”.

Asimismo, Icochea explicó que “en estas áreas también hay pota y perico, aunque la pesca en la zona limítrofe con Chile se da en menor cantidad”.

[cita]Paños fríos y bajo perfil para los incidentes marítimos, como la detección de un submarino en aguas chilenas. Grupos de parlamentarios de ambos países firmando acuerdos previos para no cuestionar el dictamen. Exceso de reuniones bilaterales y todo tipo de señales amistosas, incluyendo a cancilleres y presidentes. Todo para crear un clima que permita sortear rápidamente los efectos del fallo que, según la prensa peruana, será dado a conocer entre el 10 y 19 de Julio próximo.[/cita]

Los principales medios escritos peruanos como La República, El Comercio y Diario 16 vienen informando de la cercanía del fallo, explicando que “la Corte debe notificar la fecha una o dos semanas antes, algo que aún no ocurre. Pero las miradas ya están puestas en varios días “libres” del tribunal en la primera quincena de julio, en medio de las audiencias por un litigio entre Australia, Japón y Nueva Zelandia. En los gobiernos de Chile y Perú apuestan a que los jueces aprovechen uno de sus plenarios para entregar sentencias de otro caso. Así, los cálculos de ambas cancillerías estiman que el fallo podría darse a conocer el 11, 12, 17, 18 o 19 de julio. El dictamen, comentan fuentes diplomáticas de ambos países, estaría en período de redacción. Por lo mismo, Chile y Perú ya están en conversaciones con la Corte para contar con traductores oficiales, para las transmisiones en directo de la prensa”.

Incidentes de bajo perfil

A finales del gobierno de Michelle Bachelet, la relación bilateral con Lima era fría y tensa, reconocen en Perú, pero no les importó mucho porque con el cambio de gobierno en Chile, la relación mejoraría ya que sectores influyentes del empresariado de ambos países habrían tomado contacto para ello. Dicho y hecho. Con Piñera en La Moneda, Lima estrenó su célebre tesis de las “cuerdas separadas”, la que cautivó a las nuevas autoridades chilenas.

Así la diplomacia chilena hizo un giro total ante la relación con Perú, que de ser frías durante el gobierno de Bachelet pasaron a ser de normalidad, catalogándose incluso de  “inmejorables”. Haciendo oídos sordos a los informes de la Concertación y expertos en relaciones internacionales, Alfredo Moreno, aceptó sin cuestionamientos e hizo suya la tesis y práctica de las “relaciones por cuerdas separadas”.

La postura del canciller chileno se enmarca totalmente en el plan peruano. Un informe emitido por la embajada de Perú en Santiago en 2011 estableció lo siguiente: “Durante el año 2011 las relaciones entre el Perú y Chile han estado marcadas por una intensa actividad diplomática que ha continuado el dinamismo desarrollado a partir del año 2010. Los gobiernos de ambos países han mantenido un fructífero diálogo que ha permitido la dinamización de los contactos político-diplomáticos, los mecanismos de concertación política entre ambos países, así como la profundización de la cooperación bilateral en diferentes áreas de interés común”.

El informe diplomático firmado por el embajador Carlos Pareja continúa señalando que “de este modo, se ha puesto en marcha en la relación bilateral un diálogo fluido al más alto nivel  entre los Presidentes, los Cancilleres, los Ministros de Comercio Exterior, de Energía, de Economía, de Defensa, entre otros, que se vienen plasmando en encuentros y reuniones en las cuales se ponen de manifiesto los numerosos intereses que unen a nuestros países. El sustento para este impulso de la relación bilateral se basa en el concepto de ‘Relación Integral’ planteado por el Gobierno del Presidente Ollanta Humala”.

Esta nueva forma de mirar a Lima, de parte de la Cancillería santiaguina, prefirió, por ejemplo, ignorar las innumerables incursiones de naves peruanas tanto de pesca como de guerra en el área en reclamada por Perú y cuya soberanía ejerce Chile. Santiago las minimizó e incluso negó. Excepto —forzado por la prensa— el “incidente” ocurrido el 14 de mayo pasado, cuando un submarino “no identificado” alcanzó la costa chilena a la altura de Antofagasta. Aunque La Moneda negó el episodio, lo cierto es que hubo intercambio de notas diplomáticas de protesta entre Santiago y Lima; lo que indica que el sumergible detectado por la marina chilena era peruano, aunque hasta ahora hay negación del hecho, todo para mantener el buen momento de la relación binacional y ante el inminente fallo de la Corte de La Haya.

Relaciones al ritmo de los negocios

Las relaciones entre Chile y Perú luego de terminados los alegatos en La Haya en diciembre pasado, se intensificaron —más de veinte reuniones de alto nivel y visitas del Presidente Piñera incluidas—, y en los últimos 60 días Santiago se ha esmerado en “halagar”, “agradar” y hacer gestos amables a Lima, todos, por cierto, enmarcados en la estrategia de la nueva “diplomacia comercial” que lleva adelante el canciller Alfredo Moreno. Este ha logrado convencer de la referida tesis al propio Presidente Piñera, quien hasta el 2011 miraba con cautela las “cuerdas separadas”, pidiendo incluso la opinión a las Fuerzas Armadas.

Moreno, con su característica habilidad, logró imponer esta estrategia diplomático-comercial, que ha desarrollado con Lima sin contrapesos y con la opinión contraria de las unidades especializadas de la Cancillería, es decir de los diplomáticos de carrera.

El desarrollo y expansión de alianzas comerciales entre poderosos grupos económicos chilenos y peruanos han hecho posible que las relaciones hayan encontrado un terreno fértil con el desarrollo de la llamada Alianza del Pacífico, idea que lanzó Lima y que Chile hizo propia desarrollando el lobby subcontinental para materializarla, logrando incluso el interés de naciones del primer mundo.

Clave ha sido el rol jugado por la cúpula empresarial peruana, ligada al Opus Dei, quienes ejercen un verdadero gobierno en la sombra en Lima. Su agenda es coincidente con la de sus pares chilenos en relación a cómo desarrollar ambos países de la mano del comercio por sobre las cuestiones histórico valóricas.

El pensamiento impuesto en el Edificio Carrera —cuentan fuentes cercanas al gabinete de Moreno— es que la alianza comercial entre peruanos y chilenos es tan poderosa que temas de corte nacionalista propios del siglo XIX han quedado en el pasado y demuestran que la globalización comercial sin fronteras y sin banderas, es el motor que puede desarrollar un país y terminar con las diferencias que, hasta ahora, parecían irreconciliables.

Los números hablan por sí solos. Los datos de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, Direcon, sobre las inversiones chilenas en Perú, que se vienen registrando desde hace unos 20 años y se consolidan a partir de 2008, alcanzan su peak el 2012, situando a Perú como el cuarto destino de la inversión chilena y alcanzando los US$ 11.637 millones. La proyección que hace Juan Carlos Yarur, vicepresidente del capítulo chileno del Consejo Empresarial Perú-Chile, es que la inversión nacional en Perú superará los 16 mil millones de dólares en 2016, de ahí la necesidad de profundizar la relación comercial entre ambos países.

Lo que al parecer no ha analizado el canciller Moreno, es que Perú desde el gobierno de Alan García se autoimpuso la meta de competir con Chile comercialmente, igualarlo y superarlo en el área pesquera, minera y desarrollo portuario. El plan peruano contempla superar a Chile antes del 2050, ejerciendo además el control marítimo del Pacífico Sur.

Perú se prepara para el fallo

Por estos días mientras en Chile sólo se habla de la agenda política contingente y las señales son de normalidad total con Lima, el ex canciller peruano Eduardo Ferrero Costa señala lo que vendrá: “Cada país, en función de lo que la Corte decida, tendrá que adaptar su legislación interna y seguir dialogando para hacer que la efectividad de la sentencia y las medidas prácticas se efectúen en total armonía entre las partes y evitar cualquier tipo de fricción innecesaria e indeseable”.

Ferrero prevé que es imposible que se dé lo ocurrido tras la sentencia entre Colombia y Nicaragua, señalando que “justamente, para evitar eso, ya están las cancillerías y los gobiernos conversando sobre cómo sería la ejecución del fallo en función de los diferentes escenarios en los cuales hay que ponernos respecto de lo que pueda decidir la corte. Queremos evitar que se repita el caso Colombia-Nicaragua”.

El ex canciller limeño deja entrever el rol del factor comercial en la relación entre ambos países sentenciando que “lo que tendremos es, por primera vez en la historia de las relaciones peruano-chilenas, un ambiente donde no exista una cuestión de soberanía pendiente”.

Así, sin temas pendientes, se abre la puerta para una arremetida empresarial sin parangón en la historia de las inversiones chilenas y peruanas. El diseño preliminar establece que entre Santiago y Lima se controlará la Alianza del Pacífico y entre ambos controlarán el Pacífico Sur, es decir el manejo del tráfico naviero, estibadores y desarrollo portuario para satisfacer las necesidades de Brasil y de otros países que necesariamente tendrán que usar este lado del Pacífico para exportar al Asia.

En esta misma línea el pasado viernes 14 de junio, el presidente del Congreso peruano, Víctor Isla Rojas, anunció oficialmente que el Parlamento decidió ampliar el período legislativo 2012-2013 que debía concluir el 15 de junio aplazando el término para el proximo 5 de julio, con el fin de poder terminar algunos procesos legislativos. Pero, tal como se señaló en Lima, el objetivo es tener listas las posiciones del Parlamento frente al inminente fallo de la CIJ, de hecho la sesión del pasado viernes fue secreta para analizar el impacto del fallo.

Más aún, la Comisión de Seguimiento de La Haya del Parlamento peruano, que preside Natalie Condori, explicó que “vamos a tener una coordinación permanente (con la Cancillería). El trabajo no termina con el fallo, continúa luego para que se cumpla”, subrayó. Es decir todos los poderes políticos peruanos han hecho de la  demanda contra Chile una causa nacional, en tanto en Chile todo es normal… hasta ahora.

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