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Abogado de Carolina Hidalgo renuncia a la DC: “Vi sus hematomas, presencié su dolor y su pena por haber sido injustamente maltratada” Profesional defendió a la ex pareja del diputado

Abogado de Carolina Hidalgo renuncia a la DC: “Vi sus hematomas, presencié su dolor y su pena por haber sido injustamente maltratada”

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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Después de 30 años de militancia, Gonzalo Tello Bilbao abandonó el partido. En su carta señala que no solo se ha puesto en cuestionamiento su trabajo como abogado. “Me cuesta entender que 13 camaradas míos, en su mayoría abogados, no ponderen el valor de una sentencia ejecutoriada y confirmada por la Corte de Apelaciones. Impresentable”, consigna el texto que subió a su Facebook.


Esta mañana el abogado que acompañó a Carolina Hidalgo –la ex pareja de Ricardo Rincón que fue maltratada por el diputado el año 2002– en las acciones legales, colgó en su página de Facebook un relato con su decisión después del veredicto del tribunal supremo de la DC.

Estas son sus palabras:

“Fui el abogado de Carolina Hidalgo en los juicios por violencia intrafamiliar. Vi sus hematomas, presencié su dolor y su pena por haber sido injustamente maltratada. Hoy, el tribunal supremo del partido ha resuelto dejar al diputado Rincón en la impunidad con el insólito argumento de que no se acreditó ‘que agrediera a su pareja’, ignorando una sentencia ejecutoriada de un tribunal de la República que así lo declaró.

«Ante esto, con mucho dolor, he decidido renunciar a mi militancia en el Partido Demócrata Cristiano, al que ingresé hace 30 años, en los pasillos del Campus Oriente de la Universidad Católica.

«Venía juntando rabia desde hace mucho tiempo por las boletas truchas para SQM de los hijos de Jorge Pizarro o de Roberto León, ante la defensa del modelo ultraliberal de los Walker o la defensa de las AFPs de Andrés Zaldívar, pero siempre seguí, con la ingenua esperanza de que esto se arreglaría ‘desde dentro’, incluso me había refichado. Esta es la gota que rebalsa el vaso. No solo porque cuestiona directamente mi trabajo profesional defendiendo a Carolina, sino porque deja impune a un agresor cobarde y que, por añadidura, desconoció olímpicamente el incumplimiento de la sentencia en su contra. Me cuesta entender que 13 camaradas míos, en su mayoría abogados, no ponderen el valor de una sentencia ejecutoriada y confirmada por la Corte de Apelaciones. Impresentable. Siempre voy a hacer humanista cristiano, me voy de la DC”.

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