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Gerardo Varela: el neoliberal salvaje del gabinete de Piñera que revivió las pasiones desatadas en 2011 por la educación Movimientos sociales califican el nombramiento como una provocación del mandatario

Gerardo Varela: el neoliberal salvaje del gabinete de Piñera que revivió las pasiones desatadas en 2011 por la educación

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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Irónico, serio, brillante, buen negociador y principalmente un abogado de Sanhattan que arriba al mundo político, así es descrito el nuevo y desconocido ministro de Educación que fue nombrado este martes por Sebastián Piñera. Una carta sorpresa que dejó con muchas incertidumbres al mundo político de Chile Vamos, y un sinfín de críticas y bombardeos desde la oposición, los dirigentes estudiantiles y el Colegio de Profesores. Dentro de sus polémicas declaraciones como columnista, se encuentran varias joyas, como aquella en que sostuvo que la reforma a la “educación chilena es equivalente a la que hizo Idi Amín –dictador de Uganda– a los derechos humanos”. Si algo parece estar claro, es que con esta jugada Sebastián Piñera logró encender en parte la chispa de un alicaído movimiento estudiantil, que encontró en un férreo crítico de la educación pública su principal razón para estallar.


Gerardo Varela fue uno de los primeros nombres confirmados la mañana de este martes en el gabinete presidencial de Sebastián Piñera. El abogado de la Universidad de Chile y socio del estudio jurídico Cariola, Diez, Pérez-Cotapos & Cía, fue la carta seleccionada por el mandatario para liderar una de las carteras más complejas y conflictivas: Educación. Una elección que dejó a todos con más “dudas que certezas”, señalan desde Chile Vamos, tanto así que ningún personero del nuevo Gobierno se atrevió a poner las manos al fuego por Valera, aunque destacaron que “por algo el Presidente Sebastián Piñera lo habrá nombrado”. Es más, miembros de la anterior administración de la derecha aseguran estar “anonadados”, que la definición los tomó por sorpresa y que nunca imaginaron una carta así para un ministerio como el de Educación.

El nuevo ministro está ligado principalmente al mundo neoliberal extremo, alejado de las políticas que impulsan fuerzas centristas de la derecha como Evópoli, y muy lejos del liberalismo clásico que intenta impulsar el Partido Liberal del Frente Amplio. Es padre de cuatro hijos, está casado con Elena Barros y cultiva una gran admiración por William Shakespeare, tanto que “toma cursos y da talleres” sobre el dramaturgo. Sus cercanos lo describen como un hombre libertario –es su acepción neoliberal–, por lo que se aleja del conservadurismo clásico de la derecha chilena en el ámbito valórico.

Además, lo califican como un sujeto “políticamente correcto” y un audaz abogado negociador, razón por la que Sebastián Piñera lo habría tenido en consideración para un cargo tan duro como el de ministro de Educación, en circunstancias que le tocará dialogar con el movimiento estudiantil, aquel que remeció el primer periodo de Piñera y hasta logró la salida del exministro Harald Beyer, por lo que es una cartera “de temer, un verdadero fierro caliente”, destacan los diputados de Chile Vamos. “No diría que me abruma, lo encuentro desafiante, pero me pilla con buena salud”, asegura el próximo titular de Educación.

En el ámbito estrictamente educacional, “no cuenta con muchas credenciales”, sinceran desde el conglomerado de derecha. Ha sido académico de la Pontificia Universidad Católica y la Universidad Adolfo Ibáñez. También ha tenido acercamientos con el mundo de las ONG y fundaciones. Allí destaca su paso por el directorio de «Escuelas para Chile», proyecto de Fundación Teletón, que se dedicó a la reconstrucción de colegios dañados por el terremoto y tsunami del 2010. Actualmente es director de EducaUC, organismo que se dedica a asesorar a colegios particulares subvencionados. Además fue miembro del directorio de Fundación Emplea, organización que funciona al alero del Hogar de Cristo.

Aunque la carta más desconocida a nivel político del nuevo gabinete también había logrado llamar la atención a nivel público, principalmente por su feroz pluma en una serie de columnas publicadas en medios como El Mercurio, El Líbero y en la revista Economía y Sociedad, fundada por el Chicago boy José Piñera.

En sus escritos no duda en ensalzar el lucro y el rol de los privados en el sistema educativo, en defender al Presidente Piñera y sus cuestionadas empresas zombies, y también a Carlos  Délano, uno de los involucrados en el caso Penta. En sus líneas, Varela califica la propiedad privada como un derecho superior, además de bombardear al Frente Amplio y las políticas de género. Sobre esto último hay contradicciones, puesto que sus cercanos recalcan que no es un hombre conservador en el ámbito valórico.

Brillante abogado de Sanhattan

Varela arriba al nuevo Gobierno de la derecha directamente desde Sanhattan, con la aureola de “brillante abogado negociador”, y como uno de los principales asesores de la Pontificia Universidad Católica (PUC), en la que también ha trabajado como académico. Es un hombre de confianza del rector Ignacio Sánchez. En el ámbito laboral, asesoró a la PUC en la negociación con Christus por la Red Salud UC, representó a la casa de estudios en el directorio de la Clínica San Carlos y también prestó servicios en la negociación que tuvo la institución por la venta de su parte de Canal 13.

Este rol como abogado en el mundo empresarial no se reduce al ámbito educacional, ya que Gerardo Varela fue quien defendió a los ejecutivos de Larraín Vial, involucrados en el denominado Caso Cascadas, juicio que pudo ganar en primera instancia y aún se mantiene en proceso en la Corte Suprema.

Respecto a su veta como empresario destaca su paso por la vicepresidencia en IANSA, y en Prolesur, además del puesto como presidente de Soprole S.A., que aún mantiene. Es miembro del círculo legal de Icare, ministro del Tribunal de Ética del Colegio de Abogados, y actualmente es director de Fundación para el Progreso, centro de pensamiento ligado a la línea del neoliberalismo “salvaje” desarrollado en Chile, espacio que comparte con el polémico columnista, Axel Kaiser.

Un columnista desatado

Si hay algo por lo que estallaron las redes sociales tras su nombramiento, fueron sus audaces, irreverentes y duras columnas de opinión, en su rol como director de Fundación para el Progreso, defendiendo su postura neoliberal en la batalla ideológica desatada en los últimos años en torno a la educación.

Al respecto, destaca su columna “Educación: ¿derecho social o bien económico?: ‘Eppur si muove’”, publicada en El Líbero. Allí, asegura que “si la educación solo fuera un derecho, no tendría límite y todos podríamos aspirar y obligar al Estado a financiarnos posgrados en Harvard”. Añade que la dicotomía entre la educación como un derecho o un bien de consumo, planteada por la Nueva Mayoría, es una falacia y que “la educación, como la salud y la seguridad, son tanto derechos como bienes económicos”.

[cita tipo=»destaque»]Este provocador ministro también se refirió al Frente Amplio. “No es nueva en Chile ni en el mundo esa juventud rebelde, esos chascones medio intelectuales que quieren cambiar el mundo y que reniegan de la vieja política”, indicó en su columna “El Frente Amplio. Ni único, ni grande, ni nuestro”, en El Mercurio. Además de decir que “el FA es el hijo del cinismo de la Concertación”, señaló que el nuevo conglomerado “se parece a las garotas de Rio de Janeiro. Desde lejos, todas se ven jóvenes y estupendas, pero una vez que uno se acerca no todas son tan estupendas ni tan garotas”, por lo que su “pronóstico para ellos no es bueno”.[/cita]

Respecto a las reformas del Gobierno de Michelle Bachelet, recalca que en educación primaria y escolar se han construido “salas cunas que los padres no quieren usar”, “ha impedido divulgar mediciones de calidad que permitan comparar colegios” y “ha restringido el derecho de los padres a elegir el colegio y a que paguen para mejorar la educación de sus hijos”, por lo que “la contribución de la Nueva Mayoría a la educación chilena es equivalente a la que hizo Idi Amín –dictador de Uganda– a los derechos humanos”.

Sobre la educación superior, el nuevo ministro de la cartera destaca que “el Estado debe asegurar un mínimo de calidad, ranquear a los competidores, hacer seguimiento a la empleabilidad y financiar con becas o préstamos a los que no tienen los medios. Pero lo peor es lo que ha hecho este Gobierno: negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios, que serán los privilegiados de la sociedad”.

En otros temas contingentes, Varela también le ha dedicado espacio a casos relacionados con el “financiamiento irregular a la política”. Entre estos destaca su columna, “Caso Penta: «El Choclo», ¿un falsificador ideológico o el pago de Chile?”, publicada en El Mercurio. Aquí defiende el rol social que ha tenido Carlos Alberto Délano, involucrado en el caso Penta y con quien se le vio a principios de enero, junto al Presidente Sebastián Piñera, en Cachagua. En el texto señala que a pesar de que no conocer “al personaje mayormente”, sí conoce “algunas de sus buenas obras. Coincidí con él trabajando en «Escuelas para Chile» (…) Desde la distancia, me cayó bien altiro, era de la U y del Saint George, lo que inmediatamente me genera confianza. Nunca se daba aires, trabajaba igual que el resto, tenía un sentido común poco habitual y una sencillez de esas con las que uno se cruza pocas veces en la vida”.

También dedicó palabras de respaldo al Presidente Sebastián Piñera, en su carta a El Mercurio, “Empresas con pérdidas”. Allí defiende el derecho de propiedad y señala que “siempre debe prevalecer por sobre la obligación de pagar impuestos. Los ciudadanos no somos administradores transitorios de dineros fiscales respecto de los cuales debamos rendir cuenta, sino que tenemos el derecho de apropiarnos y beneficiarnos del producto de nuestro trabajo o inversión, y por eso el pago de impuestos es de derecho estricto“.

En otros temas, como la igualdad de género y la equidad salarial, señaló en su columna en el mismo diario, “La guerra de los sexos”, que “en remuneraciones, lo importante es que dos personas que produzcan lo mismo ganen igual. Es la productividad desligada de la edad, sexo y condición lo que debiera mandar”, razón por la que los hombres deportistas ganan más que las mujeres, y porque las mujeres modelos ganan más que los hombres, básicamente, todo se traduce en el valor que el mercado le designa a la productividad de cada uno.

Finalmente, este provocador ministro también se refirió al Frente Amplio. “No es nueva en Chile ni en el mundo esa juventud rebelde, esos chascones medio intelectuales que quieren cambiar el mundo y que reniegan de la vieja política”, indicó en su columna “El Frente Amplio. Ni único, ni grande, ni nuestro”, en El Mercurio. Además de decir que “el FA es el hijo del cinismo de la Concertación”, señaló que el nuevo conglomerado “se parece a las garotas de Rio de Janeiro. Desde lejos, todas se ven jóvenes y estupendas, pero una vez que uno se acerca no todas son tan estupendas ni tan garotas”, por lo que su “pronóstico para ellos no es bueno”.

Una provocación directa al movimiento social

Si es un hecho que sus futuros colegas políticos de Chile Vamos no se atrevieron a darle un respaldo rotundo a su nombramiento, ya sea por desconocimiento o distancia con su postura, es claro que el nuevo ministro tendrá que seguir los lineamientos establecidos por el Presidente Sebastián Piñera, tal como lo esbozaron parlamentarios como Jaime Bellolio (UDI) y el senador Manuel José Ossandón. Es más, el mismo ministro Varela lo destacó así, señalando que el Gobierno es una institución “jerárquica, el Presidente ya decidió que con la gratuidad se va a avanzar hasta lo que va a quedar aprobado, y yo tengo que implementar las políticas del Presidente. Mis opiniones personales se guardan, las respeto, las aprecio, pero hoy día estoy bajo el mandato y las instrucciones del Presidente”.

Otra de las dudas que quedan a partir de su nombramiento es la administración misma de la cartera, principalmente porque en los próximos años se deben implementar los cambios realizados en la actual administración de Bachelet, reformas que han sido más que criticadas por Varela y que, según los especialistas, podrían ser frenadas desde dentro del Mineduc. Aclaración que no dejó tranquila a la futura oposición en el parlamento.

La diputada Karol Cariola (PC) arremetió contra el nombramiento de Varela y dijo que “Sebastián Piñera ha mostrado las garras”. Agregó que el Presidente había blufeado en segunda vuelta al prometer la ampliación de la gratuidad para la educación técnico-profesional, y puso en duda los conocimientos sobre educación del nuevo ministro. Por su parte desde el Frente Amplio se dio una crítica transversal a su nombramiento y hasta el diputado Gabriel Boric adelantó lo que puede ser una agitada respuesta desde el mundo social: “Compañer@s, a preparar las asambleas…”, dijo vía Twitter.

Desde el Colegio de Profesores prendieron las alarmas y su presidente, Mario Aguilar, aseguró que “intentando no ser prejuicioso, pero es imposible no quedar preocupados por el nombramiento del ministro de Educación. Defensor del lucro, entiende la educación como bien de consumo, desprecia a los gremios, no cree en la educación pública. Eso ha dicho este último tiempo”.

Desde el Movimiento estudiantil también advirtieron sobre el error en la jugada de Sebastián Piñera, y a pesar de que Varela destacó que le interesa juntarse “con todos, aunque muchas de las cosas que han pedido los estudiantes ya están recogidas en el trabajo parlamentario”, desde la Confech señalaron que su nombramiento “es una provocación directa al Movimiento estudiantil que no nos sorprende”.

El vocero regional de la Confech y presidente de FEPUCV, Felipe Godoy, advirtió que esto “va a implicar un choque desde dentro del Movimiento estudiantil, porque demuestra una total desconexión de este Gobierno con los movimientos sociales y con lo que quiere Chile”.

Por su parte, Josefina Canales, presidente de la FEUC, asegura que esperaban más del nuevo ministro, y que “sorprende que no tenga nada que ver con el mundo educacional”. Agrega que “este ministro en particular no parece ser una persona abierta al diálogo, y demuestra cómo Piñera va a enfocar la educación dentro de su Gobierno”.

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