
Cuando el silencio es un maltrato
El mes de junio, particularmente el día 15, está dedicado a la Toma de Conciencia Sobre el Abuso y Maltrato en la Vejez. Sensibilizar en la protección de los derechos de las personas mayores y promover un envejecimiento digno, es el foco de esta conmemoración que concierne a todos y todas como comunidad.
Hace algunos meses, luego de no publicarse por más de 15 años sobre este tema en países de habla hispana, lanzamos el libro “Silencios ¿Por qué debemos hablar del suicidio en la vejez?”, junto al psicólogo Nicolas Cisternas y otros profesionales. Este trabajo aborda dos temáticas silenciadas por la sociedad: la vejez y el suicidio. En el marco del mes de junio, en que se promueve la creación de conciencia contra el maltrato en personas mayores, sostenemos que hablar de estos tópicos es un paso primordial para avanzar en dignidad y validar los dolores de la población mayor.
Las personas mayores (60 años o más) presentan un alto índice de suicidio. En 2024 hubo 379 muertes, lo que representa una tasa de 13,3 suicidios por 100 mil habitantes, cifra superior a la poblacional (12,1 por 100 mil hab.). Hay que destacar que el suicidio se da más en hombres que en mujeres mayores (89% y 11% respectivamente).
A la luz de estas cifras, resulta paradójico que este fenómeno no se aborde con la misma profusión con la que se hace con otros grupos de edad. Este tema es invisibilizado a nivel mediático, también en lo cotidiano, cuando las personas mayores, muchas veces en el silencio de sus dolores, no cuentan con contención por parte de su familia, de los profesionales de la salud y del Estado.
El suicidio es multicausal, existen variables sociodemográficas, psicosociales, culturales en la población mayor que pueden interactuar entre sí aumentando el riesgo, como las enfermedades crónicas y dolorosas; los trastornos neurocognitivos (en particular demencias); los trastornos afectivos (especialmente la depresión); el aislamiento social, los maltratos, el viejismo, la situación económica desfavorable, los sentimientos de soledad, desesperanza y de ser una carga para los demás, entre otras.
Ignorar estos factores, subestimarlos, como por ejemplo, asumir que la depresión es normal en la vejez o que la edad define las capacidades para el desarrollo y participación plena en la comunidad, son formas sutiles de maltrato y abuso que menoscaban el bienestar integral de las personas mayores.
Correr los velos de estas temáticas, generar acciones y reflexiones a través del diálogo y espacios educativos, conversarlas y no silenciarlas, tal como proponemos en el libro Silencios, es tarea de todos como sociedad.
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