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¿Por qué los adultos se enferman más que los niños con virus respiratorios comunes? Salud www.freepik.es

¿Por qué los adultos se enferman más que los niños con virus respiratorios comunes?

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Aunque los virus respiratorios como el rinovirus o el VRS circulan sin mayor gravedad en los niños, pueden provocar cuadros más severos en adultos, sobre todo en personas mayores o con enfermedades crónicas. La clave está en la respuesta inmune del organismo.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Aunque los niños suelen presentar síntomas leves ante virus respiratorios como el VRS o rinovirus, los adultos pueden enfermarse con mayor gravedad. Esto ocurre porque su sistema inmune, especialmente si está debilitado por la edad o enfermedades crónicas, puede reaccionar de forma exagerada, generando complicaciones. Además, muchos adultos no tienen inmunidad actualizada por falta de vacunación o exposición reciente, lo que aumenta su vulnerabilidad. La variabilidad genética de los virus también influye, haciendo necesario reforzar medidas preventivas, especialmente en invierno y en hogares.
Desarrollado por El Mostrador

Con la llegada del invierno, los virus respiratorios se vuelven protagonistas en jardines infantiles y hogares. Lo que en los niños suele ser un resfriado leve, en los adultos puede transformarse en una infección grave. ¿Qué explica esta diferencia en la respuesta del cuerpo?

Es una escena común en los hogares: un niño vuelve del jardín infantil con un resfriado leve y, pocos días después, su madre o padre cae con una versión más intensa de la enfermedad. La situación genera una duda frecuente ¿los virus infantiles afectan más a los adultos?

El director de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello Michel Garat aclara que “no se trata de virus más fuertes, sino de cómo responde el organismo del adulto frente a estos agentes. El huésped y su sistema inmune son claves para determinar la gravedad del cuadro clínico”, señala.

Impacto diferente

En Chile, las infecciones respiratorias agudas representan el 25% de las consultas médicas durante el otoño e invierno, según el Ministerio de Salud. Virus como el rinovirus, la influenza, el adenovirus y el virus respiratorio sincicial (VRS) circulan con frecuencia entre los niños menores de cinco años, muchas veces sin mayores complicaciones.

Sin embargo, Garat explica que “en adultos mayores o personas con enfermedades crónicas como el asma o la EPOC, esos mismos virus pueden causar neumonías, crisis respiratorias e incluso la muerte. El mismo agente viral puede tener un comportamiento muy distinto según la edad o las condiciones del sistema inmunológico”.

Una respuesta inmune desproporcionada

Desde el punto de vista inmunológico, los niños suelen presentar cuadros más leves porque su cuerpo produce una respuesta inflamatoria menor. En cambio, en adultos, especialmente con defensas debilitadas o envejecidas, el sistema inmune puede reaccionar de forma exagerada, provocando más daño que protección.

“Este fenómeno, conocido como inmunosenescencia, es común en personas mayores de 65 años, y el sistema inmune envejecido pierde capacidad de regular su respuesta, y eso agrava las infecciones respiratorias”, explica Garat.

Vacunas y evolución viral

Por otra parte, el docente explica que “muchos adultos no están protegidos contra ciertas cepas virales porque nunca se vacunaron o no han estado expuestos recientemente. Esto disminuye su capacidad de respuesta eficaz ante una nueva infección”.

Además, los virus respiratorios presentan una alta variabilidad genética. El VRS, por ejemplo, ha mostrado en Chile una circulación alternada de los subgrupos A (NA1) y B (BA-CC), desplazando otras variantes, según datos del Instituto de Salud Pública.

“Los virus cambian y evolucionan, y si la población adulta no mantiene su inmunidad actualizada, se vuelve más vulnerable”, advierte el académico.

Prevención y autocuidado

Para evitar contagios y cuadros respiratorios graves, especialmente en adultos mayores, personas con enfermedades crónicas o con sistemas inmunes debilitados, es esencial mantener una rutina constante de prevención. La vacunación oportuna contra la influenza y otros virus respiratorios debe ser una prioridad, ya que refuerza la inmunidad y reduce la gravedad de las infecciones. Además, se recomienda ventilar a diario los espacios cerrados, evitar aglomeraciones en lugares con poca circulación de aire, utilizar mascarilla en contextos de riesgo, y mantener una higiene rigurosa de manos. Estas medidas, simples pero efectivas, son clave para cortar la cadena de transmisión y proteger a toda la familia durante los meses más fríos del año, cuando la circulación viral es más intensa. La conciencia y el autocuidado son fundamentales para enfrentar el invierno con mayor seguridad.

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