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Bolaño: escribir a tumba abierta CULTURA|OPINIÓN

Bolaño: escribir a tumba abierta

Ramiro Villarroel Cifuentes
Por : Ramiro Villarroel Cifuentes Poeta, escritor y productor ejecutivo para cine y TV. Vive y trabaja en Temuco.
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Este texto confirma la profunda interpenetración  entre literatura y vida del autor en base a variados puntos de vista, donde queda claro que una de sus principales preocupaciones es enriquecer a sus lectores con cada uno de sus libros y que, declaraciones y testimonios que pueden ser disímiles y hasta contradictorios, coinciden en el innegable valor literario de Roberto Bolaño.


El libro que construye Mónica Maristain nos ayuda a dimensionar la calidad humana y literaria de este escritor de una complejidad por momentos abrumadora, sobre todo si consideramos que es poseedor de una obra autorreferencial de tal elocuencia que, para brillar como es debido, no trepida en asesinar a sus padres literarios construyéndoles al mismo tiempo sendas catedrales donde enterrarlos y rendirles homenaje, como lo hiciera en “La Literatura Nazi en América” con Jorge Luis Borges, o “Los Detectives Salvajes”, con Cortázar, padres literarios como también lo fueron Kurt Vonnegut, Kafka, Parra, Eliot, Pound, Joyce, Paz, Lihn, García Márquez, Rimbaud o Baudelaire. Investigación colosal en base a entrevistas, documentales, archivos, libros y reflexiones de la autora que componen esta semblanza biográfica, de lo más acabado y amable que se ha visto hasta el momento en relación a Bolaño en la inmensa bibliografía que abarca estudios, compilaciones, memorias y novelas que ha suscitado este escritor, cuya lista podría llegar a fastidiar, de la cual entre sus principales autores están: Monserrat Madariaga, Jorge Herralde, Andrés Braithwaite, Javier Cercas, Ignacio Echevarría, Jaime Quezada, Valeria Bril o Chris Andrews entre muchos, muchísimos otros.

[cita tipo=»destaque»]Así como sus padres literarios y su relación con la literatura chilena, mediante este trabajo también podremos conocer lo que pensaban de él sus amores, amistades, sus padres, sus editores; o aspectos del infrarrealismo, lugares o países para él entrañables, sus días finales en la voz de su última compañera Carmen Pérez de Vega. Bolaño, autor de poesía, cuentos, novelas, ensayos, columnas, entrevistas y cartas, nos deja un legado que revolucionaría la literatura.[/cita]

Este texto confirma la profunda interpenetración  entre literatura y vida del autor en base a variados puntos de vista, donde queda claro que una de sus principales preocupaciones es enriquecer a sus lectores con cada uno de sus libros y que, declaraciones y testimonios que pueden ser disímiles y hasta contradictorios, coinciden en el innegable valor literario de Roberto Bolaño. Es así que podemos leer en torno a este nuestro autor adjetivos y atributos como: autoritario, compuestito, camorrero, revoltoso, cariñoso, trabajólico, agradable, irónico, dictador, fascinante, cultísimo, valiente, contestatario, generoso, entusiasta, etc, etc., etc. Cuestión que se ve reforzada en citas que la autora hace, por ejemplo de Jorge Volpi: “busquen a un escritor menor de cuarenta (…) y pregúntele por Bolaño, más del ochenta por ciento, no exagero, dirá que es bien padre o guay o chévere o maravilloso o genial o divino. Y luego pregúntele a un escritor mayor de cuarenta (…) y verán que en el ochenta por ciento de los casos tiene algún reparo que hacerle, o varios, o todos” (pág. 87).

Otra cuestión que destaca este libro es la “relación profundamente ríspida que el autor de 2666 mantendrá con la literatura chilena en general” (pág. 85). En palabras de Bolaño: “La literatura chilena no se con qué tiene que ver. Tampoco, francamente, me interesa. Eso lo tendrán que dilucidar los poetas, los narradores, los dramaturgos, los críticos literarios que trabajan a la intemperie, en la oscuridad; ellos, los que ahora no son nada o son poca cosa al lado de los pavos hinchados, se enfrentarán al reto de hacer de esa posible literatura chilena algo más decente, más radical, más libre de componendas. Ellos se enfrentarán, hombro con hombro y otros más solos que la una al reto de hacer que la literatura chilena sea algo razonable y visionario, un ejercicio de inteligencia, de aventura y tolerancia” (pág. 90).

Así como sus padres literarios y su relación con la literatura chilena, mediante este trabajo también podremos conocer lo que pensaban de él sus amores, amistades, sus padres, sus editores; o aspectos del infrarrealismo, lugares o países para él entrañables, sus días finales en la voz de su última compañera Carmen Pérez de Vega. Bolaño, autor de poesía, cuentos, novelas, ensayos, columnas, entrevistas y cartas, nos deja un legado que revolucionaría la literatura y la forma de posicionarse como un animal literario gracias a una escritura de un “extrañísimo realismo, cínico, radical” (pág. 141), cuya principal temática es la misma literatura.

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“El Hijo de Míster Playa. Una semblanza biográfica de Roberto Bolaño”

Mónica Maristain

Alquimia Ediciones, Santiago, Chile, 2017, 269 páginas.

Ramiro Villarroel Cifuentes. Escritor.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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