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Compartir la cama con tu pareja mejora la calidad del sueño de una manera sorprendente CULTURA

Compartir la cama con tu pareja mejora la calidad del sueño de una manera sorprendente

Todas las noches, muchas personas cuando se van a dormir comparten la cama con su pareja. Esta es una práctica muy común en muchos países y culturas del mundo. Es posible que, si les consultas a las parejas en base a su percepción, acaso notan alguna diferencia en su sueño al dormir juntos o al hacerlo en solitario, las propias parejas que duermen juntas no noten diferencia alguna en su sueño cuando son sometidos a ambas condiciones antes mencionadas. Del mismo modo, la investigación científica actual que existe bajo estas temáticas tampoco amplía mucho las fronteras, ya que es escasa y en parte, también, sus resultados tienden a ser contradictorios y poco concluyentes.


También es probable que la mayoría de las personas no le encuentre relevancia al proceso de dormir, más que el mero descanso necesario y merecido después de un día de trabajo. Pero dormir es un proceso biológico crucial para la vida, en especial para nuestro cerebro, puesto que durante el sueño se desarrollan procesos cruciales de nuestro diario vivir, como por ejemplo la consolidación de la memoria.

Así también, el sueño puede entenderse desde el punto de vista evolutivo como una respuesta adaptativa influenciada por las muchas maneras en las que un organismo se adapta a su medio ambiente, como, por ejemplo, una estrategia biológica eficiente para conservar la energía que es altamente usada durante el día para mantener los sistemas corporales y que, en parte, durante el sueño tienden a tener una baja en su función.

O también, el sueño puede entenderse, como un proceso restaurador y reparador, ya que durante este proceso parece que se restablece “algo” que se ha perdido durante la etapa de la vigilia. Esto queda manifestado cuando por alguna razón no podemos dormir durante la noche, y definitivamente nuestro cerebro, al otro día, está lejos de funcionar de la forma ideal.

Sueño profundo y sueños REM

El sueño tiene dos grandes etapas, el sueño profundo, o también llamado Sueño No REM (NREM), caracterizado por una actividad eléctrica cerebral considerablemente disminuida y sincronizada, producto de una comunicación coordinada entre las distintas áreas cerebrales, además de una ausencia de movimiento ocular; y la etapa de sueño con movimientos oculares rápidos (o sueño REM, por sus siglas en inglés de Rapid Eye Movement), conocida también como sueño “paradójico” debido a que existe una alta actividad eléctrica cerebral (similar a cuando se está despierto), caracterizada por un alto trabajo independiente de las distintas estructuras cerebrales.

Esta última etapa es muy importante, ya que se ha comprobado que está asociada con la actividad onírica (sueños), la regulación de las emociones, la consolidación de la memoria, las interacciones sociales y la resolución creativa de problemas.

Durante la noche, existen alternancias entre ambos tipos de sueño aproximadamente cada 90 minutos, generando una “arquitectura del sueño”. De esta manera, cuando te quedas dormido, el primer sueño que presentas es un sueño NREM, el cual comienza a ser más profundo con el pasar los minutos y, aproximadamente a los 90 minutos después de que hayas conciliado el sueño, comenzarás a emerger de este sueño profundo, dando paso al sueño REM, generando así una ciclicidad durante toda la noche. Cabe destacar también, que, durante esta ciclicidad, las etapas de sueño NREM cada vez van siendo menos profundas y las etapas de sueño REM, cada vez más prolongadas.

¿Dormir solo o compartir la cama?

Pero, ¿tendrá alguna relevancia el dormir acompañado de una pareja en esta arquitectura del sueño? En un estudio publicado en junio de este año, en la revista Frontiers in Psychiatry, el grupo liderado por Henning Johannes Drews del Centro de Psiquiatría Integrativa (ZIP) en Alemania y sus colegas, lograron dilucidar como varía la arquitectura del sueño cuando se duerme solo o se comparte la cama con una pareja a la hora del descanso nocturno.

Los investigadores realizaron el estudio donde participaron 12 parejas jóvenes con un rango de edades entre 18 y 29 años, heterosexuales y sin enfermedades psiquiátricas, las cuales pasaron cuatro noches en el laboratorio, donde se habilitó un espacio específicamente para la realización del experimento.

Aquí, se midieron diversos parámetros del sueño tanto en presencia como en ausencia de la pareja utilizando polisomnografía dual simultánea. Este método es muy exacto, detallado y completo y se utiliza para estudiar el sueño en muchos niveles, desde las ondas cerebrales hasta los movimientos, la respiración, la tensión muscular y la actividad cardiaca, entre otras variables.

Además, los participantes completaron cuestionarios diseñados para medir las características de la relación que llevaban con su pareja. Estos cuestionarios tenían como objetivo determinar la relevancia que tiene la relación y la pareja en la vida de los participantes de este estudio. Estos cuestionarios contenían 25 preguntas, las cuales se respondían según una escala Likert con un puntaje valorizado entre 1 (menos de acuerdo) y 4 (absolutamente de acuerdo). Las parejas respondieron preguntas como: «¿Qué tan enojado te hace sentir esta persona?», «¿Hasta qué punto podría contar con esta persona para que le ayude con un problema?» o «¿Qué importancia tiene esta relación en tu vida?».

Los resultados el estudio mostraron que el sueño REM aumenta y se interrumpe menos en las parejas que duermen juntas en comparación a cuando dormían individualmente. Este hallazgo es particularmente relevante debido a la importancia de los procesos ocurridos durante el sueño REM, y su aumento significativo, implica también un aumento en la calidad del sueño al dormir en pareja.

Sueños sincronizados

Así también, el equipo de investigadores descubrió que las parejas sincronizan sus patrones de sueño cuando duermen juntas. En simples palabras, cuando se duerme junto a una pareja, las etapas del sueño de ambos ocurren de manera sincronizada durante el trascurso de la noche.

Del mismo modo, esta sincronización, que no está vinculada al hecho de que las parejas se molesten entre sí durante la noche, se asocia positivamente con la profundidad de la relación. De esta manera, los participantes que calificaban la importancia de la relación en su vida con puntuaciones más altas presentaban una mayor sincronización del sueño con su pareja. En base a estos datos, los investigadores proponen que existe un ciclo de retroalimentación positiva donde el dormir en pareja mejora y estabiliza el sueño REM, y que, a su vez, mejora nuestras interacciones sociales y reduce el estrés emocional.

Curiosamente, los investigadores encontraron un mayor movimiento de las extremidades en las parejas que comparten la cama. Sin embargo, estos movimientos no interrumpen la arquitectura del sueño, la cual permanece inalterada. De esta manera, parece que el cuerpo es un poco “rebelde” cuando duermes con alguien a tu lado, pero tu cerebro, al contrario, parece agradecerlo.

Aunque los resultados son prometedores, quedan muchas preguntas por responder.  Lo primero que es importante evaluar en el futuro es si los resultados obtenidos en este estudio también están presentes de forma similar en una muestra más diversa, por ejemplo, en personas con un rango de edad más amplio, o si, por ejemplo, existan enfermedades neuropsiquiátricas presentes en una pareja. Pero a pesar del pequeño tamaño de la muestra y la naturaleza exploratoria de algunos de los análisis, esta investigación fomenta la comprensión del sueño en parejas y su posible implicación para la salud mental.

De esta manera, dormir con tu pareja podría ayudarte a mejorar la salud mental, la memoria y las habilidades creativas para resolver problemas de mejor forma. Por lo tanto, es muy positivo tener la posibilidad de poder transformar nuestro sueño en solitario a un sueño en pareja para mejorar significativamente nuestra calidad del sueño y ayudar al bienestar de nuestro cerebro.

 

Fuente: Drews HJ, Wallot S, Brysch P, Berger-Johannsen H, Weinhold SL, Mitkidis P, Baier PC, Lechinger J, Roepstorff A and Göder R (2020) Bed-Sharing in Couples Is Associated With Increased and Stabilized REM Sleep and Sleep-Stage Synchronization. Front. Psychiatry 11:583. doi: 10.3389/fpsyt.2020.00583

*Este artículo surge del convenio con el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso.

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