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Exposición «Péndulo» en Galería Animal

Exposición «Péndulo» en Galería Animal


Exposición «Péndulo» en Galería Animal

  • Galería Animal, Nueva Costanera 3731, Vitacura.
  • Hasta el 10 de diciembre.
  • De lunes a viernes – 10:30 a 19:00 horas. Sábados – 10:30 a 14:00 horas.
  • Entrada liberada.

Carlos Ampuero es un artista visual chileno. Durante los últimos años su práctica artística se enfoca principalmente en la pintura, en la gráfica computacional 3D y en el dibujo. Una investigación basada en la práctica de taller en torno a diversas problemáticas de la imagen en Occidente, desde su construcción, percepción e interpretación en la sociedad contemporánea.

Su trabajo se afirma en una metodología rigurosa e híbrida que cuenta con técnicas tradicionales de producción, como, tecnologías digitales. Una práctica en la que confluyen conceptos del pasado, de la historia y de la memoria, así como la construcción de la identidad individual y colectiva, herramientas clave, en fin, desde donde concibe y elabora la propuesta artística propia.

En el statement publicado en su sitio web, Carlos Ampuero advierte de entrada que, como artista visual, prefiere comunicarse a través de su obra, esto es, de las imágenes. Si bien cree que las palabras -o una declaración de artista- también funcionan como una invitación a observar, para él el texto es otro lugardesde donde mirar y pensar las imágenes.

Lo que dice es sumamente franco y válido, primeramente, porque no sería prudente encorsetar por escrito la expansividad de sus imágenes, cuando estas se abren a múltiples lecturas. Además, porque en estos tiempos la escritura sobre arte ha pasado a opacar, sobre analizar e incluso malinterpretar la intención genuina y primigenia de la obra de arte. Y, más ampliamente, porque vivimos en una era de sobreexposición y consumo vertiginoso de imágenes, donde la mayoría se pierde en el Metaverso, son simplemente banales o desvían nuestra atención de los asuntos verdaderamente cruciales.

Como pintor, Carlos Ampuero no es ajeno a esta contingencia. Sus investigaciones de los últimos años se centran en diversas problemáticas de la imagen en Occidente, su construcción, percepción e interpretación en la sociedad contemporánea. Obras anteriores tienen como motivo el Monumento a la Tercera Internacional -conocida como la Torre de Tatlin-, o citan el Volkswagen Beetle desarmado y suspendido en el espacio del artista mexicano Damián Ortega. Hay, en su imaginario, una porosidad referencial, donde la modernidad y la contemporaneidad dialogan para abrir nuevas relaciones.

También emerge en su pintura una atmósfera incómoda -algo siniestro y perturbador-, donde la figura humana puede mostrarse impávida y en solitario, o agrupada a la manera de sectas o en convenciones macabras, como si se estuviera decidiendo el futuro de la humanidad. Muchas de estas composiciones surgen, en parte, de las técnicas de collage como matriz conceptual. Un collage híbrido y muy flexible que incorpora escaneo 3D de objetos o personas, dibujos autorales, fotografias digitales (personales y de dominio publico) como insumos en el proceso y desarrollo de una idea, según explica el artista.

 

Para esta exposición en Galería Animal, titulada Péndulo, Ampuero mantiene su afiliación con estos temas -el mundo natural se suma-, pero decide enfocarse en la tonalidad sombría -para tiempos sombríos- de los blancos, negros y grises. Sin embargo, lo que en un principio se le presentaba como una restricción -trabajar en monocromía-, “pronto abrió otras posibilidades: indagar, desde lógicas más gráficas y sencillas, sobre la función del color en la construcción y percepción de la imagen”, de acuerdo con el artista.

De esta manera, los dibujos y pinturas presentes en Péndulo han sido elaborados atendiendo parámetros tonales reducidos a un mínimo. La paleta acromática permite al artista resistir y postergar las posibilidades infinitas que le proponía el color. Sustituye, así, “el efecto fulgurante y subjetivo que puede ejercer el croma por una experiencia más aquietada, quizás recatada, en relación con nuestra percepción”.

Para el artista, “es como si el blanco y el negro, y los grises que se mueven entre ambos, tuviesen la habilidad innata de democratizar la superficie del soporte”. Carlos Ampuero se aprovecha entonces de la ausencia cromática para “monopolizar nuestra mirada e invitarnos a recorrer la totalidad de la imagen, antes de intentar poseerla en nuestra mente”.

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