Publicidad
Testículos de pollo y cerebro de cerdo: los manjares de moda en Hong Kong Gastronomía

Testículos de pollo y cerebro de cerdo: los manjares de moda en Hong Kong

Con restaurantes que sólo sirven testículos de pollo o almejas gigantescas, en Hong Kong se están popularizando nuevos sabores que podrían ser afrodisiacos o estimulantes cerebrales según la creencia popular.


A igual que en toda China, son típicos los establecimientos en los que el comensal se cocina su propia comida -normalmente, carne y verduras- en una gran olla con caldo que se sitúa en el centro de la mesa. Lo acompañan un surtido de salsas como soja, sésamo, maní, marisco, especias y picantes.

Pero en Hong Kong esta particular «fondue» puede ir acompañada de una gran variedad de ingredientes y diferentes «partes» de animales -cerebros, corazón, testículos, riñones, sangre e intestinos- que para muchos puede resultar un desafío.

En Hot Pot Instinct, aunque se puede mojar prácticamente cualquier cosa, lo más demandado por los locales son delicias resbaladizas y gomosas como cerebros de cerdo, intestinos de ganso, riñones de conejo e incluso testículos de pollo, formando un manjar tan salvaje como la imaginación lo permita.

«Comer testículos puede ser bueno para la virilidad en los hombres y la piel en las mujeres, o al menos esa es la creencia popular», afirma Alan Mak, dueño del restaurante.

Este empresario cuenta con tres restaurantes y no duda en recibir a curiosos a quienes explica y ofrece sus exóticos productos.

«Los chinos no derrochan cuando se trata de comida, apenas hay una parte de un animal que no se consuma. Sin embargo, en mi caso, hay algo que jamás engulliría: caballo o conejo, porque son los signos del zodiaco de mi mujer y de mi hija», añade.

Creencia popular

Los testículos, de color entre rosado y grisáceo y una textura cremosa similar a la de un riñón, tienen supuestas cualidades, al igual que las almejas gigantes, otra de las especialidades de la casa.

Mak afirma que es «el más delicioso» de los ingredientes que ofrece y uno de los muchos supuestos remedios asiáticos para estimular la libido debido a su alto contenido en zinc, que en teoría potencia la testosterona.

De hecho, el mesón cuenta con la almeja más grande del mundo, la geoduck, originaria de la costa oeste de Canadá y Estados Unidos, que tarda seis años en alcanzar la madurez y vive hasta 140 años.

Se paga alrededor de 45 dólares (30 mil pesos aprox.) por este raro manjar que puede pesar hasta tres kilos y que hay que preparar «ipso facto» puesto que su vida acaba poco después de llegar a los restaurantes.

Así, hay que hervir la almeja y luego sumergirla en agua helada para servirla cruda junto con láminas de jengibre a lo «sashimi».

Asimismo, el cerebro de cerdo -la tradición dice que favorece a la inteligencia- también tiene su público y su técnica, pues debe colocarse sobre un cucharón ranurado que posteriormente desciende lentamente dentro de la sopa hirviendo, donde permanece en cocción hasta que el color rosado de los sesos se vuelve blanco.

«De lo contrario, el cerebro se rompe y uno tiene que andar buscando los trocitos en la olla caliente», esclarece Mak.

Para los paladares mas exquisitos, la franquicia global Chongqing Liuyishou propone intestinos de cerdo rellenos de cuajada de sangre, aorta de cerdo servida en rodajitas que mantienen su textura crujiente o cuajada de sangre de pato «supremo».

Procedentes de diferentes partes de Asia, los órganos son cortados en pedazos antes de ser colocados en una fuente decorada que se asemeja a la que utilizan las joyerías en sus escaparates para exhibir sus lujosos productos.

Publicidad

Tendencias