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Comienzan los Juegos Olímpicos de Londres con Europa en crisis y la economía mundial al borde de una recesión


Cuando se encienda la antorcha en el estadio olímpico de Londres y las miles de personas que estarán en el estadio festejen la apertura, será la tercera vez que los juegos recalan en la capital británica. Y cada vez que eso ha sucedido ha sido en tiempos de crisis.

Como lo dice tan elocuentemente el diario español El País, «si el mundo puede festejar los Juegos de la 30ª Olimpiada se debe en mucha medida a Londres, la Atenas del olimpismo moderno, escenario por tercera vez del reino unido del deporte. Sobre todo, porque Londres siempre acudió al rescate de los Juegos. Primero, en su edición de 1908, tras las humillantes y desastrosas citas de París y San Luis en 1900 y 1904, respectivamente. Y luego, en la edición de 1948, en tiempos de racionamiento, apenas tres años después de la II Guerra Mundial. Ahora, con Europa azotada por un torbellino económico, de nuevo Londres, a la que Madrid, que hoy quizá respire aliviada, disputó la sede en 2005, acarrea con la organización del evento más universal del planeta».

El comité organizador apuesta al espíritu británico para el éxito de los juegos, ya que gastarán sólo una fracción de lo que se gastó en Beijing cuatro años atrás. La difícil situación económica por la que atraviesa el Reino Unido obligó a los organizadores a recortar los gastos y algunos ya denominan estos juegos como «las olimpiadas de austeridad». Un ejemplo es que el acto de apertura costará 32 millones de euros, la mitad de lo que se gastó en China en 2008.

Gran Bretaña está gastando un cuarto de lo que se gastó en las Olimpiadas precedentes. La ceremonia inaugural de hoy incluirá 70 ovejas, 12 caballos y la lectura de un poema escrito hace 200 años. Tendrá lugar en una de las zonas más pobres de Inglaterra y con el país en recesión.

La economía tuvo su mayor contracción en tres años en el segundo trimestre. El Primer Ministro, David Cameron, ha impuesto un severo programa de austeridad para lidiar con la crisis fiscal. El presupuesto olímpico sufrió recortes de US$ 40 millones. John Armitt, el encargado de construir y entregar toda la infraestructura olímpica, afirmó que el país no hubiese aceptado organizar los juegos si hubiese sabido que estarían lidiando con una crisis económica que ya lleva un cuadrienio.

El príncipe jordano, Feisal Al Hussein, miembro del Comité Olímpico Internacional, declaró en una entrevista con Bloomberg que «hay mucho que se puede hacer sin que necesariamente se tire la plata. El dinero no te dará entusiasmo».

Los juegos arrancan con un show producido por el director de cine y ganador de un Oscar, Danny Boyle. La ceremonia esta diseñada para destacar la historia de Gran Bretaña. Se estima que más 4.000 millones de personas estarán pegadas frente a una televisión para ser testigos del evento inaugural.

«Cada país debe hacerlo de acuerdo a su cultura, sus costumbres, su mentalidad», explica Denis Oswald a Bloomberg. Oswald es miembro del directorio del COI. «Lo de China fue masivo, acá el foco es otro».

Gran Bretaña tiene presupuestado gastar US$ 14.600 millones en el evento, comparado con los US$ 70.000 millones que gastó China.

Londres ha podido mantener los costos bajo control evitando construir nuevas infraestructuras y estadios, y en vez de ello ha decidido usar locaciones ya existentes o temporales.

Las entradas para casi todos los eventos están agotadas. Las autoridades tienen la esperanza que un buen desempeño de los atletas locales ayude —al menos temporalmente— a la gente a olvidarse de la difícil situación económica que enfrentan.

El Reino Unido tiene alrededor de 540 atletas en competencia y su objetivo es ganar 48 medallas. Chile tiene 35 atletas en Londres, la delegación más numerosa de nuestra historia. Expertos dicen que hay un grupo de entre cuatro y cinco deportistas con posibilidades de obtener medallas.

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