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Argentina es muy creíble cuando se trata de estatizar empresas


MARCOS PRATS, COUNTRY MANAGER FALCON EXPERTO NEGOCIADOR DE COLUMBIA UNIVERSITY

La clase política de Argentina asegura que necesita efectivo para seguir financiando fiesta, pero eso no es novedad. Lo nuevo es que en este proceso se encontró con Repsol-YPF, que tiene una capitalización de mercado cercana a los MMUS$ 10.000. La pregunta que debe haber rondado en Casa Rosada es ¿Cómo le echamos mano a ese dinero?

Ahora Argentina busca un comprador que esté dispuesto a pagarle a Repsol por la empresa y disponible a jugar al ritmo del Gobierno, es decir, aumentar las regalías que este pueda extraer de esa operación, por la vía de mayor recaudación de impuestos por incremento de utilidades, mayores impuestos adicionales tipo Royalty, etc.

En una movida estratégica, donde Argentina encontró un candidato a comprador en la petrolera estatal China Sinopec, quienes es muy probable ya hayan dicho que está dispuestos a pagar unos MMUS$ 15.000 por YPF, solicitando “ilustrativamente” al Gobierno que cualquier baja en el valor de la transacción podría significar regalías adicionales.

Esto es muy similar a lo que hizo Codelco con Mitsui, en el sentido que éste último proveería la caja a Codelco como Sinopec al Gobierno Argentino para comprar un porcentaje de Anglo American. En la práctica, esto significaba que Mitsui estaría “comprando” un porcentaje de Anglo a “precio Codelco”, menos un premio que pagaría a la estatal Chilena en la forma de sobrepago de las acciones de la opción.

La diferencia, por supuesto, está en las tácticas aplicadas. Argentina tiene la misión de reducir el precio de venta para que Sinopec pague lo menos posible y entre al negocio dándole a Gobierno toda la diferencia de pecio entre los MMUS$ 15.000 que está dispuesto a desembolsar la estatal China y lo que finalmente termine pagando a Repsol. ¿Qué mejor forma de generar una “amenaza creíble” que empujar una eventual estatización? Si podemos decir que hay algo en lo que Argentina es “creíble” es en su disposición a transgredir las reglas del juego en casi cualquier materia de negocios. Convengamos en que si el Gobierno que amenazara con estatizar fuera Chile, esa amenaza sería “menos creíble”.

Con el objeto de anclar el prospecto de la estatización  Argentina simplemente está ejecutando todas las acciones que debería ejecutar si realmente fuera a estatizar YPF. Está jugando una mano de póker. Lo que Repsol tiene que hacer es “probar” si Argentina está blufeando o si de verdad está dispuesta a recorrer el camino de la estatización y convertirse una vez más en la oveja negra en el plano global.

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