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Yo, la peor de todas

Yo, la peor de todas

Sister Takle
Por : Sister Takle Monja, fanática de los deportes
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El mambo 7 que la selección le dio a los mexicanos dejó en claro tres cosas: a) que algo tenían que ver los premios; b) que los muchachos jugaron por primera vez en esta copa absolutamente concentrados en lo que estaban haciendo; y c) que el “macanudo” Pizzi debe tener más oreja si quiere sobrevivir porque finalmente jugó a lo que esta selección sabe hacer y no insistió con Orellana.


Levantado que sea el castigo, vuelvo a hablar de fútbol. Sí señores, y tal como decía Sor Juana Inés de la Cruz en Excusándose de un Silencio… “Pedirte, señora, quiero/ De mi silencio perdón, /Si lo que ha sido atención,/ Le hace parecer grosero.” Es que además de perdida, en un momento estuve boquilarga, y me cayó un raspacacho que amenazó con dar con mi triste humanidad en el purgatorio de los vivos. ¡Dios me libre! Nadie se ha robado nada en la AFNP, solo hay mala administración.

Bueno sí, ya estamos clasificados. El mambo 7 que la selección le dio a los mexicanos dejó en claro tres cosas: a) que algo tenían que ver los premios; b) que los muchachos jugaron por primera vez en esta copa absolutamente concentrados en lo que estaban haciendo; y c) que el “macanudo” Pizzi debe tener más oreja si quiere sobrevivir porque finalmente jugó a lo que esta selección sabe hacer y no insistió con Orellana.

En la eficiencia de cada uno de ellos no valieron ni los chicharitos ni las chelitas tipo tecatito corona y cosas así. Puro taquito pastor y al bolso, buey, como diría Tin Tan. Casi me dio pena, pero en los partidos anteriores me había dado coraje que andábamos algo perdidos.

A mí sí me inquieta Pizzi y su dedo meñique de monseñor, que parece un rasgo de blandura cuando celebra, habla o saluda, ¿se han fijado? Siempre un poco levantado, fino, que le resta energía a la mano y al ademán. Bueno, tonteras mías, pero yo, fémina al fin y al cabo, me fijo en cosas mínimas y luego me pongo supersticiosa aunque sea pecado, y me dan escalofríos.

¿Vamos a la final? Yo creo que sí, y si la selección sigue jugando como lo hizo con los cuates también la ganamos, incluido Messi. Sí se puede.

Pero vamos sacando cuentas. ¿Qué haremos cuando esta generación se vaya? Llegará con bastante más de treinta años al mundial de Rusia y con la manga de impresentables que tenemos a cargo del fútbol profesional, ANFP y clubes, no creo que hayan pensado en política de recambio.

Por lo mismo propongo que inmediatamente después de la Copa formemos una Selección Nacional B con un calendario estricto de matches internacionales, todos los jugadores menores de 25 años y financiada íntegramente por la ANFP.

No es posible que jugadores como Lichnovsky, Angelo Henríquez, Brian Rabello o Miiko Albornoz no puedan madurar como seleccionables, junto a muchas otras promesas del fútbol nacional.

¿Alguien entenderá de esto, digo yo? Yo, la peor de todas me atrevo a proponerle algo de neuronas a este deporte tan viril.

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