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Washington pone fecha a la guerra: 17 de marzo es el último plazo para Irak

La propuesta de Estados Unidos, Reino Unido y España fija el 17 de marzo como límite para que Sadam Hussein demuestre que se ha desarmado. Francia se opone a una nueva resolución, y como ha explicado el ministro De Villepin, se rechazará una declaración que permita la guerra. El Consejo de Seguridad de la ONU está dividido.


El nuevo proyecto de resolución enmendado que presentaron ayer ante la ONU conjuntamente Estados Unidos, Reino Unido y España sobre Irak fijó para el 17 de marzo la fecha límite para que Sadam Hussein demuestre su desarme.



Los tres países evaluaron negativamente el informe de los inspectores de armas presentado ayer ante el Consejo de Seguridad y consideraron que Bagdad no ha cumplido sus obligaciones. Por el contrario, Francia manifestó que rechazará cualquier resolución que dé paso a una guerra en Iraq y ha visto cómo Rusia y China, que tienen derecho a veto como miembros permanentes del Consejo, se sumaron a sus posiciones sin hacer tan explícito su rechazo a una segunda resolución.



Powell: Irak «sigue sin cooperar»



Al valorar los informes de los inspectores, el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, manifestó que Irak «sigue sin cooperar» con la ONU para desarmarse y consideró que lo declarado por Hans Blix es un «catálogo de no cooperación iraquí». Powell reclamó una «inmediata, activa e incondicional cooperación de Irak», en cumplimiento de la resolución 1441 del pasado 8 de noviembre.



A juicio de Powell, la conclusión del informe es que Irak sigue teniendo la capacidad de fabricar armas químicas y biológicas. El ex general y hoy diplomático insistió que la posición estratégica de Iraq es engañar a los inspectores, que se desperdiguen sus esfuerzos y que su presión decaiga.



Fecha límite



En la misma línea pro-bélica se expresó en la reunión del Consejo el ministro de Exteriores del Reino Unido, Jack Straw, quien presentó la enmienda al proyecto de resolución que fija para el 17 de marzo la fecha límite para que el régimen de Bagdad demuestre su desarme. Straw reiteró su opinión de que Irak no se está desarmando y destacó que, de todos quienes han intervenido hoy en el Consejo de Seguridad, «nadie ha dicho que Irak esté cumpliendo».



La nueva resolución será sometida a votación «a principios de la próxima semana», informaron fuentes diplomáticas. El proyecto establece que el Consejo considerará que Irak incumple sus obligaciones si antes del 17 de marzo no ha comprobado que Bagdad «ha cooperado de manera total, incondicional, inmediata y activa».



Hasta ahora, tan sólo cuatro países -los tres patrocinadores más Bulgaria- respaldan la propuesta estadounidense. En cambio, Alemania, Siria, China, Francia y Rusia, los tres últimos con derecho de veto, han expresado su determinación a impedir la aprobación de esta resolución. Otros seis países (México, Chile, Guinea, Camerún, Angola y Pakistán) permanecen indecisos.



Francia amenaza con el veto



El ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, amenazó nuevamente con utilizar el veto sin mencionar la palabra: Francia no dejará «que se apruebe una segunda resolución que permita el uso de la fuerza» contra Irak, dijo, y añadió que su país se opone a fijar un ultimátum porque si se fija un «ultimátum de unos pocos días no sería más que un pretexto para la guerra».



El jefe de la diplomacia francesa sostuvo que de los informes se puede deducir que «las inspecciones funcionan» y en concreto destacó que están llevando a cabo la destrucción de misiles Al Samud II. La conclusión que se puede sacar, según De Villepin, es que «Irak es en la actualidad una amenaza muy inferior a la que era» hace algunos años.



Así, De Villepin apostó por reforzar las inspecciones y propuso un programa para el desarme, incluso con un calendario preciso. La propuesta, de tres puntos, consistiría en que los inspectores realicen una jerarquía de las tareas de desarme, la presentación de un informe al Consejo cada tres semanas, para que las autoridades iraquíes sigan colaborando, y el establecimiento de un programa que evalúe el grado de cumplimiento de los dos puntos anteriores.



Ivanov: «no se necesitan nuevas resoluciones»



También Rusia estuvo en esta posición. El canciller ruso, Igor Ivanov, afirmó que «por primera vez estamos asistiendo a un verdadero proceso de desarme de Irak» y subrayó que «creemos que existen posibilidades de desarmar a Irak por medios pacíficos», por lo que precisó que «no se necesitan nuevas resoluciones», sino «pleno apoyo a los inspectores».



Ivanov se preguntó: «¿Es razonable detener ahora las inspecciones y eliminar así el impulso dotado al desarme de Irak?» y señaló que, de llegarse a esa situación y si se recurre a una intervención militar, sólo reportará «la pérdida de vidas humanas y la creación de situaciones imprevisibles.» El jefe de la diplomacia rusa insistió en que «existen posibilidades de desarmar a Iraq por medios pacíficos» y abogó por el reforzamiento de las inspecciones para verificar la eliminación del armamento iraquí de destrucción masiva.



China y Alemania



Asimismo, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Tang Jiaxuan, dijo que su país no apoya la votación de una nueva resolución, «particularmente una que autorice el uso de la fuerza». En su intervención ante el Consejo, Tang indicó que la resolución el asunto de Irak requiere «paciencia y sabiduría» y pidió al Gobierno iraquí que «tome medidas más efectivas pare reforzar su cooperación» en el desarme, un proceso que consideró que está avanzando.



Tang resaltó que «el objetivo de desmantelar las armas de destrucción masiva de Iraq podrá lograrse mientras nos mantengamos en el camino de una solución pacífica». Por ello, dejó claro que «no estamos a favor de una nueva resolución, particularmente una que autorice el uso de la fuerza».



Alemania tampoco ve necesaria una segunda resolución. El ministro alemán, Joschka Fischer, afirmó que en la situación actual no es necesaria una segunda resolución sobre Irak «ya que las inspecciones están dando resultados». Fischer defendió proseguir con las inspecciones sobre la base del memorando presentado por Francia, Alemania y Rusia, y pedir a los inspectores que detallen «cuáles son las cuestiones pendientes en lo referente al desarme» y fijar tareas concretas.



Dijo también que de los informes presentados por los inspectores ante el Consejo de Seguridad de la ONU se deduce que hay «avances importantes que demuestran que el desarme pacífico es posible y que existe una alternativa real a la guerra».



Irak acusa



El embajador de Irak ante la ONU, Mohamed Al Duri, afirmó ante el Consejo que la posición de Estados Unidos y Reino Unido oculta en realidad el deseo de apoderarse del petróleo iraquí y dominar política y económicamente toda la región árabe. Al Duri dijo que cuando Irak aceptó las resoluciones 1441 «esperaba justicia».



Sin embargo, la presentación de un nuevo proyecto de resolución que, en su opinión, no está relacionado con el desarme tiene como objetivo «arrastrar al Consejo hacia consecuencias perjudiciales no sólo en Irak sino para la credibilidad de la organización internacional». Irak recibió el apoyo de Siria. El ministro sirio de Exteriores, Faruk Chara, aseguró que Irak coopera con las Naciones Unidas y su desarme no es «insignificante ni engañoso».



Los ambiguos



La prensa internacional y las agencias consideraron que tanto Chile como México fueron ambiguos en sus planteamientos ante la ONU, aunque dentro de esa falta de claridad parecieron más favorables a un consenso para solucionar la crisis de forma pacífica.



El ministro mexicano, Luis Ernesto Derbez, abogó por «el consenso» pues está en juego «la credibilidad y fortaleza de las Naciones Unidas», aunque tildó de «lamentables» las reticencias demostradas por Iraq a la hora de cooperar con los inspectores.



Estas exigencias fueron básicamente las mismas que expuso la canciller Soledad Alvear, que apostó por agotar las vías pacíficas y defendió el fortalecimiento de las inspecciones pero «con plazos limitados y exigencias concretas».



En tanto, Pakistán y los tres países africanos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Angola, Camerún y Guinea-Conakry) abogaron por la búsqueda de una fórmula de consenso que permita solventar la crisis.



En cambio, el embajador de Bulgaria ante la ONU, Stefan Tavrov, consideró la nueva resolución como un medio de incrementar la presión sobre el régimen de Sadam y entiende que «la paciencia tiene un límite».



Vea además:



Intervención de Soledad Alvear (7 de marzo 2003)



Blix: No hemos encontrado pruebas de armas químicas (7 de marzo 2003



Lagos aboga a resolver conflicto en Irak mediante el diálogo (7 de marzo 2003)



La toma de Bagdad (7 de marzo 2003)

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