El programa Food for Oil ha funcionado por más de una década, desde que se implantó como sistema para mitigar el bloqueo de EE.UU. El programa recibió la aprobación para su decimotercera fase en las oficinas del Secretario General de la ONU en enero pasado. Pero ahora el sistema que beneficia a muchos iraquíes pobres se desarma porque los funcionarios del programa están siendo evacuados de Irak.
No había transcurrido los dos meses de la última aprobación al programa cuando el personal que trabaja para él y el de la ONU comenzó a ser evacuado por orden de la oficina del Secretario General, todo por una guerra aún no declarada. "De 900 personas que estaban a comienzos del año los funcionarios se han reducido a apenas un centenar", nos dice una de las personas que fue sacada de Irak.
Más que ser un medida de precaución y protección, el procedimiento de evacuación demuestra que para la Oficina del Secretario General, la guerra era inevitable ya en enero del 2003.
Más aun, a propósito de las conversaciones que Bush y Blair tuvieron a comienzos de 2002, el Secretario General de la ONU había declarado a The Guardian "que hablar de guerra en esta etapa no es adecuado", pero no la descartaba.
Si la oficina del Secretario General comienza ha desarrollar un lobby agresivo en esta instancia del 2002, y mucho antes, con los otros miembros del Consejo, se habría evitado todo el actual espectáculo de negociaciones y cohersiones de último minuto.
Un proceso que debe ser evaluado
Hans Blix, el inspector jefe ha sido una figura sujeta a vaivenes e inconsistencias en sus informes. Condolezza Rice, la asesora de Bush lo ha presionado, tal como salió a la luz pública, pero de la Oficina del Secretario General no ha salido hasta ahora una declaración. "Sus attaches de prensa circulan la noticia que si se dedicaran a desmentir o a aclarar temas, deberían tener una radio o un periódico" nos dice una fuente cercana.
Hace poco Bush criticó abiertamente a las inspecciones, aprovechando de presentar a la ONU como un "organismo pusilánime", como consignó el diario El País. La administración Bush, como la de Bush padre han sido las administraciones que más arbitrariamente han usado las resoluciones del Consejo para obtener dividendos en la Zona del Golfo, y que más han violado las resoluciones. Al mismo tiempo, han sido las administraciones que más han atacado a la ONU con lenguaje despectivo y agresivo.
Todos estos hechos deberían estar sujetos a una evaluación por los miembros del Consejo. Y por cierto, debe ser una agenda interesante para la Oficina del Secretario General y de su equipo.
La argumentación más recurrente es sostener que el montaje militar que acorrala a Irak ha sido vital para el progreso en las inspecciones. Pero si las resoluciones se hicieran públicas en su totalidad, se constataría que esta presión militar de Estados Unidos sobre la zona, ha violado las propias resoluciones.
Más que presión para que Irak suelte información, han sido factores de distorsión en la misión de inspección. El argumento que usa el propio Secretario General de agradecer a los Estados Unidos por el despliegue militar en la Zona no hace mas que confirmar un rol activo en acelerar el proceso hacia la guerra. Se sabía de antemano que una instalación de tropas de la magnitud planteada ya en diciembre -250.000 hombres- respondía a un plan de guerra más que a un acto de presión.
Esta postura de hecho consumado que empuja el proceso diplomático hacia la guerra antes que agotar todas las posibilidades para evitarla, sitúa al Secretario Geberal y a su equipo en una posición de clara connivencia con el proceso bélico.
Las violaciones durante 12 años a las resoluciones de la ONU hechas por Irak alas que se aferran como argumento Bush, Blair y Aznar, son igualmente válidas en el caso de los Estados Unidos. "La informacion es unilateral, por eso que este ataque será sobre bases unilaterales", dice una fuente del Consejo.
Que en este plan de contingencia para Irak (post Sadam) no incluya un iraquí en el grupo de trabajo demuestra que se trata de un plan que se desarrolla en paralelo a las actividades del Consejo, y que en realidad la guerra siempre ha estado sancionada.
"Este exceso de voluntarismo y falta de profesionalismo, es lo que ha hecho renunciar a funcionarios diplomáticos en misión de los EEUU y Australia. Ya no se trata de los principios o argumentos para desatar la guerra. Es una cuestión de procedimientos", nos informa un funcionario de una agencia de la ONU que empieza a salir de la zona en el plan de evacuación.
Ahora empiezan a formarse atochamientos en los puestos fronterizos. El ultimátum del Departamento de Estado norteamericano para que los medios de comunicación empiecen a retirarse de Bagdad sonó como estampido.
Algunos lo niegan pero el hecho que el personal de Naciones Unidas emprendió su retirada del Irak desde enero, y ahora este desplazamiento se intensifica.
Dos millones de afectados
A las vidas de civiles que se perderán en actos de guerra, hay que agregar el numero de afectados a los que ningún plan de contingencia puede mitigar su sufrimiento y son todos los iraquíes que se benefician en sus necesidades básicas gracias a las operaciones humanitarias vigentes.
El desmantelamiento de éstas a raíz del ultimátum cursado por la Oficina del Secretario General, también constituye una violación de resoluciones vigentes.
Food for Oil, a pesar de haber sido aprobado en su tercera fase -casi 5 mil millones de dólares- entra en su fase terminal. Algunos analistas de la zona contactados por El Mostrador.cl piensan que es el comienzo de la catástrofe en el Irak: montar y consolidar el programa demoró casi una década, después de un guerra reponerlo costará década y media, o más.
Food for Oil, explica un oficial saliente de la zona, es la operación de mayor envergadura que haya asumido la ONU en un país en las últimas décadas. Cubre 25 sectores socioeconómicos, desde infraestructura industrial, agricultura, hasta salud y educación.
El programa se instaló en octubre de 1997 bajo la égida de "Oficina para el Programa en Irak" o OIP (Office for the Irak Programme), con un Director Ejecutivo a cargo, el ciudadano chipriota Benon B. Sevan, que permanece hasta la fecha. Es un puesto que tiene amplios poderes puesto que Food for Oil administra varios billones de dólares en programaciones en fases de años y hasta meses.
Después de la Guerra del Golfo de 1991, Irak devino en una de las peores crisis socioeconómicas de su historia y ha estado sometido a un bloqueo económico que hasta hoy no ha sido resuelto por el Consejo de Seguridad de la ONU.
El bloqueo estaba ligado directamente a su desarme de armas de destrucción masiva (ADM) pero no hay que olvidar que éstas fueron desarrolladas por el régimen de Bagdad a instancias de los Estados Unidos para atacar Irán, y resolver el problema kurdo, que también lo es de los turcos. El genocidio kurdo del se acusa a Sadam fue inducido por los norteamericanos.
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