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Las omisiones de la Confepa

Por: Rolando Poblete Melis, Coordinador Magíster en Educación Inclusiva, U. Central


Señor Director:

En la edición del día martes 5 de agosto de El Mostrador, se publicó una noticia bajo el título “Las reuniones estilo casa piedra de Erika Muñoz y la Confepa” que a mi juicio no puede dejarnos indiferentes. En el texto se indicaba que la presidenta de esta agrupación de padres y apoderados señalaba en las reuniones que hacía a lo largo del país, acompañada de diputados UDI, que se oponía a la reforma educacional porque “nos va a dañar el derecho de elegir”, y que al quitar el financiamiento compartido “íbamos a bajar al nivel de los municipales, que son pésimos, y nuestros hijos iban a relacionarse con cualquiera”.

De ser verdad tales afirmaciones constituyen un síntoma grave de aquello que nos pasa como sociedad. En efecto, resulta paradójico el rechazo que este grupo de familias ha expresado a la propuesta de gobierno, amparados en la defensa de lo que han llamado “su derecho a elegir”. Incluso, algunos han ido más allá y han señalado estar a favor del lucro y la selección, como es el caso de la presidenta de la Confepa. Lo que tales padres parecen olvidar, y Erika como su representante, es que esos colegios en los cuales educan a sus hijos, son financiados por todos nosotros a través del aporte estatal. Más concretamente, son nuestros impuestos, los míos y los suyos, incluidos los padres de esos niños que ella llama “cualquiera”, los que permiten que esos otros niños, los que no son cualquiera, asistan a ese tipo de colegios.

De esta forma, este grupo de padres omite deliberadamente que cuando un trabajador no puede matricular a su hijo y es rechazado porque no tiene ingresos suficientes para pagar la mensualidad -o porque no ha tenido el rendimiento esperado- están discriminando precisamente a quien financia su “derecho a elegir”. Absurdo e injusto por donde se lo mire, y más todavía porque es con recursos del estado -que somos todos- que se está vulnerando un derecho. No cabe duda que el modelo económico y político ha hecho su trabajo y nos ha transformado en una sociedad en que la segregación y la selección son defendidas abiertamente, sin el menor asomo de vergüenza o culpa. Y esto, más que paradójico, resulta triste.

 

Rolando Poblete Melis
Coordinador académico Magíster en Educación Inclusiva
Universidad Central

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