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¿Pueden los psicodélicos acelerar el despertar en pacientes con desórdenes de conciencia? Opinión Imagen referencial Crédito: Freepik

¿Pueden los psicodélicos acelerar el despertar en pacientes con desórdenes de conciencia?

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Enzo Tagliazucch
Por : Enzo Tagliazucch investigador BrainLat, Escuela de Psicología UAI
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Este estudio abre la puerta a explorar de manera más sistemática el uso de psicodélicos como herramienta terapéutica en una población con muy pocas alternativas.


En las últimas décadas los avances en medicina han mejorado considerablemente el pronóstico de personas con lesiones cerebrales graves. Como resultado, un número creciente de pacientes sobrevive a la fase crítica —el coma— y recupera progresivamente la conciencia. Sin embargo, algunos desarrollan desórdenes de conciencia: estados en los que el cuerpo responde, pero la conciencia parece haberse retirado. Hoy existen pocas herramientas terapéuticas efectivas para tratar esta condición.

Un reciente estudio exploró una vía inesperada: el uso de un psicodélico para promover el despertar en estos pacientes. Se trata de la psilocibina, una sustancia presente en los llamados “hongos mágicos”, usada durante siglos en contextos rituales, prohibida durante décadas, y hoy redescubierta por la ciencia como posible tratamiento para diversos trastornos neurológicos y psiquiátricos.

Investigadores de Bélgica y Estados Unidos reportaron el primer caso documentado de administración de psilocibina en una paciente con un desorden de conciencia. La mujer, de 41 años, había sufrido una lesión cerebral traumática un año antes y no había respondido a múltiples tratamientos. La intervención se realizó en su hogar en Colorado —donde la sustancia ha sido despenalizada— con supervisión médica y el apoyo de su esposo, quien también es su cuidador. Se le administró una dosis moderada de psilocibina y durante varias horas se monitorearon cuidadosamente sus respuestas fisiológicas, conductuales y electroencefalográficas.

Si bien no se observaron cambios significativos en las escalas clínicas tradicionales, surgieron comportamientos espontáneos inéditos: movimientos nuevos en las piernas, expresiones faciales intensas y una apertura de ojos y boca nunca antes registrada. Más llamativo aún fue lo que mostró la electroencefalografía, que registró un aumento marcado en la complejidad de la actividad cerebral, un fenómeno que se ha asociado en estudios previos con estados de mayor riqueza subjetiva.

¿Es posible concluir que hubo una recuperación parcial de la conciencia? La llamada “hipótesis del cerebro entrópico” sugiere que la conciencia emerge cuando la actividad cerebral alcanza un cierto nivel de complejidad. La psilocibina, al parecer, puede empujar ese sistema hacia un estado más flexible —y quizás más consciente— aunque no siempre observable desde el exterior. Si esta teoría es correcta, los resultados del estudio son alentadores y justifican futuras investigaciones.

Por supuesto, se trata de un estudio con importantes limitaciones: un único caso, sin grupo control y con múltiples variables no controladas. Aun así, el trabajo plantea preguntas fundamentales sobre cómo entendemos la conciencia, cómo la evaluamos y cómo podríamos estimularla en quienes parecen haberla perdido.

También merece atención el aspecto ético. En trabajos previos junto a colegas especialistas en bioética discutimos algunas preocupaciones intrínsecas a estas intervenciones. ¿Puede una persona sin capacidad de decisión recibir un fármaco con efectos tan profundos? ¿Qué ocurre si el paciente despierta en un estado alterado que no le es familiar? ¿Y si experimenta ansiedad intensa sin posibilidad de comunicarlo?

Este estudio abre la puerta a explorar de manera más sistemática el uso de psicodélicos como herramienta terapéutica en una población con muy pocas alternativas. Nos sugiere, además, que la conciencia tal vez no sea un interruptor binario, sino un espectro dinámico, posiblemente modulable por medios químicos. Estas preguntas, y otras aún por formular, seguramente marcarán el rumbo de la investigación clínica y básica con psicodélicos en los próximos años.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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