
¿Convergencias programáticas?
A pocos meses de la elección, los votantes necesitamos algo más que declaraciones cuñeras o caricaturas de franja para decidir a quién confiar los destinos del país, sobre todo cuando éstas parecen converger.
En un seminario sobre permisología que tuvo lugar en ICARE, se observó una convergencia entre la candidata del Socialismo Democrático, Carolina Tohá, y la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei. La primera propuso un proceso de participación anticipada en el que se definan aspectos como el área de influencia y quienes tienen atribución para participar, entre otras materias. Matthei, por su parte, propuso un marco regulatorio vinculante al momento del ingreso de los proyectos a evaluación, en el que también se defina de antemano quiénes pueden participar. Señaló que a ella le gusta mucho “la posibilidad de tener una preconversación donde el Estado dialogue con los que quieren hacer una inversión, digan cuáles son los peligros, cuáles son las cosas más importantes que se quieren cuidar, cómo lo vamos a cuidar, cuáles son las exigencias”.
En Pivotes hemos puesto en el debate público una reforma al SEIA que va en línea con la propuesta por las candidatas. Una reingeniería que establezca una etapa temprana que concluya con una resolución –términos de referencia– que determine los elementos esenciales que definen la viabilidad de un gran proyecto de inversión: área de influencia, impactos principales a evaluar y, en función de ellos, quienes tienen pertinencia para participar (organismos públicos y ciudadanos), entre otras materias.
Si se indaga en los programas que las candidatas inscribieron en el SERVEL, lamentablemente no pasan de declaraciones generales en esta materia. En efecto, el programa de la candidata del Socialismo Democrático solo contiene un apartado sobre medioambiente cuya última frase señala, bajo el rótulo de Agilización del SEIA, “establecer mecanismos de declaraciones juradas de cumplimiento normativo para proyectos de bajo impacto y fortalecer la fiscalización posterior”. De etapa temprana, nada. En el caso de la candidata de Chile Vamos, solo encontramos un capítulo 2 destinado a destrabar la inversión, acelerar el crecimiento y volver a crear buenos empleos, la propuesta de eliminar las exigencias arbitrarias del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, junto a otros órganos del Estado como la DGA, DIRECTEMAR y el Consejo de Monumentos.
No hay duda de que somos pocos los que leemos esos documentos programáticos, pero son muchos los que esperan la gran reforma al SEIA que destrabe la inversión y que, a estas alturas, haga claridad de que no es otro el camino que la creación de esta etapa temprana que impida que los proyectos de inversión puedan caer en el interminable loop de Dominga. A pocos meses de la elección, los votantes necesitamos algo más que declaraciones cuñeras o caricaturas de franja para decidir a quién confiar los destinos del país, sobre todo cuando estas parecen converger. Porque son las políticas públicas que prometan impulsar las que podrán marcar la diferencia, necesitamos que los candidatos pongan sus propuestas en el papel. El llamado es a que los equipos programáticos de ambas candidaturas expresen en propuestas precisas las declaraciones de ambas candidatas en esta fundamental materia.
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