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Soledad Alvear consigue importante victoria en Junta Nacional de la DC

Tal como se esperaba, colorines y disidentes se enfrascaron en una fuerte polémica en torno a la posibilidad de que los delegados se pronunciaran sobre la conformación de la nueva mesa directiva, desechando las elecciones de abril. La discusión, que se prolongó hasta altas horas, terminó con una estrecha votación en favor de la postura de la senadora.


Una estrecha pero importante victoria obtuvo el sector disidente de la Democracia Cristiana (DC) durante la Junta Nacional del partido, en una cita que estuvo marcada por el duro enfrentamiento entre ese bloque y los colorines, que incluso amenazó con terminar en los tribunales de justicia, a raíz de una silenciosa reforma estatutaria.

Y es que si bien durante la semana el Tribunal Supremo había visado un cambio a las normas internas que facultaba a la Junta Nacional elegir a la nueva directiva, tal como proponían los colorines, la misma instancia aprobó otra moción presentada por los disidentes, donde se establecía que cualquier decisión que se adoptara debía ser ratificada por las bases.

Con ambos argumentos en juego, los cerca de 500 delegados debieron pronunciarse si aprobaban la reforma propuesta por el TS. Finalmente, ésta fue rechazada por 233 votos a favor y 221 en contra, con lo que se mantuvo vigente la convocatoria para elecciones internas para el próximo 30 de abril.

Sorpresiva reforma

Tal como se había previsto, durante la jornada ambos sectores se enfrascaron en una discusión sobre la posibilidad de que la instancia determinara la directiva que gobernará la tienda por los próximos dos años.

Dicha propuesta había sido deslizada durante las semanas previas al encuentro por varios dirigentes del sector que encabeza el actual presidente de la tienda, Adolfo Zaldívar, y que fue cobrando más fuerza cuando el actual secretario nacional, Jaime Mulet, fue ungido como el representante de los colorines para la definición interna.

Cerca del mediodía del sábado, al comenzar el encuentro celebrado en el Congreso Nacional, en Valparaíso, el propio Zaldívar había instado a los representantes partidarios pronunciarse sobre esta materia, aunque se reservó una estratégica carta que sólo jugaría bien avanzada la Junta: una reforma estatuaria aprobada por el Tribunal Supremo (TS).

El argumento que había sostenido el sector que encabeza la senadora Soledad Alvear, una de las aspirantes a la presidencia de la colectividad, era que la Junta Nacional no tenía facultades para resolver la conformación de la nueva mesa, toda vez que no era una materia contemplada en las normas internas.

Sin embargo, el presidente del TS, Eric Campaña, comunicó que el pasado martes 21 de marzo el organismo había resuelto hacer modificaciones a los estatutos, a petición de dos militantes regionales que consideraron necesario que fuera la Junta Nacional la que eligiera a los nuevos dirigentes.

Campaña explicó que dicha instancia «considera que no habría inconvenientes para aprobar la reforma estatutaria y pueda efectuarse la elección de directiva nacional en la misma Junta de forma inmediata, en virtud de las normas legales, las que no contravienen los artículos de la ley de partidos políticos».

«Se plantea la necesidad que, en el caso de hacer elecciones, se debe establecer un procedimiento que implique la inscripción de listas y votación secreta, de modo que se requiera a lo menos tres horas para preparar este proceso eleccionario», agregó.

El anuncio provocó el inmediato rechazo de los disidentes, que incluso -en voz del ex diputado Gutenberg Martínez- amenazaron con recurrir a los tribunales de Justicia , si esa medida llegaba a imponerse durante la Junta.

Las propuestas de los candidatos

Después del sorpresivo anuncio, los delegados escucharon los planteamientos legales de los abogados Hernán Bosselin, que defendió la decisión del TS, y de Sergio Micco, Osvaldo Badenier e incluso el ex Presidente Patricio Aylwin, quienes coincidieron en la improcedencia de las modificaciones a las normas internas.

De todas formas las cartas ya estaban echadas y los delegados debían votar la reforma. Ante ello, los dos candidatos presentes durante el encuentro -el tercero, Pablo Lorenzini, se encuentra en Alemania y sólo envió una misiva- expusieron sus argumentos, en el último intento por convencer a los delegados sobre las posiciones en pugna.

En su discurso, Mulet aseguró que respetaría todo lo que resolvieran los militantes y que no le temía a un enfrentamiento con Soledad Alvear. «No tengo miedo de competir en elecciones», dijo el parlamentario, precisando que sus aprensiones respondían al eventual acarreo de militantes que se podría producir en el acto del 30 de abril próximo.

Señaló que en caso de ser electo timonel de la tienda, continuará impulsando el proceso de «corrección del modelo» iniciado por Adolfo Zaldívar, y que junto a dirigentes jóvenes trabajaría por profundizar esas ideas.

A su turno, Alvear insistió en la necesidad de que la militancia se expresara el 30 de abril y que estaba confiada en transformarse en la primera presidenta mujer de la Democracia Cristiana. Además, anunció que durante su gestión impulsará un «Congreso para el cambio», con el objetivo de reformar la colectividad, en un proceso que partiría escuchando a las comunas.

La senadora dijo que estaba conciente que con esta postulación arriesgaba su capital político, pero estimaba necesario realizar un giro al rumbo que estaba tomando la colectividad, para hacerla más inclusiva y no excluyente. Respecto a las críticas que ha recibido durante este proceso, dijo que estaba dispuesta a poner «40 veces más la mejilla», porque su objetivo final era contar con una DC «integradora» y «trabajar en unidad».

Triunfan los disidentes

Pasada la medianoche y mientras los delegados se aprestaban a votar la reforma a los estatutos, en paralelo se reunió el Tribunal Supremo para conocer una moción presentada por Marcelo Abedrapo, jefe de campaña de la senadora Alvear.

El objetivo de la presentación era que independiente de la decisión que adoptara la Junta -cambiar los estatutos y elegir nueva directiva, o ratificar la fecha de las elecciones-, ésta debía ser aprobada por las bases.

Si bien la solicitud fue acogida por un estrecho margen -6 votos contra 5-, este nuevo dictamen del TS disipó gran parte de los temores del sector de Alvear, pues incluso en la eventualidad de que en la Junta se impusiera la lista de Mulet, ésta necesariamente debía ser ratificada por las bases, donde los disidentes tienen más chances de imponerse.

Sin embargo, la gran victoria para la senadora fue el rechazo a la reforma a los estatutos. En la definición fue trascendental la postura que asumieron los seguidores de Lorenzini -que se pronunciaron contra la reforma -, así como los chascones, que pese a que uno de sus líderes -Belisario Velasco- se manifestó a favor de una elección en la Junta, durante la votación mayoritariamente se alinearon a favor de la postura disidente.

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El momento de mayor tensión de la Junta Nacional de la DC

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